Pequeña reina

Son cinco

Un sangheili desmayado, el otro en shock. John buscaba compostura en lo más profundo de su ser, no todos los días tu "hija" te hace abuelo.

J: Cómo?

Rt: No es obvio? Alguien se aprovechó de mi sobrina!!

A: Pero si yo no he estado con nadie...

La vos de Aminta los dejó callados a los dos, al parecer la Vadam ya estaba atando cabos. A los pocos minutos Thel se levantó del suelo para luego mirar a su cría, porque aun la veía así.

Trataba con todas sus fuerzas de recordar algo de todo lo que investigó que le ayudara a entender lo que estaba pasando, pero solo podía pensar en su pequeña y los cinco huevos junto a ella. No sabia si sería como Aminta o como las descripciones de los antiguos manuscritos, lo único que lo calmaba un poco era el saber que fueran como fueran esas crías serían totalmente leales a su Aminta. Eso definitivamente sería un problema menos en que pensar.

Rtas no había parado de gritar e incluso había acusado a Locke de ser él el responsable, sin siquiera notar lo ilógico de su acusación o el hecho de que los presentes lo estaban ignorando.

J: Sabes que está pasando? - Pregunto para luego sentarse junto a su hija.

T: No estoy seguro pero si mal recuerdo es algo normal en la reina xenomorfo...

Am: Otra vez con eso... yo no quiero ser una reina.

T: No es algo que elijas, lo eres y ya.

Rt: Entonces? Habrá mini tu por ahí corriendo? - Soltó al por fin calmarse.

Todos voltearon a verlo como recordando que estaba allí. Al instante algo vino a la mente de John.

J: Tul sabe de esto? 

Esas simples palabras hicieron que al par de hermanos les pasara un escalofrió, que harían cuando la sangheili se enterara? Es más cómo se lo dirían?

Los dos se hacían nudos y más nudos en la mente, hasta que la vos de Aminta los sacó de su sufrimiento.

Am: Iré a contarle a mamá. - Soltó saliendo luego de revisar que los huevos estuvieran bien.

J: Necesitas ayuda? - Pregunto señalando el nido.

Am: Algo me dice que no... ademas me duelen las patas de tanto estar sentada. - Comento mirando tambien el nido.

J: Bueno... Mientras sacaré de aquí al par de traumados. - Comentó ignorando las protestas del par.

La noticia se esparció como fuego en pasto seco, a la semana ya hasta en Sanghelios sabían de las crías de la reina xeno. Muchos lo celebraron como lo que era, el nacimiento de más bebés. Otros llamase los profetas lo vieron como una especie de milagro y oraron.

Pero había quien lo vio como lo peor que podría haber pasado, más específicamente Sara Palmer que no cabía en su furia y que deseaba todo lo peor a esa crías, por ser según ella otro obstáculo en su merecida gran vida. Y la otra era nada menos que la chispa rampante, que al no saber con que lidiaba solo podía ver a las crías como una potencial amenaza y por ende algo que debía eliminar a como diera lugar.