Preocupación.
Eso era lo que abundaba en ese lugar.
El Karate Keeper le hacía RCP con urgencia, las lágrimas que derramaba caían en el pecho de la chica que no reaccionaba, los demás veían con gran preocupación, todos sabían de los sentimientos del portero hacia la galáctica pero era tan ciega que nunca se dio cuenta, los sorprendió cuando la chica lo besó antes de irse para ese mundo de tragedia que vivieron en carne propia los chicos.
- Despierta, por favor. - suplicó mientras dejaba de hacerle el RCP.
Estaba roto.
Pero ese no fue el peor de sus problemas.
Una risa se escuchó por el lugar, todos se atemorizaron, la risa venía de todas partes hasta que se detuvo de golpe y las luces se encendieron, todo quedó en silencio.
- ¿Están cómodos? - preguntó una voz burlona, nadie sabía de donde provenía. - Les di tiempo para que descansaran, esta es mi hora favorita. ¡Las 3 de la madrugada! Jajajajajajaja.
- ¡¿Que quieres de nosotros, imbécil!? - gritó enfurecida la azabache de puntas azules que miraba a todos lados entre atemorizada y enojada. - ¡¡No te hemos hecho nada!!
- Lo sé, solo me divierte matar a niños y jóvenes. - nadie lo veía pero sabían que estaba sonriendo. - Ahora viene mi siguiente víctima.
Todos abrieron los ojos de par en par, de pronto se abrió una compuerta y atrapó a los jóvenes, solo quedaron afuera Stella, Hyuga, Wakashimazu y Alicia. La jaula fue arrastrada hacia la pared quedando los cuatro en medio del lugar, vulnerables.
Los azabaches se colocaron alrededor de la castaña en posición de defensa para protegerla y cubrirse las espaldas mientras los demás estaban al pendiente de otra trampa.
Se abrió otra compuerta y salieron flechas en dirección a los azabaches, estos reaccionaron a tiempo y se agacharon, las flechas quedaron incrustadas en la otra pared.
- Buenos reflejos, escogí bien esta vez. Son más valiosos que los otros.
- ¿Otros? ¿Mataste a otros? - preguntó enfurecido el moreno mientras se volvía a levantar. - Eres un hijo de p...
- Wow, calma. Necesito jóvenes puros, aunque tu eres uno de los más puros que hay aquí. - soltó otra risa. - Tu serás el próximo.
Una compuerta se abrió debajo del moreno, abría caído hacia su muerte sino fuera por una mano que lo sujetó, el oji-vino miró abajo aterrado, había puas de hierro y en ellos, incrustados había cráneos, trozos de huesos, carne en estado de putrefacción y mucha sangre seca; sudó frío y fijó su mirada hacia arriba y el que lo sostenía lo sorprendió.
- Te t-tengo, Ko-kojiro. - lo empezó a levantar hasta quedar totalmente fuera de la fosa que se cerró de golpe. - ¿Estas bien?
- Me salvaste, Arigato. - la abrazó muy asustado por la experiencia que vivió y aliviado por ver a la chica viva. - Pero ¿Como?
- Les dije que si pasaba de 10 minutos, solo pasaron 9 y medio. - les sonrió a todos. Su color de cabello volvió a ser el mismo pero sus ojos quedaron de color gris. - Perdón por asustarlos.
- Alicia... - la nombrada volteó y el peli-largo la miraba como si no lo pudiera creer, sin previo aviso la abrazó, la ahora oji-gris correspondió de inmediato. - No me vuelvas a asustar así de nuevo. ¿Si?
- Hai. - se separó de el y le besó la frente, el karateca se sonrojó.
- Pero que romántico, me va a dar diabetes. - habló nuevamente la voz.
ESTÁS LEYENDO
Alma Robada. {Capitán Tsubasa} #1
HorrorQuien diría que por una simple fiesta de celebración se crearía la mayor tragedia que todo Japón haya visto.