D I E C I N U E V E 💌

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D I E C I N U E V E 💌

*CATORCE HORA ANTES*


— ¿Cuanto más vas a conducir?— Pregunto ansiosa e incapaz de esperar.

— Solo un poco más, solo déjame salir de la autopista niña chiquita— Murmura riendo por mi entusiasmo.

Cambio la radio hasta encontrar una buena canción. Comienza a sonar el recital de ópera del pueblo.

— Déjala por favor— Pide Bastian acelerando un poco.

Llevamos al rededor de cinco horas en la vía. Bastian esquiva un charco de aceite y estabiliza el auto.

Cambio mi cara de horror por una sonrisa que al parecer, el siente, me observa rápidamente para volver a la carretera con una sonrisa.

— Mira hacia esa dirección— Agrega mientras me indica detrás de mí asiento con un dedo. Volteó observando el majestuoso paisaje del pronto atardecer — Doy la vuelta a la carretera en unos pocos metros para que tú y yo, estemos disfrutando del atardecer en el lago "mágico"

Asiento admirando su cabello sedoso. Es como si estuviera encerrada en la mejor de las pinturas, de la cual no quiero salir nunca.

Estamos próximos al acantilado cuando siento todo, pasar en cámara lenta.

Un camión monstruo colisiona contra el lado de Bastian. Provocando que el auto empiece a girar.

En la primera vuelta, mi cabeza se golpea contra el cristal, lo escucho crujir y hacerce añicos. Bastian por otro lado, se golpea el pómulo contra el volante.

En la segunda vuelta, Bastian hace la cosa más estúpida, hermosa e inspiradora que halla visto alguna vez en mi vida. Desabrocha su cinturón de seguridad y me posiciona en su pecho para protegerme.

Me aferró a el todo lo que puedo, con mi cabeza oculta entre su mandíbula y su hombro, siento mis párpados pesados. Hasta que paramos de girar tal cual un carrusel, pero sin lo bonito.

Intento ver a Bastian entre mis ojos entrecerrados y pesados. Lo escucho gemir de dolor tocando su abdomen con un gran cristal enterrado.

— No. No cierres los ojos — Gimotea palmeando los mejillas — Lidieth ¡Bonnie Lidieth!—

Intento en vano seguir en ese momento y lugar, pero mi cuerpo es una gran falla.

Lo escucho llamarme una y otra vez.

Todo es borroso mientras escucho la voz en la lejanía.

A partir de allí, todo se torna negro y siento un horrible dolor punzante en mi cabeza.

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Bastian Cranston.


Cuelgo el teléfono luego de hablar con emergencias. Diez minutos tardarán ¡Diez minutos! Podríamos morir.

De mi abdomen, no deja de brotar sangre, gracias al vidrio enterrado en el.

Mi rostro duele.

Yo soy lo de menos ahora, tengo que sacar que sacar a Lidieth lo antes posible de aquí.

No creo que pueda evitar que el auto, o lo que queda de el, se desplome por la pendiente. No resistirá mucho.

Con la energía que tengo, La paso hasta mi que queda en mi regazo. Ha estado inconciente desde nuestro impacto. Y no es para más, se golpeó la cabeza fuertemente.

Intento salir con ella en mis brazos, la poco fuerza que me queda no ayuda mucho. Es como si el golpe me hubiera consumido. Me desplomo en la tierra al lado de la lata abollada.

Lo que queda del auto se desplaza por el voladero, haciendo un estruendo impresionante.

Maldición, eso estuvo cerca.

Gimo presionando mi herida posando mis dedos entre el cristal para no cortarme. Con mi mano libre vuelvo a a palmera la mejilla de Lidieth.

— Vamos...— Murmuró asustado —; Despierta ¿Si? No me dejes— Suplico observando su cuerpo en calma.

La escucho murmurar incoherencias, suspiró aliviado. Tocó su cuello en busca de los latidos de su corazón cuando vuelve a estar en calma, su pulso es débil pero suficiente para que llegue al hospital.

Escucho las sirenas a lo lejos. Estaremos bien, me aseguro a mí mismo.

— Todo estará bien— Susurro besando su frente. Las lágrimas resbalan por mis mejillas — ¡No sabes cuánto lo lamento! Espero que me perdones. Solo quiero que estés bien ¡Que todo esté bien!—

Nada de esto hubiera ocurrido, si no le hubiera insistido que viniera conmigo hoy.

Es desesperante, la lentitud con las que veo pasar las cosas.

Ahogó las palabras en mi garganta. Se ve tan hermosa, tan serena. Quiero llorar, me siento tan mala persona. Tan basura.

Ella no necesita a otro estorbo más es su vida. Tiene suficientes problemas que yo mismo he visto.

Duele. Pero no quiero lastimarla.

Me recuesto a su lado mientras espero la ambulancia, abrazando a la hermosa e inconsciente chica a mi lado.

Desearía que todo fuera tan fácil. Desearía poder simplemente volar junto a ella entre las nubes donde nada pueda dañarla.

Esto es tan duro.

Mi cuerpo se siente adolorido, cansado y excesivamente pesado.

Debo estar despierto, vamos Bastian.

Una luz blanca me ciega por unos instantes, enfocó mis ojos, hasta que veo a una doctora morena frente a mí.

— ¿Me escuchas, cariño?— Pregunta la mujer de edad avanzada mientras me suben a la camilla asiento mirando en dirección a Lidieth.

— Salvenla por favor— Suplicó derramando un par de lágrimas más, que le atribuyó al dolor físico y de verla a ella en ese estado. Me resigno a perderla.

— Ella estará bien. Tiene una contusión cerebral pero se repondrá— Sonríe la enfermera mientras inyecta algo en mi brazo. Tomo la mano de Lidieth que está en la otra camilla a mí lado.

— Tengo que estar seguro de que ella va a estar bien — Suspiró antes de cerrar los ojos.

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Cuando pueda subo el 3

Gracias por todo

Si Psicópata Escritora 💜

Cartas De Tu DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora