Oscuridad

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Aquella chica nadó en aquel mar de estrellas hasta llegar con la luna sin tiempo de perderse entre el laberinto de luces, cuando llego con ella se aferro con miedo a perderle y quedar sumida en su propia oscuridad interior, en su rostro las indescifrables bajaron sin avisar y junto a ello la tormenta salió a flote sin previo aviso. Lloro y lloro con miedo a separarse de aquella luz que le daba refugio de la oscuridad, el agua ya le llegaba a sus rodillas y aun se negaba a irse con las estrellas. El tiempo paso y sin consentimiento fue arrastrada por la tormenta; quizás el separarse de aquel que le brindaba seguridad ante sus inseguridades fue un gran error, ahora la luna estaba rota y la no era la excepción.

Notas a la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora