Aminta Vadam

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Por la nave Carrack corría una cría de dos meses tomando cuánta cosa le llamaba la atención para comenzar a mordisquearla.
Thel la vijilava por las cámaras de vigilancia, mientras Tul corría tras la pequeña procurando que no tomara nada peligroso.

T: No estás exagerando? - Hablaba por el altavoz.
Tu: No permitiré que su cría se haga daño señor. - Dijo mientras guardaba las espadas de energía.
Rt: Sería una buena madre... - Miraba al líder sangheili.

Thel no pudo evitar dar un respingo en su asiento.

T: No te atrevas... - Hablo sin mirar a Rtas.
Rt: Harían buena pareja...

Cuando Thel giró su amigo ya se había marchado.
Resignado retornó su mirada a las cámaras al ver la que quedaba frente a su recamara salió corriendo a todo lo que podía.
Aminta tenía en sus manitas la espada de Thel. La única no guardada puesto que Tul no entraba a su recamara.
Luego de quitársela la ocultó lo mejor que pudo.

T: Vas a hacer que me dé un infarto... Mantendremos este incidente en secreto, Tul no es agradable enojada... - Alzó a la cría, como ya era su costumbre.

La cría contesto con sus típicos ruiditos, los cuales se le hacían encantadores a su padre.
Pasado un tiempo Tul había conseguido una médica especializada en crías, según ella Aminta ya debería iniciar sus primeras palabras.
Pero la pequeña solo podía soltar gruñiditos.

Rt: No tendrá dañadas las cuerdas vocales? - Daba trocitos de carne a la cría.
Tul: Podríamos enseñarle otra forma de comunicarse... - Se encontraba apoyada en la holomesa.
T: Ya hablará, no hay que presionarla. - Observaba algo asombrado la enorme cantidad de juguetes que le habían dado a su cría de ya cuatro meses.

Ya era de conocimiento público que Thel Vadam tenía una cría. Todos se preguntaban quien sería la madre de dicha cría y el por qué no estaba con el líder sangheili.
En las Espadas de Sangheilios se rumoraba que la madre era la joven hembra Tul Juran, debido a la cercanía de ésta con la cría.
Cuándo alguno le preguntaba al comandante Vadum, éste siempre contestaba que no era quién para hablar de ello.

T: Cría no te revuelques... Duérmete. Pronto te presentaré a un muy interesante aliado. - Aló a la cría para poder abrazarla y que por fin se durmiera.

La pequeña Aminta había estado toda la noche dando vueltas en las cobijas quedando enredada por momentos, cuando eso pasaba soltaba llantos pera que su padre la auxiliara.
Thel parecía no inmutarse por verse desprovisto de abrigo. Hasta que en medio de sus juegos la cría cayó sobre él.

La: Arbiter gusto en ver... Es su hija? - Perdió el hilo de lo que decía.
T: Su nombre es Aminta. - Tenía a la pequeña sujeta de su larga cola para que no se la perdiera de vista.

Algún uso debía darle a ese apéndice que poseía su cría.

La: Es muy linda. - Dijo con total inocencia, mientras le hacía caras a la bebé.

En eso la atención de Aminta se desvió al recién llegado.

Pequeña reina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora