— ¿Estás bien Eri? ¿O te queda muy apretado? —pregunto Shota.
— ¡Aww, ese peinado te queda tan lindo! —exclamo Emi enternecida.
La pequeña albina se sonrojo y le sonrió levemente a la femenina para después mirar segura a su padre.
—Estoy bien papi —dijo para dejarlo tranquilo —Gracias Fukakado-san.
—Ya está, ¿cuando me la puedo llevar? —pregunto seriamente la femenina al pelinegro.
—Jamas, es mí hija —suspiro Shota y tomo la mano de Eri quien reía alegre.
Emi hizo un puchero y junto con los otros dos Aizawa salieron de su departamento.
Era treinta y uno de diciembre, fin de año e iban a ir a un templo cercano para juntarse con Yamada para celebrar.
Resuelta que Fukakado tenía a sus parientes en Miyagi y por mucho que quisiera viajar a verlos opto por quedarse en Tokio. Su departamento tenía unas goteras horrible y a falta de un fontanero competente tendría que arreglarlo ella misma durante sus vacaciones. Un verdadero fastidio pero prefería hacerlo antes de que su techo se cayera abajo.
Pero no lo haría ese día. No, señor.
Había sido Yamada quien propuso pasar el año nuevo todos juntos. El rubio también tenía a sus padres lejos y solo había conseguido un boleto de tren para ir a verlos la primera semana de enero.
Así que junto con Shota y Eri habían decidido ir a visitar el templo, Emi se sumó por Hizashi quien había escuchado de sus problemas antes de que terminarán las clases y quería que la pasará bien.
Pero para ser una visita el templo había sido solo Eri la que tenía un traje tradicional y muy bonito.
Shota le había dicho a la albina que era un regalo de su abuela Nariko a quien conocería pronto y que las horquillas en su pelo eran cortesía de su abuelo Yaibara. El pelinegro tenía pensado presentárselos pronto, la albina ya era lo suficientemente madura y había mostrado interés en conocerlos.
Aparte Aizawa debía agradecerle en persona a su madre por el kimono, era muy bello y a su padre también. Las horquillas se notaba que no eran baratas.
Eri tenía un kimono color violeta de fondo y bellas flores blancas como los jazmines que hacían juego con su cabello. Emi la había hecho un peinado así que su pelo albino estaba recogido y con adornos de las horquillas de sakura color rosado.
No pudo evitar suspirar. Si su hija le parecía hermosa en ese momento no se quería imaginar como sería dentro de unos años.
Espantaria a adolescentes por todos lados. No tocarían a su niña.
— ¿Que deseos pedirás en el templo Eri-chan? —pregunto curiosa Emi.
—Hmm —se llevó su pequeño dedo al mentón —No lo sé...¿que papi viva mucho tiempo?
La femenina se llevó una mano al pecho con dramatismo haciendo reír a la albina.
— ¡Oh Dios, protege a esta linda niña!
Shota rodó los ojos pero sonrió feliz por el deseo de Eri.
Fukakado siguió, siguió y siguió hablando con Eri. Sin duda su hija tenía paciencia con ella.
Shota le había explicado, como pudo y a su forma que había terminado con Emi. Eri en un inicio claramente no le entendió nada, era de esperarse pero le volvió a explicar lo mejor que pudo y le aclaro que la femenina era solo una amiga. Parecida a Hizashi.
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Mí profesor [AiBaku]
FanficKatsuki Bakugou estaba molesto, nada fuera de lo usual para la clase 1A. Siempre lo estaba de todos modos. Pero lo que intrigaba a todos era la razón de su enojo porque el rubio no disimulaba para nada cuando fulminaba con la mirada a su profesor de...