15) 👻 Aceptar el destino. 👻

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Los animatrónicos se dirigían rápidamente donde ellos estaban, la desesperación y el temor se apoderó de cada uno de ellos y empezaron a correr de un lado a otro buscando algún interruptor o una puerta que los sacara de allí, Hatsune sin perder tiempo cerró la puerta antes de que los animatrónicos llegaran.

— ¿Que pasa? ¿Por que todos corren de un lado para el otro? — preguntó una muy confundida Alicia mientras se reincorporaba lentamente, Ken la abrazó al instante.

— Que bueno que estás despierta, pero tenemos que salir de aquí y pronto. — pánico era lo que se veía en los ojos de todos haciendo confundirla mas.

— No entiendo, Ken ¿Que pa..? — sus palabras fueron cortadas abruptamente al ver el cuerpo que cargaba Hyuga en sus brazos, su mundo se detuvo.

Caminó a paso lento, todo a su alrededor fue cámara lenta para ella, mientras más se acercaba más miedo sentía.

Poco a poco levantó la sudadera que cubría el cuerpo inerte, al retirarla ahogó un grito desgarrador, su amiga... Su mejor amiga, estaba muerta. Perdió fuerza en las piernas y cayó en el suelo, perpleja. No podía creerlo, no podía. Era algo difícil de procesar, una terrible pesadilla de la cual quería despertar.

Pero la tristeza fue reemplazada rápidamente por enojo, rabia. Con lágrimas de impotencia se levantó abruptamente y golpeó un espejo que se encontraba cerca de ella, los fragmentos del espejo quedaron incrustadas en su puño y sangre salió de esta, todos se detuvieron para ver la escena, y como si para la galáctica no fuera nada golpeó la pared con su mano sana y sin querer presionó el interruptor oculto que todos buscaban pero en vez de sentirse felices solo empeoró todo ya que al abrirse la puerta el asesino se encontraba con una gran sonrisa burlona y detrás de el se encontraba una criatura de ojos rojos.

Sin perder tiempo la castaña empezó a descargar toda su rabia en el hombre frente a el, golpe tras golpe, el hombre trataba inútilmente de defenderse pero la fuerza de la chica era increíblemente mayor, la criatura la atrapó logrando inmovilizarla.

— ¡¡TE MATARÉ!! ¡¡Te quitaré la cabeza de un solo golpe y arrancaré tus órganos con mis propias manos para luego dárselas de comer a un perro!! ¡¡DESGRACIADO!! — gritaba llena de furia mientras trataba inútilmente de liberarse de la criatura, se encontraba flotando en el aire por lo tanto lanzaba patadas para ver si por lo menos lo tocaba, pero no alcanzaba.

— Eres una estúpida con mucha fuerza. — se limpió la comisura del labio y la miró con rabia. Pero luego se fijó en el ojo izquierdo de la galáctica en como se encontraba totalmente negro, elevó la comisura de su labio en una sonrisa macabra. Sacó una navaja y dirigió la punta de éste al ojo derecho.— ¿Que te parece si te arranco el ojo para que estén iguales?

— ¡¡Déjala en paz!! — gritó con rabia el peli-largo.

— Esta bien, la dejaré, solo... Si me dan las otras esferas. — estiró su mano aún sin apartar la navaja del ojo de la castaña.

— Ni lo sueñes. — dijeron Genzo, Sanae y Yayoi con enojo.

— Entonces despidanse de su amiga. — la criatura aún sin soltarla le enterró sus garras poco a poco en la piel desnuda de los brazos a la castaña logrando que esta emitiera un grito de dolor, la sangre empezaba a salir de las heridas, todos veían con preocupación pero Ken se encontraba al borde del colapso.

— ¡Esta bien! — con un movimiento rápido le quitó las esferas a las chicas para luego dirigirse hacia el oji-verde que se negaba a entregarla. — Wakabayashi, dámelo.

— No lo haré, Wakashimazu. — lo miró con enojo y decisión. — Es de mi amada Rashida de la que hablas. No se la entregaré a un psicópata con artimañas del demonio.

