— ¡Si! ¡Somos campeones! — gritaron eufóricos un grupo de animadores mientras se abrazaban, otros gritaban y algunos saltaban emocionados.
— ¡Lo logramos! ¡Somos los primeros en conseguir un título en la secundaria, preparatoria y universidad al mismo tiempo! — del otro lado se encontraban los animadores del otro equipo festejando su reciente victoria.
Los de ambos equipos se felicitaban mutuamente por su victoria compartida, era lo mejor ya que todos dieron su mayor esfuerzo y lo merecían.
Los capitanes en señal de respeto y admiración intercambiaron camisetas bajo la mirada de felicidad de todos, después de un apretón de manos el de menor estatura sintió unos brazos rodear su cintura, al voltear pudo ver que era la mánager del equipo, Sanae, que escondía su rostro en su espalda, el chico se volteó y la abrazó fuertemente logrando sorprender y sonrojar a la peli-rosada.
— Gracias, Sanae. Por todo. — colocó su mandíbula en la cabeza de la menor. — Si no fuera por tus múltiples cuidados, no hubiera alcanzado este sueño. Esta victoria es para ti.
— Tsu-tsubasa. — la oji-rosa estaba derramando lágrimas de felicidad mientras abrazaba aún más fuerte al castaño y dijo unas palabras que siempre quiso decir. — Te amo.
El castaño abrió los ojos de par en par y se soltó del abrazo pero sin separarse de ella, puso sus manos en los hombros de la chica y aún sin salirse del asombro, le preguntó: — ¿Qu-que?
— P-perdón, Ts-tsubasa. N-no era m-mi in-intensión, de s-seguro no sien-tes lo mis...
— Te amo. — esas simples pero tan significativas palabras lograron asombrar a la chica que dejó de hablar y lo volvió a mirar. — Te amo, Nakazawa Sanae.
La chica miraba el pequeño sonrojo en las mejillas del número 10 y sonrió tiernamente para luego llevar sus manos a las mejillas y lo jaló haciendo que ambos se dieran un efusivo beso. Todos al verlos se alegraron por la pareja, algunos hasta brincaban y otros decían palabras como: “Hasta que por fin los tórtolos se confesaron” y “¡Justicia divina!” o “¡Ya era hora!” entre muchos más.
Pero así como había felicidad, no todos sentían ese mismo sentimiento ya que una chica miraba a la feliz pareja con lágrimas de dolor surgiendo desde lo más profundo de sus ser, con una mano ahogaba los sollozos que salían sin control de su garganta, su amiga la miró triste.
— Lo siento, Kumi. Pero no era para ti, ya encontrarás a alguien que te ame de verdad. — en un intento por abrazarla, la menor la golpeó en el brazo y salió corriendo del estadio sin decir una sola palabra. — ¡¡Kumi, espera!!
— Yukari, ¡¿Viste?! ¡Tsubasa me pidió que fuera su novia! ¡¡Estoy tan feliz!! — la oji-rosa miró a su amiga que tenía una mirada triste en dirección a uno de los oscuros pasillos del estadio, colocó una mano en su hombro haciendo que la más alta volteara a verla. — Yukari, ¿Que tienes?
— Kumi. — simplificó volviendo su vista al oscuro y tenebroso pasillo, Sanae solamente bajó la mirada triste, se sentía culpable. — Oye, no te sientas mal, tu lo amas desde hace mucho tiempo atrás, estoy feliz de que por fin te correspondiera.
— Lo sé, pero aún así me siento culpable. — la castaña abrazó a su amiga y la llevó junto a donde se encontraba el equipo que estaban planeando alguna clase de fiesta.
Una chica con el uniforme del equipo Toho con el número 11 miraba a todos un poco retirada, escuchaba todo con atención y aveces intervenía hasta que escuchó una voz a sus espaldas.
— Hola, Alicia. — la chica al voltearse pudo ver al jugador número 8 del Nankatsu.
— ¡Oh! Hola, Izawa. — lo saludó feliz mientras se acercaba a el. — ¿Que pasa?
— Nada, solamente quería... Emm... Jeje, no sé como pedírtelo. — se rascó la cabeza, nervioso. La chica miraba curiosa al más bajo que solo era por un centímetro. — ¿Podríamos... Intercambiar... Camisetas?
— ¿Era eso? — la chica se privó a reír haciendo sonrojar aún más al peli-largo. — Creí que era algo más vergonzoso.
— No te burles, es que como eres chica... Y tienes tus... Atributos... — hizo un gesto con las manos en forma de tener unos balones. — Creí que no querías quitarte la camiseta.
— No te preocupes por eso. — empezó a quitársela haciendo sonrojar aún más al azabache, pero no fue nada ya que la de mechas galácticas cargaba una musculosa negra debajo de la camiseta del Toho. Luego se lo entregó, el peli-largo hizo lo mismo y se la entregó con una sonrisa. — Jugaste excelente, Izawa.
— Por favor, dime Mamoru. — estrecharon sus manos y luego se dieron un abrazo causando un gran enojo en uno de los chicos del equipo que miraba todo desde el grupo de chicos que seguía hablando sobre la fiesta.
— ¿Esta todo bien, Wakashimazu? — preguntó el menor de todos ellos que miraba al más alto.
— Si... Todo bien. — siguió mirando a la pareja que se acercaban al grupo hablando amistosamente.
Luego de terminar de hablar, empezó la ceremonia de entrega de la bandera, todos estaban gozosos, cada equipo se dirigió a sus vestidores a cambiarse y buscar sus pertenencias para luego ir a los hoteles, la hora de la fiesta era a partir de las 7:00pm en un club que era el mejor de todos (por palabras de Ishizaki).
Al llegar al hotel, los del Nankatsu se llevaron una gran sorpresa.
— Hola chicos, felicidades por su victoria. — dijeron dos chicos al mismo tiempo mientras sonreían, el equipo miraba a los chicos con una gran sonrisa en sus rostros y sin perder tiempo corrieron hacia el par, abrazándolos.
— ¡¡Misaki!! ¡¡Wakabayashi!!
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Aquí una historia de terror que espero les guste, me estoy basando en un videojuego que me gusta, no me sé completamente la historia en sí pero quiero adaptarla a mi gusto y tomar algunas cosas pequeñas del videojuego, más adelante sabrán de cual estoy hablando.
Sin más que decir...
🌙👻 Sayonara mis Trozos de Luna. 👻🌙
🌌 Besos Galácticos. 🌌
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Alma Robada. {Capitán Tsubasa} #1
HorrorQuien diría que por una simple fiesta de celebración se crearía la mayor tragedia que todo Japón haya visto.