Tres jóvenes se encontraban encadenados y con los ojos vendados. El oji-avellana trataban de quitarse la venda pero se le dificultaba por los grilletes en sus muñecas, así que acudió a sus piernas, como pudo colocó su cabeza en medio de sus rodillas y logró quitársela, pero fue mejor no haberlo hecho, lo que vio lo dejó horrorizado.
Frente a él se encontraban los cuerpos de sus amigos que habían desaparecido, mucha sangre estaba salpicada por las blancas paredes y en el suelo como si hubieran sido arrastrados.
Todos los cuerpos estaban colgados en ganchos como si de carne de vaca se tratara mientras la sangre aún salía y formaba un gran charco debajo de ellos, y lo peor...
Sin cabezas.
Wakashimazu le dio arcadas, había un olor fétido en el lugar y la imagen no fue muy agradable de ver; quería vomitar.
Cerró los ojos con fuerza tratando de no llorar por la desgarradora escena, pero se le escaparon varias lágrimas. Buscó algún rastro del asesino pero no estaba por ninguna parte, entonces con todas sus fuerzas trató de liberar sus muñecas, cada vez que halaba se lastimaba más pero no le importó, solo quería liberarse para poder ayudar a sus amigos.
Observó que Alicia y Hyuga estaban inmóviles con sus brazos encima de sus cabezas gracias a las cadenas, parecían títeres inmóviles.
Notó unas nuevas heridas en los brazos y rostro del moreno, un hilo de sangre corría en la comisura del labio y en su nariz, su mejilla izquierda estaba colocándose de un tono morado con azul, seguramente fue golpeado hasta dejarlo inconsciente, al igual que hicieron con él y con la chica. A él aún le dolían los arañazos y golpes que le había dado la criatura, pero la peor fue una patada que recibió en su costado logrando romperle algunas costillas, dejó de lado el dolor y siguió con liberarse, hasta que escuchó una puerta abrirse.
Agachó la cabeza para que su rostro fuera cubierto por su cabello y escondió la venda debajo de el, se dispuso a escuchar las voces.
— ¿El plan ya resultó? — preguntó una voz femenina mientras se acercaba al cuerpo inconsciente de la chica.
— Casi, solo me falta obtener las almas de estos tres y todo volverá a ser como antes. — habló el asesino y Ken frunció el ceño. ¿Quien era esa chica? Por su tono de voz se notaba que era de la edad de Takeshi o un poco mayor, pero no la reconocía.
— Aun no entiendo por qué tuviste que matar a Tsubasa, yo quiera que mataras a Sanae. — le habló con un tono de reproche la fémina.
— La peli-rosa no poseía las características que buscaba, en cambio en este chico sí. — escuchó que caminaba, alzó un poco la mirada para ver por en medio de su cabello y vio que estaba frente al cuerpo de Tsubasa. La chica estaba de espaldas, por lo tanto no podía identificarla. — Tsubasa posee la alegría, Rashida la belleza, Misugi la fortaleza, Stella la destreza... — caminó hasta estar frente al moreno. — Hyuga la agresividad, Alicia la valentía y Wakashimazu la determinación. Esas son las características que poseía mi hija y con eso la traeré de vuelta.
— Amo a Tsubasa... Pero si me ponen a escoger entre el y mi prima, obviamente elegiría a mi prima. — Ken al fin pudo ver la cara de la chica, abrió los ojos sorprendido al identificarla. — Puedo buscarme un nuevo amor pero jamás una nueva prima como lo era Scarlett. Los demás no me importan, pero me gustaría ver agonizar y pidiendo piedad a Alicia.
— Acompañame, tengo que ir a preparar todo para el ritual de entrega. — ambos salen del lugar dejando a un muy confundido y enojado Ken.
— No puede ser... Esa perra nos traicionó. — ahora con mayor fuerza intentó quitarse las cadenas hasta que por fin logró liberar un brazo pero causó que su muñeca quedara muy lastimada y con grandes cortadas que salían sangre por montones, le restó importancia concentrándose en sacar su otra mano, le resultó más fácil quitárselo.
Con desesperación y apresurado buscó las llaves hasta que los encontró en una gaveta, se dispuso a liberar a Hyuga primero.
— Hyuga, Hyuga, despierta. — le dio pequeñas cachetadas en el rostro para que despertara y funcionó, se incorporó quejándose.
— ¿Donde estoy y porque me duele todo como si me hubieran dado una paliza? — soltó un quejido.
— Es porque te dieron una buena paliza. — liberó una mano y terminó con la otra. — Tenemos que salir de aquí. Fuimos traicionados.
— ¿Por quien? — preguntó confundido tomándose las muñecas.
— Luego te diré, por ahora ayudame a liberar a Alicia para luego buscar a los chicos y salir de aquí. — empezó a liberarla. — Ve despertándola.
Hyuga hizo lo mismo que Wakashimazu hizo con el y la chica se incorporaba rápidamente, lograron liberarla y cuando se dieron vuelta no pudieron evitar mirar los cuerpos con horror, Hyuga corrió y abrazó el torso del cuerpo de Stella, aferrándose con dolor.
Alicia solo se dispuso a soltar varias lágrimas siendo abrazada por el peli-largo que le acarició el cabello.
— Esto es una terrible pesadilla. — susurró con desgano aún escuchando los lamentos de Hyuga. — Ya no quiero vivir sin mis amigos y mi mejor amiga.
Wakashimazu abrió los ojos, asustado. — Oye, no digas eso, por favor. — la tomó de ambas mejillas. — ¿Que haría yo sin ti?
— Puedes hacer muchas cosas sin mi, Ken. — colocó sus manos encima de las de el. — Tu tienes a tu familia intacta, Stella era mi única familia aquí. — bajó la mirada con tristeza. — No puedo volver a mi país.
— Pero te conectas con tus padres desde aquí. No puedes darles ese dolor, ellos confían en ti. — trató de hacerla recapacitar mientras las lágrimas amenazaban con salir nuevamente. — No me lastimes así, por favor.
Wakashimazu la abrazó fuertemente mientras lloraba silenciosamente en el hombro de la castaña, le acarició la espalda.
— Esta bien, lo haré por mis padres y por ti, Kenny. — le dio un beso en la frente y se separó para dirigirse a su mejor amigo y darle consuelo.
Wakashimazu quedó inmóvil por el apodo que su amada le había colocado, una pequeña sonrisa surgió de sus labios con un pequeño sonrojo.
Se acercó a su mejor amigo e hizo lo mismo mientras que el moreno seguía llorando aferrándose fuertemente a sus amigos, el oji-vino no había sentido tal dolor desde que su padre murió frente a su familia.
Al separarse se dispusieron a salir rápidamente de ese lugar dispuestos a tratar de ayudar a sus otros amigos (si es que aún seguían vivos) pero frente a ellos se encontraban el asesino y la menor.
— No puede ser. — susurró Alicia con ira y frialdad.
— ¿Me extrañaste, perra? — exclamó la chica con ironía y rencor.
— La única perra aquí eres tu... Kumi Sugimoto.
La nombrada sonrió de lado con maldad.
👻 Capítulos Finales. 👻
🌙 Sayonara mis Trozos de Luna. 🌙
✨ Besos Galácticos. ✨
ESTÁS LEYENDO
Alma Robada. {Capitán Tsubasa} #1
HorrorQuien diría que por una simple fiesta de celebración se crearía la mayor tragedia que todo Japón haya visto.