Mi cumpleaños era el 1 de diciembre lo que significa que queda una semana para esa fecha, la que pienso pasarme con mi familia en España.
Estoy sola en la casa por lo que seriamente estoy considerando buscarme un trabajo para no estar aquí aburrida. Recibo una llamada y sonrió al ver de quien se trata.
—Principessa—sonrío al escuchar la voz de mi padre con su marcado acento italiano.
—Papá—respondo y sonrío.
—Sé que estas bien pero te extraño, has abandonado a tu viejo padre, ni siquiera una llamada solo mensajes secos—me reprende consternado.
Mi padre es un hombre maravilloso un poco gruñón y mandón pero un amor con su familia nos ama y nos protege sobre todo a mí que aun piensa que soy pequeña.
—Siempre estas ocupado, no quiero molestarte—le respondo.
—Está de más decir eso siempre tendré tiempo para ti mi pequeña principessa —me dice con dulzura lo que me hace añorar más ir a verlos.
—Pronto estaré allá con ustedes—le digo.
—Eso espero si no mandare a buscarte—me amenaza y sonrío sabiendo que si es capaz.
—Lo imagino pero sabes que iré por las buenas — y lo escucho carcajearse a través del celular.
— ¿Que deseas de regalo de cumpleaños pequeña? —pregunta.
—Un Jaguar F-TYPE R—nombro el auto y puedo sentirlo gruñir.
—Ni loco te voy a regalar ese auto puedes ir pensando en otra cosa, no voy a discutir contigo—me regaña. —te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir te quiero alejada de esos autos y las carreras.
—Pero a ellos no les prohíbes correr siempre es a mí que me prohíbes las cosas solo por ser mujer eso es muy machista querido padre—le respondo enojada.
—Me importa un comino lo que pienses no volverás a correr y no está en discusión te quiero mucho pequeña pero justo a hora no quiero hablar contigo—me dice y me cuelga el teléfono.
Mi padre es muy controlador, luego de a ver tenido un accidente donde casi perdí la vida en una carrera clandestina pero en ese entonces era una chiquilla inmadura que hacia las cosas para enojarlos por sobre protegerme tanto, eso fue a los 16 años desperté del coma 7 meses después me fui recuperando poco a poco y con el pasar de los años los terapeutas y psicólogos les dijeron que debía volver a manejar porque no podía seguir construyendo un miedo.
Mi familia al principio se negó, pero correr lo llevaba en la sangre pero me había alejado por mi familia ahora soy muy precavida por lo que no veo por qué no puedo volver a las carreras esta vez de fórmula 1 pero sé que se dará cuenta y lo va a prohibir.
Me baño y me visto con unos jeans y una blusa sencilla con una chaqueta de cuero rosada para protegerme del frio que estaba haciendo, con unas botas de tacón alto, suelto mi cabello y tomo mi bolso para salir, quede de comer con Matheo y estaba un poquito retrasada y de mal humor.
Tomo un taxi y llego al club donde siempre comemos, veo a Matheo sentado y me encamino hasta ya.
—Hola—digo llegando hasta el besando sus mejillas.
—Hola nena—me responde siguiendo mis besos.
Pedimos de comer y conversamos un rato.
—Dijiste que no besabas desconocidos, ¿Qué tienes con él? —me pregunta tosco.
—En primera no tengo que darte explicaciones pero te considero mi a migo y te voy a responder—le digo frunciendo el ceño. —No tengo nada con él y tú y yo somos amigos y lo que paso lo dejamos en el pasado— le recuerdo.
—Lo sé, pero sabes lo que yo siento por ti —me responde.
—Desde un principio te dije que no sentía lo mismo y decidiste ser solo amigos ¿recuerdas? —le pregunto.
—Lo recuerdo—gruñe enojado. —pero yo te conocí primero y él y yo somos amigos y no es justo es más, me molesta verte con él.
—No tienes derecho a enojarte solo somos AMIGOS y por tanto soy libre de hacer lo que quiera con quien quiera.
—Está bien, no te enojes sabes que te quiero aunque me mandes a la friendzone pero estaré para ti como quiera y lo sabes. —intenta sonreír pero más bien es una mueca la que hace.
—Gracias Matheo deberás que quisiera corresponderte porque eres una dulzura pero en el corazón no se manda.
Seguimos conversando como si no hubiésemos tenido esa pequeña discusión, bien les cuento me acosté con él en 2 ocasiones algunos meses después de conocerlo y es muy buen amante pero cuando quiso algo más yo no estaba preparada.
Pagamos la cuenta y él se ofrece a llevarme a casa se despide de mi besando mis mejillas con cariño.
Llegando a la casa recibo un mensaje de mi querido señor de los cielos.
De Mr. Gruñón:
Quiero verte esta noche, pasare por ti.
De Sarela:
Me lo preguntas ¿o es una orden?
De Mr. Gruñón:
Es una pregunta pero si das la respuesta equivocada se convierte en una orden.
De Sarela:
Simple, no puedo.
De Mr. Gruñón
Te pasare a buscar a las 10:30, espero estés vestida o mejor aún sin nada.
De Sarela:
Nada más vives dándome órdenes, sacas lo peor de mi gilipollas.
De Mr. Gruñón:
Juro que voy a lavarte esa jodida boca con cloro, y azotarte el culo como me gusta por mal hablada que eres joder.
Me caliento al leer ese último mensaje y no pienso seguir discutiendo con él.
De Sarela:
¡Vete a la mierda!
«Lo estoy provocando a lo lindo»—pensé riéndome con el teléfono en la mano.
Me manda un emojij enojado y no le respondo.
Subo a mi habitación y me quito toda la ropa que traía encima incluyendo la ropa interior, trenzo mi cabello aun desnuda y luego me coloco una fina bata para dormir, es como estar desnuda sin estarlo decido dormir un rato en lo que llega la hora de preparar la cena para mi mejor amiga y yo.
Despierto por unas caricias húmedas en mis piernas intento reincorporarme y una mano me lo impide dejándome aun acostada mientras su boca se dirige a mi entrepierna.
—Eres muy desobediente Hottie—dice sobre mi coño para después empezar a chuparlo con fervor…
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Te hicieron pa' mi preferencia
RomanceSarela Moretti una rebelde, con sangre latina corriendo por sus venas ,enciende todo a su paso. Pero tiene un problema, no le gusta que le ordenen y mucho menos que un hombre le diga que no. Jorge Miller es el tipico cliché de hombre perfecto con...