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Regresar a las labores cotidianas no es  sencillo , debía volver a ponerme en forma, retomé las madrugadas para entrenar y las mañanas para meditar , empecé la primera semana estando algo taciturno, más de lo normal he de decir, aún así nadie intento interrumpirme.

Matt debió comunicarles que era tiempo que por mi naturaleza iba a necesitar, reencontrarme conmigo mismo para volver a tener todo mi poder.

Mi energía siempre había sido letal , causaba muerte y dolor con solo desearlo. No era un don para todos y francamente parecía más una maldición, pero con el tiempo , las lecciones de la vida y las personas correctas para guiarme , me convertí en mi propia arma , soy lo más letal que puedo conseguir y entreno mi mente y mi cuerpo para serlo.

Nunca voy a desarrollar un cuerpo musculoso por muchas horas de entreno , mi genética no me lo permite , soy ligero y no aparente. Tal vez un juego cruel del universo, crear un ser que puede acabar con tu vida de una mirada pero que aparentemente se verá débil y hasta inofensivo.

Lastimosamente para los hombres cautelosos y de altos rangos, sus lobos siempre les avisa que se encuentran con alguien más peligroso que ellos mismos.

Yo era un casi extraño, dentro de los psicopatas Omegas. Mi especie casi siempre está entre las tropas ejecutoras , son muy buenos para la lucha y la guerra. Ágiles y sanguinarios.

Yo por mi parte cuento con una habilidad mental y energética mayor , lo que me hace no solo sanguinario , sino cruel a la hora de atacar. Pero a la vez , convellar esto y ser pacífico, requiere de mi , una visión más calmada y analista de la vida.

Por ello soy callado, tranquilo. Me encanta observar y más hacerlo sin que el objeto de mi interés se de cuenta, en este caso.

Patrick.

Mientras él solo se hacía por ahí , casualmente cerca de donde yo meditaba. Me encargaba de analizar su aura , de oler con parsimonia su esencia, ya que estando a tan solo unos metros, me era posible deleitarme en su esencia sin que él se diera por enterado.

Durante esas siguientes semanas siempre que terminaba mi jornada de meditación y abría los ojos , veía como Patrick se escabullía con la intención de no ser detectado infraganti observandome. Lastima que tampoco se diera por enterado que yo lo observaba y lo olía también.

Además de que una vez que lo veía desaparecer cobardemente , de mis labios salía una pequeña sonrisa que hace mucho no salía natural.

Pero ¿Cómo evitarlo? Su actitud me hacía gracia.

Empecé a notarlo cada vez más , por lo que me enteré de varias cosas.

Por muy alfa que fuera , no estaba tan involucrado en la milicia como Cristofer. Las tropas seguían el entrenamiento de matthew y el delta.

El escuadrón de ejecutores se había empezado a reunir conmigo apenas hace unos días para retomar algunos entrenamientos dirigidos por mi persona. Cabe destacar que pese a que muchos se sorprendieron viéndome entrar con bastón y cojo , la sorpresa les duró apenas unos segundos. Los necesarios para yo mirarlos y que sintieran que al que hablara algo , lo fusilaba de inmediato. Los hombres se pusieron de inmediato en acción y obedecieron y acataron las enseñanzas. Matt tenía razón ,había sido una gran idea este escuadrón especial. Y mis enseñanzas les habían hecho falta durante estos tres años , eran habilidades que los potencializaria.

Por otro lado Roche y Cristofer si estaban muy involucrados con el ejército de la manada , uno que seguramente gracias a los consejos de matt veía mejorar cada vez más. Pero de nuevo , observaba que Patrick, estaba allí, ayudaba , ordenaba , pero no era con un grado tan intenso.

Obscurus. Tercer Libro de SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora