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El caos no demoró en llegar.

Todas las tropas disponibles atacaron con la única intención de contener la infiltración. Gritos , rugidos y garras en todas partes .

Patrick había quedado atrás con Roche y Erick enfrentando a los intrusos, mientras intentaban resguardar y proteger a los civiles de la manada. Hacía bastantes años no ocurría un ataque a esta manada. Por lo que en realidad nadie se esperaba tal desagradable sorpresa, en referente a los habitantes. Pues esta manada era actualmente una de las más seguras y mejor resguardadas de la torre.

El nivel de vida había aumentado bastante y un ataque así dejaba a todos bastante vulnerables. Aún así el hecho de que los líderes hayan tomado acciones tempranas e incluso gracias a la advertencia del señor Arcanis, estábamos completamente preparados para tomar un plan de acción y ejecutarlo.

Por mucho que Riordo hubiera planeado , aquí éramos muchas cabezas dirigiendo diferentes flancos. El círculo de mando había crecido bastante y a diferencia de muchas manadas este era uno consolidado y muy integral .

La verdad estaba muy orgulloso de trabajar para ellos y por fin me sentía parte de algo estando aquí.

Cada soldado enemigo que se nos cruzaba caía rápidamente. Íbamos por sus líderes camino a la casa principal. Mi escuadrón estaba destinado a acabar con los guardaespaldas de Riordo, ellos que seguramente eran los altos mandos de todos los soldados agresores.

Corrimos más rápido cuando divisamos la casa principal. La mayor ventaja que teníamos contra cualquier artimaña del anciano Riordo para salir ileso de esto, éramos nosotros. Un escuadrón inexistente. Yo, un lobo no registrado en ninguna parte. ¿Quién asegura que salió o no de las tierras del lago sí allí nadie podía ingresar? De mi procedencia y vida solo sabían el General Vistrolk y la líder V, además del círculo de esta manada que jamás dirán una palabra. No hay papeles ni registros. Sí algún soldado sabía de mí, por su honor y lealtad a Cristofer ninguno comentaría nada de mi. De hacerlo tampoco durarían mucho.

La mayoría de los soldados de Cristofer, Patrick y Roche , eran lobos que habían nacido en estas tierras, criados bajo un mismo concepto, proteger lo suyo y sus familias. Nadie iba a ir en contra de proteger su tierra y su manada. Ningún lobo cuerdo. Ni mucho menos uno que ya Cristofer y Matthew habían registrado como leal.


Cuando llegué a terreno de la casa principal la vista me hizo parar en seco. Cristofer y Matthew estaban sentados a un lado del anciano Riordo, este,  atado de manos y pies en una silla , amordazado, con un gorro en su cabeza que decía:

niño malo.

Obra seguramente ejecutada por matthew.

Solo fruncí el ceño ante la imagen. El General nunca cambiaba . Registré también rápidamente dos cadáveres en el suelo, correspondientes a dos de los guardaespaldas del anciano.

Cristofer y Matthew se acercaron al verme llegar.

- por alguna estúpida razón los guardaespaldas intentaron atacarnos junto al capitán en el momento en que llegaron los helicópteros- informó Matt- fue hace apenas unos minutos, no deben ir lejos los otros hombres y Davidson que alcanzaron a escapar , tomaron camino al bosque - señaló matt.

Respiré profundo ubicando rápidamente a los hombres.

Hice un gesto con la cabeza a mi escuadrón.

- al este - fue lo único que espete ,cuando todos ellos se movilizaron de inmediato.

Miré de nuevo a Riordo que fruncía el ceño mientras intentaba decir alguna cosa.

Obscurus. Tercer Libro de SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora