Capítulo 20✅

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Invitación

En estos últimos tiempos no me había sentido mal al contrario, estaba bien y ya habían pasado mucho tiempo desde todo aquello ocurrido con Abraham.

Iban pasando semanas y veía como su presencia me hacía falta, me acostumbre a él, a sus mensajes de buenos días, sus audios de Buenas noches, sus llamadas fastidiosas, sus historias de momentos de melancolía por la pérdida de su difunta abuela, hasta extrañaba su mal carácter, mientras recordaba me ahogaba en llanto aún así aceptaba estar mal sólo por una persona que no hizo el mínimo esfuerzo por arreglar la situación de la relación, y en suplicar que se quede a mi lado con toda avidez fue un esfuerzo fallido.

Siento un fuerte dolor en el pecho, mi garganta tiene los malditos nudos y no puedo evitar llorar, no sabia que esto dolía desaforadamente aunque lo debí de suponer.

Estos son los momentos donde entro a la realidad y me doy cuanta que solamente se ama una vez en la vida con tanta inocencia.

En algún momento escuche palabras en la cual le doy lo opiso, "Cuando amas perdonas todas las fallas de las parejas" . No es así, primeramente si llegas a "amar" debes amarte más a ti  misma sobre todas las cosas. Uno ama cuando deja ir, sabiendo que nunca volverá sin guardar rencor por años.

Cambiando de tema... Tengo una necesidad de volver a encontrar un amor como el que sentí por Vega, siempre y cuando sea mutuo, pero... Si vuelvo a enamorarme buscaré a una persona con los mismos rasgos físicos que Vega y todas las personas son diferentes, solo tengo mis pensamientos puestos en él y ese es el error que no quiero cometer.

Cuando escucho el ruido de la manija de la puesta y si chirrido al abrirse, voy a ver quien se encuentra en la puerta. En cuando vi a Kansas y Candace  llegando, las invité para que estén al tanto de todo lo que me pasó y al igual que también yo de ellas. Les abro la puerta de mi cuarto.

-Alexa ¿qué te pasó? Jamás te vimos así de...

-¿Así cómo Candace? -Intervengo a una de las gemeras- No era necesario que me lo diga yo se como me encuentro en estos momentos.
Díganlo, aún no e cogido un peine y mis ojeras están tapando toda mi cara -rei- No e podido dormir bien, sentemosno en la sala.

-Kansas ríe yendo a sentarse al igual que su hermana- Amiga jamás te vimos así por un hombre, ya levántate y vístete alguien vino que visitarte -guiñea el ojo con una mirada pícara-

-¿Riam...? -Cuestione tirada en el sofá-

-Ve a ver por ti misma -dice Candace tomándome la mano-. No se atrevan a traer aquí a visitas que no me apetece -aparto mi mano de la suya-

-Si es otra persona que aquí lo entre.

-Tarde, ya lo hice -afirma Abraham cabizbajo-. Y tranquila que unas compañera mía quería que te entregue una tarjeta para su fiesta de XV años, te dejo en la cómoda y me voy.

Debe ser Sol... Conseguí muchas amigas gracias a él, era la única ventaja.

-Adiós -se despide frío llevando su cabello con la mano para atrás-

Al verlo empeoró, no quiero aceptar que él ya no está. Y no puedo dejar de mirar sus ojos claros, estaba mal y aún no dejaba de elogiar su belleza. Tapo mi cara con la almohada-

-Alexa... ¿Te encuentras bien?

-¿Ustedes que creen? Todo este tiempo necesite su ayuda y ustedes no estaban. Kansas se alejó de mi por una razón desconocida, no le podía contar lo que me sucedía porque le daba fiaca -funci el ceño-

-Ya dile Kansas -Candace le jala el brazo obligándola, aún que no sabía de qué hablaban?

-¿Hay algo del cual no esté enterada? -cuestiné-

-Ya me voy, lo siento -Kansas se marcha con molestia-

-Amiga hay algo que te debo de contar, necesito que me escuches, yo se que esto no fue a propósito. -se queda solo Candace a mi lado-

A mil años de amarte [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora