🌹Capítulo Diez🌹

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Al salir de mi casa, recibo un mensaje de Shoto con la ubicación del café donde nos reuniríamos. Como estaba bastante cerca, opté por caminar, sabiendo que me tomaría solo unos veinte minutos llegar. Al entrar al café, mis ojos buscan la cabellera inconfundible que encuentro en una de las mesas del fondo. Me acerco y lo saludo cordialmente, a lo que él responde de igual manera. Me siento frente a él, y comenzamos a charlar sobre varios temas mientras una mesera se acerca para tomar nuestras órdenes. Tras anotarlas, la mesera se retira, y Shoto, con su mirada inquisitiva, comienza a hacer preguntas sobre mi relación con Kacchan.

— ¿Cómo van las cosas con Bakugou, Midoriya? – pregunta Shoto en tono neutral, observando cómo distraídamente juego con una servilleta.

— La verdad es que... ¡Vamos bien! Hoy teníamos planeado salir a una cita médica, pero se nos hizo tarde – respondo sin pensar mucho en mis palabras.

— Espera, ¿qué sucede? No me habías dicho que ya te encontrabas mejor, Midoriya – comenta Shoto, con un tono de preocupación que me hace consciente de lo que acabo de decir.

— Sí... bueno, sí... pero... aún tengo que hacerme unas pruebas de laboratorio y otras cosas – respondo, notoriamente nervioso.

— ¿Estás seguro, Midoriya? No me estarás mintiendo, ¿verdad? Sabes que puedes confiar en mí – dice Shoto mientras toma una de mis manos, la cual retiro rápidamente justo cuando la mesera regresa con nuestro pedido.

Con algo de nerviosismo, observo cómo la mesera coloca los platos en la mesa, aprovechando la distracción para evitar responder a su pregunta. Durante la comida, hablamos de temas relacionados con la empresa, aunque mi mente sigue parcialmente en otro lado. Al finalizar, nos despedimos y tomamos caminos distintos. Camino hacia casa con un presentimiento inquietante, temiendo cómo me recibiría Kacchan. El cielo comienza a tronar y apresuro el paso cuando la lluvia empieza a caer con fuerza. Llego empapado, saco mis llaves y entro rápidamente, cerrando la puerta tras de mí. Apenas levanto la vista, siento un golpe contundente en la cara que me lanza al suelo. Aturdido, me llevo una mano a la mejilla dolorida mientras miro hacia adelante, viendo a Kacchan con una expresión furiosa que deja claro su enojo. Esto no pinta nada bien, y presiento que está a punto de estallar.

— ¿Te divertiste, maldito, imbécil? ¿Te lo pudiste coger, verdad? – gruñe Kacchan con rabia, mirándome fijamente mientras yo, aún desconcertado, trato de entender qué está pasando.

Me levanto como puedo, todavía confundido, intentando calmar la situación antes de que empeore, consciente de que sus sospechas son completamente infundadas.

— ¿De qué hablas? No me fui a coger a nadie, Kacchan, yo... – intento explicar con calma, pero Kacchan me interrumpe bruscamente.

De repente, siento cómo sus manos se aferran a mi camisa por el cuello, tirando de mí hacia él con una fuerza agresiva.

— ¿Crees que soy idiota? Sé muy bien que te fuiste con el cabrón de mitad-mitad a algún lado, pendejo. Hasta cuándo vas a entender que ese imbécil te tiene ganas. ¿Por qué no abres los ojos de una maldita vez? Te largaste dejándome aquí enfermo, solo para irte con ese idiota de cara quemada. Dime, ¿te gustó cogértelo, DEKU? – grita Kacchan, cada vez más cabreado, sin parar de lanzarme insultos sin razón ni pruebas.

Solo escucharle decir semejantes estupideces me altera, y ya no puedo soportarlo más. Tomo sus manos y las aparto de mí con brusquedad, haciéndolo caer al suelo, donde emite un gemido de dolor.

— ¡Estoy harto de esta maldita e insoportable mierda! No fui a coger con Shoto, solo salí a despejar mi mente de tus malditos berrinches – grito, sintiendo cómo las lágrimas de frustración y agotamiento caen por mi rostro.

