— ¡Papi, pareces tomate! —exclamo Eri.
Aizawa no le contesto y Bakugou se moría de risa golpeando la mesa de la cocina.
¡Vamos! Solo fue un beso en la frente que le dio cuando le pasó su cena.
Profesor tonto, realmente eres adorable.
Sus beneficios pronto se irían pero lo disfrutaría mientras durará.
Luego de su declaración a su profesor, ese día de festival después de ir a los baños y cambiarse ese traje por su uniforme escolar sus padres llegaron a recogerlo.
Y sí, Mitsuki entendió la razón de su hijo para que no la quisiera ahí y gracias a Masaru su madre no tenía fotos de él vestido con ese traje chino. Había que verle el lado bueno a todo eso.
No obstante, a Katsuki no le importaba mucho eso realmente.
Shota le correspondía, estaba enamorado de él y eso era suficiente para que olvidará a la loca de su madre burlándose de él.
No todo era fácil. Bakugou entendía sus complicaciones, lo conocía como para entender que no le mentía cuando le dijo que no podía tocarlo sin sentir culpa y no le quedó de otra que aceptarlo porque quería a Aizawa con todo, su seriedad y juicio incluidos.
Pero eso no significaba que no gozará el molestarlo al darse cuenta de la posición en la que estaba.
El menor nunca creyo que el mayor pudiera ser tan obvio en cuanto a los sentimientos se trataba, se ponía rojo a la menor cosa que hacía o nervioso al punto que no sabía que decirle.
Katsuki se rió otra vez mientras servía un vaso con agua para Shota y se lo llevaba a la mesa con una sonrisa inocente.
—Gracias —dijo el pelinegro aunque estuviera rojo y un poco molesto con él por haberlo tomado con la guardia baja.
—De nada —sonrío divertido el rubio —Pulga, ¿ya decidiste a dónde quieres ir? —pregunto en dirección a la albina que estaba comiendo su arroz.
Eri hizo una mueca, últimamente a Katsuki se le estaban acabando las ideas sobre a dónde podría llevarla de paseo los fines de semana y por eso le pidió que pensara ella en está ocasión a dónde quería ir.
A la pequeña albina no le ocurría nada, cero, cada lugar que visitaba con el rubio siempre le había gustado y no creía poder superar eso.
Katsuki suspiro suave y puso gentilmente su cabeza en la cabeza de Eri dándole de paso unas palmaditas reconfortantes.
—No te presiones pulga —hablo con tranquilidad —De última podemos ir a el parque y ya está, ¿que te parece?
— ¡Sí! —la albina sonrió ya más tranquila y devuelta alegre —Me gusta mucho ir al parque contigo Kacchan.
— ¿Ohh, en serio? —pregunto divertido el rubio pero la albina le asintió seriamente —Me alegro entonces.
Aizawa bebía su agua mientras miraba la dulce escena, Bakugou y Eri se sonreían mutuamente, hablaban sobre que cosas llevarían al parque y que juegos jugarían.
Era un ambiente tan cálido e irreal que sentía la necesidad de pellizascarse para comprobarlo.
Shota se consideraba egoísta porque le había dejado a Katsuki en claro que no podía corresponderle y él aún así se quedaba, seguía cuidando de Eri y le daba muestras de afecto que aunque eran inocentes le ponían los pelos de punta.
Es como tenerlo todo y al mismo tiempo nada.
El pelinegro suspiró, creía saber que haría el rubio cuando el año escolar se acabará y la verdad se sentía ansioso por eso.
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Mí profesor [AiBaku]
FanficKatsuki Bakugou estaba molesto, nada fuera de lo usual para la clase 1A. Siempre lo estaba de todos modos. Pero lo que intrigaba a todos era la razón de su enojo porque el rubio no disimulaba para nada cuando fulminaba con la mirada a su profesor de...