🌹Capítulo Veintidós🌹

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Pov Deku...

Después de aquel incidente en el restaurante, nos dirigimos en silencio hacia la casa de Mitsuki, donde aguardaba la siguiente sorpresa. El trayecto estuvo marcado por un silencio pesado, casi opresivo. Al llegar, estacioné el auto, y Kacchan me miró con una mezcla de desconcierto y preocupación.

—¿Qué hacemos aquí, Deku? —preguntó, algo confuso.

Salí del auto sin responderle, lo que solo pareció aumentar su inquietud. Lo ayudé a bajar sin pronunciar palabra, y al hacerlo, pude sentir su mirada inquisitiva sobre mí. Toqué la puerta y mientras esperábamos, sentí cómo Kacchan me agarraba la mano, tratando de que lo mirara, pero no pude; algo dentro de mí me lo impedía. Él lo entendió y dejó de insistir. La puerta se abrió para revelarnos a una sonriente Mitsuki, quien nos invitó a entrar. Nos dirigimos en silencio hacia la cocina, donde todo estaba preparado, aunque las luces permanecían apagadas.

Al llegar, las luces se encendieron de golpe, revelando a Masaru, Mitsuki y mi madre, quienes comenzaron a cantar "Feliz cumpleaños" para Kacchan. Sin embargo, él permaneció inmóvil, como si no estuviera presente, como si su mente estuviera en otro lugar. Me aparté un poco para darle espacio a sus padres, pero pronto me alarmé: Kacchan comenzó a llorar. Todos dejaron de cantar, preocupados por su reacción. Lo único que me sacó de mi aturdimiento fueron sus palabras, pronunciadas con un llanto desgarrador:

—Qu... quiero ir...me a...ca...sa... Dé...ku... vámonos —suplicó entre sollozos.

Nuestros padres, con tristeza en los ojos, nos permitieron marcharnos en silencio. Ya en casa, lo ayudé a cambiarse de ropa y luego me cambié yo. Lo dejé solo en la habitación y me dirigí a la cocina, donde saqué un pequeño bizcocho que había comprado el día anterior, junto con una vela. Encendí la vela y volví lentamente a la habitación, comenzando a cantar suavemente:

—Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz...

Intenté ocultar el dolor en mi voz mientras cantaba. Me acerqué a él y le pedí que pidiera un deseo. Con lágrimas cayendo por sus mejillas, Kacchan cerró los ojos con fuerza, formuló su deseo en silencio y luego sopló la vela, esbozando una sonrisa que me dejó sin palabras. Aparté el bizcocho para abrazarlo y le di un beso suave. Cuando me separé para llevar el bizcocho de vuelta a la cocina, Kacchan me detuvo, sus ojos reflejando una tristeza profunda, un dolor que me rompió el corazón. Ese brillo que siempre había caracterizado su mirada se había desvanecido. Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, porque sabía que este podía ser su último cumpleaños, y la realidad de esa posibilidad me dolía profundamente. No pude evitarlo, y las lágrimas empezaron a caer, pero entonces Kacchan dijo algo que alivió un poco mi angustia:

—¿Aún sigue en pie la propuesta de ser tu esposo? —preguntó con una mirada melancólica.

—Sabes que sí, amor —respondí, tratando de contener la emoción.

Corrí hacia mi chaqueta, saqué la pequeña caja y volví junto a él. Me arrodillé y le pregunté nuevamente:

—Kacchan, ¿aceptas ser mi esposo? —dije, observando con atención su reacción.

—Sí... sí acepto —respondió, esta vez con una chispa de euforia en su voz.

Deslicé el anillo en su dedo y besé sus manos con ternura. Aquel día no salió como lo había planeado, pero al final, se convirtió en uno de los momentos más memorables de mi vida. Entre risas y bromas, nos quedamos completamente dormidos, repitiéndome a mí mismo que todo esto solo era una pesadilla, y que mañana mi Kacchan se levantaría y me gritaría como solía hacerlo...

Han pasado dos días desde el cumpleaños de Kacchan. Últimamente, ha estado escribiendo en una libreta, y aunque me da curiosidad, no puedo violar su privacidad, así que lo ignoro. Desde que renuncié, Shoto ha estado llamándome y enviándome mensajes para que nos encontremos y hablemos, pero en realidad, no estoy para ver a nadie que no sea mi Kacchan. Mientras veíamos las noticias, anunciaron que la noche de la lluvia de meteoros sería hoy. Miré rápidamente a Kacchan buscando su aprobación, y él asintió con tranquilidad. Sin perder tiempo, comenzamos a preparar las cosas para nuestra velada.