— ¡Entregamela o si no Alicia morirá! ¡¿Eso es lo que quieres?! — empezó a desesperarse el Karate Keeper. — ¡¿Quieres que muera?!

— ¡¡No quiero!! ¡¡Ella es mi amiga pero tampoco quiero que se lleven a mi novia!! — lo encaró con notable enojo y alzando mucho más la voz. — ¡¡PRIMERO ES RASHIDA ANTES QUE TODO!!

— N-no se l-lo entregues... — ambos miraron a la castaña que sufría por las heridas recién hechas. — ...No im-porta lo que m-me p-pase a m-mi. Solo... No se la den.

— Alicia... — susurraron ambos a la vez con tristeza.

— Despidete entonces. — el hombre estaba a punto de clavarle la navaja hasta que fue detenido por un grito.

— ¡Lo lamento, Wakabayashi! — y sin perder tiempo el karateca golpeó la parte trasera de la cabeza del oji-verde y de inmediato le quitó la esfera. Genzo cayó de bruces en el suelo, inconsciente. Los chicos fueron a auxiliarlo y el peli-largo le entregaba las tres esferas.

— Buena decisión. — sonrió con malicia y al apenas tocar las esferas estas volvieron a ser consumidas por la oscuridad. Tres criaturas de aspecto escalofriante aparecieron detrás de el, esperando ordenes. — Atrapen a esos dos y traiganme ese cuerpo.

Las criaturas volaron y capturaron a Wakashimazu, a Hyuga y también el cuerpo inerte de Stella. Trataron inútilmente de liberarse hasta que escucharon unos golpes a sus espaldas, todos quedaron inmóviles...

Estaban golpeando la puerta de metal, intentando derrumbarla. Esto causó satisfacción en el rostro del mayor y temor en los jóvenes.

— Al parecer los animatrónicos harán el trabajo sucio por mi. — al estar las criaturas con los chicos detrás de el les dirigió una última sonrisa burlona para luego cerrar la puerta, encerrando a los jóvenes hacia su trágica muerte.

— Esto es malo, muy malo. — entró en pánico Yoshiko mientras abrazaba fuertemente a su novio.

— Vamos a morir. — lloriqueo Ishizaki.

— Este es el fin. — bajo la mirada Jito.

— Fue un gusto el haberme convertido en sus amigos. — sonrió Taki con varias lágrimas corriendo por sus mejillas y abrazando fuertemente a su conejo.

— También me gustó ser su amiga. — Sanae sonreía nostálgica tomando de la mano a Yayoi y a Yukari. — Gracias al cielo que Kumi no está aquí.

— Me hubiera gustado confesarle mis sentimientos. — todos observaron asombrados a Misaki. — Si, estoy enamorado de Kumi.

Más golpes se escuchaban en la puerta causando abolladuras en ésta.

— Ya que este será nuestro fin y nos estamos confesando cosas, quiero hacer algo. — Kisugi sin perder tiempo tomó de ambas mejillas a Hatsune y le planto un dulce y amoroso beso, esta se sorprendió pero inmediatamente le correspondió. — Hatsune, mi Hatsune. Siempre he estado enamorado de ti, quería confesarme hace mucho tiempo pero siempre era interrumpido o mis nervios me terminaban ganando, fui un idiota muchas veces y tu siempre fuiste tan dulce conmigo, eres asombrosa, hermosa, talentosa, chistosa y muy, muy encantadora, amo cuando la brisa ondea tu cabellera tan blanca como la nieve, amo tus ojos tan azules como el mar y tus labios tan rojos como las fresas... Simplemente te amo, Hatsune.

— Kisugi... Y-yo... También estoy enamorada de ti. — esta vez fue ella la que lo besó.

La puerta estaba a punto de ser derribada.

— Adiós... Amigos. — se sonrieron mutuamente y todos se tomaron de las manos al ver que la puerta colapsaba mostrando los escalofriantes ojos brillantes, las grandes garras afiladas como cuchillas y los dientes tan filosos como espadas.

Aceptaron su destino.

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Alma Robada. {Capitán Tsubasa} #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora