Obscurus. Tercer Libro de Silencio

21

- Hola Roche ¿Cómo va todo por la manada?- pregunté

- todo bien por aquí Patrick, sin problemas ¿y ustedes ?, ¿ya podemos decir que por fin Riordo está lejos de nuestro camino? - preguntó Roche.

- a solo una firma, prácticamente lo tenemos atado de pies y manos , figurativa mente , nada me gustaría más que fuera literal, pero es lo que hay - le respondí al beta.

Roche soltó una buena risa al otro lado de la línea.

- aún así sigue siendo una buena noticia-

-lo es. Eh Roche , ¿Sabes dónde está Drew? Quisiera hablar con él, pero desde ayer no me contesta- le pregunté al beta .

- oh Drew , si, lo ví ahora , estaba entrenando ,tal vez no te respondió porque estaba algo ocupado , le diré que lo llamaste - fue lo que me dijo Roche.

Con un suspiro y nada más que resignarme , acepté.

- está bien, te lo agradecería mucho - fue todo lo que dije antes de despedirme y colgar la llamada.

Desde hacía todo un día y una noche el teléfono de Drew sonaba pero nadie contestaba , lo mismo ocurría en ambas casas y la ansiedad empezaba a consumir me.

Tampoco tenía como intentar mucho, cada llamada , era literalmente un riesgo. Desde la torre y más en procesos de juzgados o cambios ,las llamadas son controladas y en muchos casos prohibidas. Debido a que estábamos en el único lugar en miles de kilómetros que tenía la jerarquía absoluta de las manadas de hombres lobo.

V era la única que tenía libertad para no rendir cuentas a nadie. Y eso que de alguna forma está condicionada a la reglas establecidas hace mil años por los grandes líderes.

El resto de los que estábamos aquí debíamos cumplir todas las reglas establecidas para la alta seguridad de la torre, así fuéramos solo invitados.

Desde el accidente , mejor dicho ataque hacia el General Matthew ,todo había sido intervenido, aún más de lo que ya era.

Incluso con una miserable llamada.

Tal vez tendría que esperar otro día para llamar sí Drew no devolvía la del día de hoy. Pero...¿Por qué?...¿Por qué no contestaba?

Era la única pregunta que ahora rondaba mi mente. Intenté calmarme , nada estaba mal , y si así fuera, era lógico que Roche me avisaría de inmediato.

¿O no?

No, Roche me avisaría.

Con ese pensamiento en mente , me tranquilice un poco. Solo debía tener paciencia. Seguro estaba ocupado.

 

                             (...)

  

Tres días , entre dormir y comer solo por pequeños lapsos de tiempo , conduciendo con todos mis sentidos enfocados me habían dado la oportunidad de llegar en tiempo récord a las tierras del lago .

La entrada solitaria como solía estar , se veía en el horizonte. Una falsa soledad , pues aquellas criaturas que vivían en los lagos estaban observando , vigilando cualquier cosa que pudieran ingerir. Cientos de ellos listos para atacar lo que fuera vulnerable.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda , y una sensación de hambre me embargó.

No era hambre normal ,casi sentía la necesidad de hacerlo solo por morder.

Gruñi y sacudí mi cabeza, esa sensación no era mía. Era la sensación que había en el ambiente. Me tomó un solo segundo darme cuenta que era todos esos seres que rodeaban las entradas al lago.