Mis ojos se nublan por las lágrimas mientras el cansancio y la frustración me abruman. Decido que ya es suficiente. Me dirijo a la habitación en busca de ropa, decidido a irme a la casa de mi madre. Mientras guardo una muda de ropa en una mochila, noto que Kacchan me observa desde la puerta, con los ojos desorbitados.

— Espera, ¿qué haces? Deku, deja eso ahí. Deku, no me ignores, mierda, te estoy hablando – dice Kacchan desesperado, intentando arrebatarme la mochila, pero lo evito, apartando sus manos de mis cosas.

— Estoy cansado, así que me iré – respondo, tomando mis cosas y caminando hacia la salida.

Mientras salgo de la habitación, siento cómo sus brazos se enrollan alrededor de mi cintura. Entre lágrimas, me suplica que no me vaya, pero si me quedo, esto acabaría con mi salud mental. No solo eso, sino que él nunca aprenderá que sus palabras, sin evidencia o argumentos válidos, pueden dañar la credibilidad de una persona al intentar defender su verdad. Mis decisiones deben ser respetadas, y su desconfianza me lastima profundamente, más aún viniendo del amor de mi vida. No entiendo por qué siempre pelea mi cercanía con Shoto; sea o no cierto lo que él cree, mis sentimientos solo le pertenecen a él, a nadie más.

— Katsuki, necesito que me sueltes... por favor – digo con tristeza, sintiéndome desgarrado por la situación.

— No... no... por... favor... Deku... no... me... abandones, te lo pido – súplica Kacchan, con voz temblorosa y un agarre aún más firme.

Al ver que no iba a detenerme, suelta mi cintura y corre hacia la puerta, bloqueando mi salida.

— NO TE IRÁS DE AQUÍ, DEKU... ES... ESTE NUESTRO HOGAR – grita Kacchan, alterado, tratando de controlar sus sollozos.

Verlo de esa manera tan desesperada me destroza por dentro, pero, a pesar de su súplica, en ese momento solo quiero irme. Necesito despejar mi mente y no seguir hiriéndolo con mis palabras si me descontrolo.

— No me iré para siempre, Katsuki. Solo será un día o dos, dependiendo de cómo me sienta. Así que, por favor, muévete – respondo con firmeza, intentando moverlo de la puerta.

Trato de apartarlo sin causarle daño, pero es en vano. Se aferra a mí y comienza a llorar con más intensidad.

— ¡NOOOOO! DE... DEKU... NO ME... DEJES... ¡TE LO ESTOY PIDIENDO! – grita Kacchan, abrazándome con fuerza mientras sus lágrimas caen incontrolables.

Al ver que no cambiaba de opinión, Kacchan se desliza hasta mis piernas, abrazándolas como un niño que busca consuelo. Con cariño, le acaricio el cabello para calmarlo. Poco a poco, su agarre se afloja, lo que me permite liberar mis piernas, tomar mi mochila y abrir la puerta para salir. Sin embargo, un fuerte tirón en una de mis piernas, acompañado de sus intensos lloriqueos, me obliga a retroceder. Lo levanto del suelo, pero él se resiste con firmeza. Con determinación, agarro sus muñecas y, finalmente, logro separarlo de mí, saliendo de la casa con rapidez mientras escucho sus desgarradores gritos de lamento y sus súplicas de perdón.

Mis lágrimas caen con cada paso que doy hacia el auto. Una vez dentro, trato de calmarme y, al sentirme un poco más sereno, arranco el vehículo y me dirijo hacia la casa de mi madre, que está a unas cinco cuadras de donde vivimos. Al salir del estacionamiento, noto que la lluvia sigue sin parar, por lo que conduzco con cautela hacia mi destino.

♥... A veces no notamos...♥

♥... Nuestras propias actitudes...♥

♥... Las cuales pueden...♥

♥... Cambiar a una persona...♥



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Edición 30 de agosto de 2024

🥀Te lo prometí...¿Te acuerdas?🥀🌹DekuxKacchan🌹Finalizada🪷}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora