🥀Te lo prometí...¿Te acuerdas?🥀🌹DekuxKacchan🌹Finalizada🪷}

🌹Capitulo Dos🌹

Pov Deku...

Ya ha pasado aproximadamente un año desde su partida, y aún no logro seguir adelante. Cada noche, sueño con su presencia entre mis brazos, mientras lo mimo y le susurro al oído cuánto lo amo. No puedo negar que esos momentos son el consuelo más profundo que encuentro mientras duermo, pero lamentablemente, lo bueno rara vez perdura. La alarma del reloj comienza a retumbar en la habitación, rompiendo el frágil enlace con el sueño y devolviéndome a una realidad cruel y vacía.

♥... Otro día...♥

♥... Lleno de dolor...♥

♥... Soledad...♥

♥... Sufrimiento...♥

Como parte de mi rutina diaria, me despierto sin ánimos y me dirijo a la ducha, permitiendo que el agua fría caiga sobre mi cuerpo, arrastrando la amargura que se ha acumulado. Tras varios minutos bajo el chorro helado, me visto y me dirijo a la cocina para comer algo rápido. En el fondo, siento que si Kacchan pudiera verme ahora, estaría buscando una manera de castigarme por cómo me he dejado ir. Desde su partida, me he descuidado tanto que incluso mi madre ha llegado a decir: - "Te ves como un mendigo sin hogar" - ¡Qué ironía! ¿Quién diría que el chico de cabello verde, apuesto, musculoso y bien cuidado, ahora es solo un saco de huesos, raro y descuidado?

Después de comer, limpio el desorden y me dirijo hacia la puerta, preparándome para salir. Por un instante, miro hacia adentro, esperando escuchar sus pequeños insultos por mi tardanza o esas pocas, pero hermosas palabras de amor que solían ser mi salvación. Agacho la cabeza, luchando contra las lágrimas al darme cuenta de que esas palabras nunca volverán. Cierro la puerta con resignación y me marcho.

Muchos pensarán que es una tontería seguir sufriendo por alguien que ya no está, pero el dolor es casi imposible de evitar. Todo fue tan repentino, tan inesperado, que su ausencia deja un vacío inmenso. La vida sigue adelante, pero para mí, es un continuo recordatorio de la ausencia de lo que una vez fue mi mundo.

—¿Cómo debo aprender a vivir una vida sin ti, Kacchan? ¿Dime cómo!? —pregunto con melancolía, mientras dirijo mi mirada al cielo, buscando respuestas que nunca llegan.

Me encamino sin rumbo fijo, pues no tengo un lugar al cual ir. La falta de propósito me lleva a una apatía total: no me importa si como, si duermo, si hablo. A veces, desearía simplemente desaparecer, dejar de sentir este vacío constante. Cada día me hundo más en la misma miseria, observando cómo nuestros excompañeros y amigos siguen adelante, construyendo vidas felices. Su felicidad me provoca una envidia amarga, especialmente cuando pienso en cómo podríamos haber sido nosotros en una situación similar. Imaginarlo me destroza; siempre he pensado que habría sido muy hermoso, ¿no lo crees?

Dos años antes ...

—Kacchannn, ya he llegado, amor. ¿Dónde estás? —digo con una euforia contagiosa, buscando a Kacchan con una sonrisa en el rostro.

Al no recibir respuesta, me dirijo hacia la cocina, atraído por un aroma delicioso que despierta mi apetito. Allí lo encuentro, vistiendo un bóxer naranja que resaltan sus enormes, redondas y apetitosas nalgas. Además, lleva puesta una de mis camisas negras, que le queda enormemente grande, pero a la vez increíblemente tierna. Me acerco a él y abrazo su hermosa espalda ancha, que no es tan ancha como la mía, provocando que se estremezca y dé un pequeño brinco de sorpresa. Me regocijo en la satisfacción de su reacción.

—Kacchan, ¿no sabes cómo me pones cuando te ves así? —le susurro al lóbulo derecho, mientras mis palabras cargadas de deseo se deslizan suavemente en su oído.

Lo agarro de las nalgas, lo que provoca un exquisito jadeo de su parte y un roce en mi miembro, haciendo que gruñera de excitación. Giro su cuerpo y beso sus hermosos y encantadores labios como si no hubiera un mañana, mientras nuestros cuerpos se rozan. Fue un beso completamente lleno de pasión, lento pero intenso. No había necesidad de apresurarnos; al contrario, la falta de aire en nuestros pulmones fue la razón de nuestro distanciamiento.

—Tsk, maldito Deku, llegaste tarde otra vez —dice el cenizo mientras intenta calmarse.

—Lo... lo siento, Kacchan, pero Todoroki me pidió un favor para ayudarlo a concluir un proyecto —le responde el peliverde mientras intenta recomponerse.

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Edición 29 de agosto de 2024.