Notas a la noche

Capricho

Nuevamente los tejados resonando por las gotas, en algún momento pienso que llegaran a romperse de tanta fuerza.

La fría brisa me abraza y susurra palabras de paz mientras la triste farola pierde su brillo, la oscuridad se abría paso silenciosa y traviesa como un zorro, curiosa como un mapache me envolvió sin preguntar.

¿Dónde estarán riendo ahora mismo? Suena agradable, ¿esa luz será la de una cálida estufa o solo la de un televisor a las cuatro de la madrugada? Que divertido.

El olor a tierra húmeda me invade y me da un escalofrió; ¿Qué es esto? Ya se que esta lloviendo pero no lo entiendo, ¿Cómo llego aquí? Debe haber sido el viento… Si, eso debe ser.

Mi cuerpo no se regula, tengo mucho frio y las gotas siguen chocando con mi rostro; ya mi cuerpo no responde y mi rostro esta bañado por esta triste lluvia.

Me vuelvo a abrazar a mi misma siendo un ovillo, quiero que esta tormenta termine, estoy cansada.

¿No volverás, cierto?

He esperado muchos años para volver a escucharte, ver tu sonrisa. Te extraño un montón y la tristeza me esta torturando, no me he movido de aquí porque quiero ser la primera en poder abrazarte y darte la bienvenida a tu hogar, nuestro hogar.

La lluvia sigue resonando en los tejados agresivamente y el ambiente esta mas frio, estoy temblando y mis brazos están morados.

¿Me has mentido?

Creo que por eso odio las mentiras y los colores se fueron apagando a medida que pasaba el tiempo, ya no se ni quien soy, no tengo miedo de aquello porque mas miedo es el no verte regresar.

En todo este tiempo, me he rendido de tantas cosas y aun así, aquí estoy, esperándote llegar y darte una gran bienvenida, porque tu, fuiste el suave rayo de luz que apareció aquella mañana para consolarme y cuidarme de este triste hogar en blanco y negro.

Te extraño mucho, a ti y solo a ti.