🥀Te lo prometí...¿Te acuerdas?🥀🌹DekuxKacchan🌹Finalizada🪷}

🌹Capitulo Cinco🌹

Mientras me dirigía hacia el auto, noté que Kacchan se restregaba las manos por el rostro, indicándome que estaba llorando y, por supuesto, no quería que lo viera en ese estado. Aceleré el paso para abrir la puerta del auto y subirme, observando cómo él inclinaba el rostro hacia la ventana para ocultar sus ojos rojizos. Inhalé profundamente, encendí el auto y salí de allí. Durante el trayecto hacia nuestro hogar, ninguno de los dos habló. A veces miraba de reojo a Kacchan y notaba cómo se concentraba en sus manos, lo que me provocaba un nudo en el pecho.

Al llegar a casa, estacioné el auto en su lugar, coloqué la palanca de emergencia y me preparé para bajar. Sin embargo, el sonido de aviso del auto me hizo mirar hacia el asiento del pasajero, donde vi a Kacchan bajándose con fuerza y cerrando la puerta detrás de él. Suspiré, frustrado, sin saber con exactitud cómo se sentía. La situación era abrumadora: de un simple dolor crónico de cabeza a un tumor maligno, con opciones inciertas y dudosas.

Bajé del auto y corrí tras él, notando que la puerta de entrada estaba abierta. Entré para cerrarla y me dirigí a la sala y la cocina, sin encontrar rastros de Kacchan en ninguna de estas habitaciones. Miré hacia el pasillo y vi que la puerta de la habitación estaba abierta, deduciendo que él estaba allí. Me encaminé rápidamente hacia la habitación y encontré a Kacchan escondido entre las mantas, con sollozos apenas audibles. Me acerqué a él, me acomodé a su lado y coloqué mi mano sobre la colcha, dándole suaves caricias para brindarle mi apoyo.

Después de unos minutos, los sollozos cesaron y Kacchan emergió de las mantas, mostrándome sus mejillas ligeramente sonrojadas y sus ojos color carmín hinchados de tanto llorar. Mi corazón se llenó de tristeza al verlo así. Extendí mis brazos, y sin dudarlo, él se dirigió hacia mí. Le di besos en la cabeza y caricias en la espalda, tratando de tranquilizarlo y ofrecerle todo mi consuelo.

—Kacchan, enfrentaremos esto juntos – dijo el peliverde de manera reconfortante.

Mientras expresaba sus sentimientos, noté cómo los latidos de Kacchan se aceleraban con el vaivén de la manta en su espalda, y su respiración se volvía cada vez más desesperada, volviendo a escucharlo llorar con dolor. Lo separé suavemente de mi pecho para buscar alguna señal que pudiera explicar su angustia.

—Deku, por favor... no... me... abandones, te lo... pido... y... sí... lo... harás... hazlo ahora... para no... seguir... sufriendo – dijo Kacchan, aferrándose desesperadamente a mí.

Presioné su cuerpo contra el mío y lo mecía suavemente de un lado a otro para calmar su desesperación.

—¡Escúchame!, ¡amor mío! ¿Qué te hace pensar que te abandonaría? Jamás te dejaría, y mucho menos en estos momentos. Cuando aceptaste ser mi novio hace años, te prometí que siempre estaría a tu lado, pasara lo que pasara. Esta es una de las muchas pruebas que enfrentaremos juntos. Eres el amor de mi vida, Kacchan, y te amo más de lo que puedes imaginar. Odio verte sufrir así, pero te prometo que, de toda esta oscuridad, saldrá nuevamente el sol para iluminar tu vida – dijo el peliverde, intentando recomponerse, aunque su dolor hacía que sus palabras vacilaran.

Sentí cómo Kacchan se acurrucaba en mi pecho, así que me acomodé en la cama para que pudiera descansar.

—Eres jodidamente cursi, pero amo todo lo que eres y lo que te complementa... gr... gracias, Deku... e igual te amo – dijo el cenizo antes de quedarse dormido.

Escuchar su melodiosa respiración mientras descansaba sobre mi pecho me llenaba de tranquilidad. La forma en que me había respondido con su amor me alegraba el corazón, así que, con una sonrisa en el rostro, le di un beso suave en la nuca antes de quedarme dormido a su lado.

♥... Te prometí que algún día...♥

♥... La luz volvería...♥

♥... Pero nunca pensé...♥

♥... Que esa promesa se rompería...♥

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Edición 29 de agosto de 2024