Obscurus. Tercer Libro de Silencio

22

Entré en la manada como una bala de cañón , y frene justo en la casa de Patrick, dejé el auto a un lado .

Cuando me baje registré la manada rápidamente, sintiendo cada corazón de lobo , no habían llegado los que estaba buscando.

Suspiré aliviado.

Estaba a tiempo.

Me pase una mano por mi cabello, dejando la tensión bajar de mi cuerpo.

Sentí la presencia de Roche y Erick mientras discutían camino a encontrarme. Era increíble lo que ahora podía sentir de cada ser.

Una cualidad tristemente adquirida. Un poder que no pedí , pero que me fue concedido por un robo.

Un cruel acto. Mi existencia un cruel juego de mentes retorcidas.

Suspiré.

No tenía otra opción que seguir con ello y luchar para superar este suceso.

-¡Te has salvado por un par de horas!- gritó Erick llegando junto con Roche .

- no he parado desde que salí delta Erick- le dije.

- ha sido un golpe de suerte, Cristofer decidió parar antes de entrar a territorio para comer y recargar gasolina, en menos de unas horas estarán aquí - habló Roche mirándome con el ceño fruncido.

- no te ves bien - completó Erick también con enojo.

Giré mi cabeza a un lado mirándolos detenidamente, ambos de brazos cruzados y mirándome con el ceño fruncido parecían un par de padres regañando a su hijo.

Parpadee considerando la situación. Cuando llegué por primera vez a este territorio era un extraño al cual todos tenían cierta precaución. Era alguien más .

Pero ahora me sentía como uno de ellos, con una confianza que jamás había tenido con nadie y de alguna manera llegamos a la situación donde podía ver con un respeto y gracia al beta y al delta.

Casi parecían un par de padres. O tal vez hermanos mayores.

Era algo raro. Pero gracioso.

Cuando ambos fruncieron aún más sus frentes al notar mi silencio me fue imposible no comunicarles mis  pensamientos.

- parecen dos padres con un hijo desobediente- les dije - y les recuerdo que yo no fui a una fiesta a escondidas-

Fue todo lo que dije de forma seria y sin ninguna intención en particular, pero aún así pude ver cómo el color cubrió la cara de ambos hombres. De dos fuertes guerreros ahora sonrojados.

Al ver ese gesto una pequeña sonrisa salió de mis labios.

-¡Oh por todo los Omegas! ¿Nos acaba de sonreír Roche ?- expresó el delta Erick.

Roche lo miro y luego a mi.

- creo que si- respondió el beta ahora con una gran sonrisa.

Erick sonrió malvada mente.

- tenemos al gato en la bolsa- dijo Erick - pero ya , está bien, dejaremos que descanses, y esperamos reportes , tendrás que decirnos todo cuando Matthew y los alfas estén aquí - fue todo lo que declaró tomando la mano de Roche y saliendo del lugar.

El beta me devolvió una pequeña sonrisa y salió con Erick a su lado.

Negué con mi cabeza. Era bueno regresar.

Esta vez me dirigí a la casa para bañarme y comer. Descansaría luego de que pudiera hablar con todos los involucrados. Tenía grandes noticias que aunque deseara jamás tener que contarlas,tenía que.