Pov Katsuki...

Han pasado dos días desde que celebré mi cumpleaños, y decidí que era momento de terminar mi carta. Sé que no me queda mucho tiempo, y quiero dejarle algo a Deku antes de partir. A veces lo siento parado en la puerta, observándome, preguntándose qué es lo que estoy escribiendo, ya que no es común verme así, a menos que sea algo importante. Y en este caso, él es lo más importante.

Antes de que comenzara este mes, he tenido muchas complicaciones, algunas de las cuales ni siquiera le he contado a Deku. Desde entonces, han empeorado. Sé que debería habérselo dicho, pero no quería arrastrarlo más en esto. Ya es suficiente, y sé que no me lo perdonará, pero he aprendido que no puedo ser egoísta. Es tiempo de que Deku tenga una verdadera oportunidad de ser feliz con alguien más, alguien que pueda darle la felicidad que yo no pude.

Ya listos, nos encaminamos hacia nuestro lugar, el que visitamos cada año. No está muy lejos, pero es único. Nos tomó solo unos minutos llegar a nuestro lugar favorito. Deku se apresuró a ayudarme, luego sacó algunas cosas que siempre utilizamos para este día en particular. Nos adentramos un poco más en el lugar, un pequeño bosque, y nos ubicamos en el centro. Deku colocó una sábana en el suelo y me acomodó en ella con cuidado. Todo listo, comenzamos a charlar de diversas cosas hasta que el momento que tanto habíamos esperado llegó: la lluvia de meteoros. Es lo más hermoso que se puede apreciar.

—Es hermoso... —dije, fascinado.

Pov Deku...

Mientras miraba el cielo, no pude evitar girar mi rostro para ver a mi solecito. No podía dejar de mirar aquella encantadora escena en la que Kacchan observaba con esperanza y amor el cielo, apreciando cada meteorito, deslizarse por el manto azul infinito, bailando entre ellos, haciendo que sus ojos brillaran con el fulgor que tanto anhelaba ver.

—Te amo, Katsuki Bakugou —dije, nostálgico.

En ese momento, lo vi girarse para mirarme con sorpresa y tristeza al mismo tiempo.

—Deku, yo... —dijo con tristeza, pero lo interrumpí.

Sabía que en ese momento diría algo para reprocharse a sí mismo, pero lo detuve.

—Te amo, y no podrás evitarlo, Kacchan. Si me dieran la oportunidad de estar en otra vida contigo, sería nuevamente feliz. No me arrepiento de todos los momentos que hemos vivido, no me arrepiento de amarte, y no cambiaría eso por nada. Sé que en algún momento ya no estarás a mi lado, pero quiero que sepas que jamás dejaré de amarte, porque tú eres mi motivo y mi inspiración para seguir luchando. Y con cada momento que paso a tu lado, me enamoro aún más de ti. Siempre serás mi galaxia y mis estrellas, no lo dudes, amor —dije con suavidad.

Al terminar de confesar lo que había guardado durante estos días, besé sus manos y luego lo escuché llorar. Lo abracé, permitiendo que toda la tensión que sentía se liberara. Lloramos juntos, y no me arrepiento. He vivido la mejor parte de mi vida a su lado, y sé que se me hará difícil amar a alguien que no sea él. De camino a casa, Kacchan no soltó en ningún momento mi mano, la cual sujetaba con amor. Ya en casa, lo ayudé a cambiarse, luego me cambié yo, y me acosté a su lado para dormir. Antes de cerrar los ojos, Kacchan besó mis labios y dijo algo.

—Yo también te amo, Deku. Y si me dieran la oportunidad de enamorarme de nuevo, te elegiría a ti... —dijo con voz entrecortada.

Esa noche no pudo ser más perfecta. Dormí tan feliz, pero mi peor pesadilla se hizo realidad al día siguiente. Mi Kacchan ya no seguía conmigo. Intenté de todo, intenté que despertara. Entré en pánico y las lágrimas no dejaban de caer. Sabía que mi bebé se había quedado en sus sueños, sueños que serán eternos.



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Edición 3 de septiembre de 2024.

🥀Te lo prometí...¿Te acuerdas?🥀🌹DekuxKacchan🌹Finalizada🪷}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora