—No vas a escribirle de vuelta—Amenazó.
—Ya lo oíste. Ahora solo somos amigos—Se talló el entrecejo exasperada.—Puedes bajar la guardia, Harold no tiene dobles intenciones conmigo.
—Ja. Eso es lo que quiere que creas—Soltó con desprecio.—Solo quiere acostarse contigo...seguro que se inventó eso de que Lucifer quiere un heredero para que cedieras.
—Claro que no—Dijo inmediatamente.—Él podrá ser muchas cosas, pero no es un mentiroso.
—Lo mantendré vigilado—Concretó frunciendo el ceño.—Puede que a ti te engañe, pero no a mi.
—Aghh...eres desesperante—Soltó un bufido y se cruzó de brazos.—Entiende que mientras yo esté en este hotel él puede venir y verme cuando quiera.
—Entonces, ven a vivir conmigo...—Dijo de golpe sorprendiendo a la rubia.
—¿¡E-Ehh?!—Sus mejillas se encendieron y su corazón dio un brinco.—Ya hemos hablado de esto...No puedo dejar el hotel así como así—Comenzó a explicar.—Además, siempre me imagine que solo me iría a vivir con alguien hasta que estuviera casada...—Finalizó. Esa no era la única razón. Sus padres le estaban pisando los talones todo el tiempo, y además tenía miedo de depender de alguien. Incluso de Alastor.
—¿Casados? Tienes una forma de pensar muy cerrada, Charlie—Se echó a reír y negó con la cabeza.
—¿Qué tiene de malo el matrimonio?—Preguntó.—No entre nosotros, sino en general—Añadió. Alastor hizo una pequeña mueca de disgusto.
—Es un contrato sin salida. No es para mí—Esto se había puesto muy confuso. ¿No quería que Harold se casara con ella pero tampoco el quería hacerlo? ¿Qué demonios estaba pasando? No quería hablar de casarse con Alastor ahora mismo, pero le preocupaba que él se expresara así del matrimonio. No había pensado en casarse con él porque efectivamente no estaban pasando por el mejor momento. Sentía que era demasiado pronto. Pero le gustaría tener esa opción.—Eso te molesta, ¿no?—Preguntó leyéndole el pensamiento.
—No—Intentó ocultar sus verdaderos sentimientos.—Sólo que nunca me hubiera imaginado que dijeras eso. Creía que casarse era algo que todos buscaban, porque el amor es lo más importante en la vida.
—No exactamente. La gente solo se engaña con lo que cree que la hará feliz y se apega a esa idea hasta que lo consigue. Como dije, no es para mí.
—Pero...— Charlie se negaba a dejarlo así. El matrimonio tenía cosas muy buenas, pero no sabía cómo hacer que Alastor lo viera también.
—¿Estás tratando de convencerme para que me case contigo, cariño?—El corazón amenazaba con salirse de su pecho cuando preguntó eso.
—¿Qué?—Dijo.—No, claro que no. Sólo hablaba del matrimonio en general, no de nosotros en concreto—Acababan de pasar por una pelea fuerte con Harold y ahora estaban hablando del matrimonio. ¿Qué demonios estaba pasando con sus vidas?—Alastor...—Lo llamó.—¿Me consideras tu novia?—Preguntó con vergüenza. Él se quedó callado por unos minutos, nunca habían tenido esta conversación con anterioridad. Sabía que tenían una relación, más sin embargo jamás lo habían acordado verbalmente. Así que esto lo había sacado de contexto.
—Si así es como lo llaman ahora, supongo que sí. Aunque me parece una tontería llamarte de ese modo—Dijo con dificultad puesto que este tipo de cosas sobre los sentimientos no se le daban nada bien.
—¿Una tontería?—Preguntó sin poder evitar sentirse ofendida.
—Para mí significas más que un simple calificativo—Se acercó a su oído y susurró.—Mucho más...—Las piernas de Charlie comenzaron a temblar. No pudo evitar sonreír como tonta. Las palabras de Alastor podían hacer derretir a cualquiera.