3 años después:
—Permítame medir, señorita. — con la alegría por los suelos extendió los brazos a sus costados y la señora que estaba enfrente de ella sonrió y midió lo debido para la elaboración de su vestido.
—Quiero que sea decente, algo formal. Que haga magia con ella. Ya sabe, que parezca que es una señorita de diecisiete con clase, aunque ni si quiera pueda vestirse bien. — Ann apretó los dientes y se recordó lo del año anterior para no reaccionar. Vio la mirada de lástima que le dio la señora que le tomaba las medidas, le sonrió intentando alivianar el pesado aire con tensión.
—Claro, ella es bellísima. — Adele bufó incrédula antes de retirarse, su hija no era bellísima, en lo absoluto. Y se lo recordaba cada que podía estrujando el corazón de Ann cada vez más.
—No te preocupes, sólo no tuvo un buen día. — había olvidado cuántas veces le había dicho lo mismo a las personas cuando presenciaban un conflicto entre su madre y ella. Greta, la diseñadora asintió sintiendo su corazón oprimirse, Ann era dulce y no merecía ser tratada así, mucho menos por su madre.
—Claro.
—Aún no entiendo esto, ella no me quiere allí. No debería hacer tanto alboroto, después de todo, yo no quiero ir. Sólo veré a mujeres con caras estiradas y jóvenes de mi edad caprichosos y mimados. Eso no es para mí, Greta. — la señora alzó una carcajada.
—Eres la primera chiquilla con la que trabajo que dice eso, las demás se preocupan por verse despampanantes en esas reuniones. — terminaron con una sonrisa y la castaña se preparó un sándwich. Comió en su habitación como siempre lo hacía, escuchaba música clásica todo el tiempo para relajarse, Roman decía que pocos la escuchaban y que era fantástico que ella lo hiciera. Su madre en cambio, creía que era algo poco favorecedor.
Terminó su sándwich e hizo su tarea, era miércoles y ya no iría a estudiar los últimos dos días, pero no quería dejar la tarea allí por esa tarde teniendo la misma libre. Además los fines de semana llegaba Nick. También el sábado sería una cena especial, Roman era senador e iba a celebrar unas cuantas cosas que lo merecían.
De cualquier manera no podía evitar nada de lo que la cena traería, regaños de su madre y unas cuantas cosas más por parte de Nick.
Su madre le había dicho que por si ella fuese, la escondería en el armario más recóndito de toda la mansión para que nadie la viera, pero Roman quería que estuviera presente. Entonces, para su pesar, las dos se tendrían que ver en la cena.
Vendrían bastantes personas de élite que le provocaban nervios, se sentía incómoda cuando ese tipo de eventos transcurrían, sonríe, siéntate bien, que no se den cuenta que Nick tiene su mano en tus bragas. Lo mismo.
Nick ya estaba en la universidad y vaya que lo agradecía, porque sino, tendría que tener fuerzas suficientes como para aguantarlo y su soporte, hace tiempo que estaba quebrado.
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Sálvame
PoëzieAnn sufría mucho, desde pequeña todo lo que su vida implicaba eran lágrimas, sabía que necesitaba algo de dónde agarrarse para no caer de nuevo y quebrarse. Y no se imaginaba que esa mirada fría teñida de verde sería su salvación, sin embargo, con l...