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Dos semanas desde que nos reconciliamos con Zayn, ha estado a mi pendiente y no me deja ir a ningún lado sola. He notado el cambio brusco en él, hemos salido a comprar ropa al Centro Comercial ya que hay ropa que no me entra por el embarazo, y en varias oportunidades han pasado por nuestro lado chicas que casi no llevaban ropa, o chicas que le sonreían coquetas a Zayn, pero él no las miraba y prefería, supongo yo, acariciarme el vientre y llevarme de la cintura.
Mis senos han aumentado de tamaño y mis brasieres ya no me quedan. Zayn me regaló tres conjuntos de lencería, me dió pena... y sé que a él también, pero los recibí de todos modos.
Hoy sería el último día que asistiría al colegio, ya que mi vientre ha crecido bastante y ya no puedo caminar mucho o hacer gimnasia, en el almuerzo me da asco la comida, en química he vomitado por los olores. En matemática me he mareado demasiadas veces y Perkkins dijo que estaría más segura rindiendo libre.
Me levanté a las siete treinta, porque hoy entrábamos tarde. Me duché y me vestí, era difícil vestirme bien sin cortarme la respiración. Bajé a tomar el desayuno y me encontré con Jim y Zayn hablando.
-Buen día.- Saludé a mi papá depositándole un beso en su mejilla.
-Hola hija.- Me respondió.
-Buen día linda.- Dijo Zayn sonriendo, mi papá lo miró mal y éste se encogió de hombros.
-Hija, ¿Estás segura de lo que haces?
-Es por el bien de tus nietos, que sus padres lleven una vida juntos no es nada malo.
-Pero hija...- Lo interrumpió Zayn.
-Con todo el respeto señor, ésta es una decisión de su hija y mía. Y si aún piensa que lo hago obligado, saque eso de cabeza, ¿sí? A su hija la quiero, por haber sido fuerte, y por serlo cada día. Le daré lo mejor que pueda, y nos podrá visitar cuando se le plazca.
-Por Dios, está bien. Pero a la primera que hagas sufrir a mi niña, te castro Malik, ¿entendido?
-Entendido.- Tomó mi mano.- ¿Vamos mi niña?- Asentí me despedí de papá y salí afuera de mi casa esperando a que Zayn saliera.
-Adiós mi pequeña, te cuidas hija, ¿sí?- Se despidió mi papá.
-Sí, pa. Por la tarde vengo.
-Adiós señor, y a propósito… es mi pequeña.- Rió y subió al auto.
Manejó hasta la escuela y allí nos bajamos. Me tomó por la cintura y nos adentramos al colegio. Miles de miradas posadas en nosotros y en mi panza, que por cierto se comenzaba a mover.
-¿Te veo en receso mi niña?- Preguntó Zayn tierno acariciándome la barriga, ya fuera de la sala de Lengua.
-Es un solo bloque. Y cuando salga no te quiero ver besando a Isabel, ¿puede ser?- Me miró enojado, pero cambió su semblante y me plantó un beso en mis labios.
-Te quiero, no hagas nada que requiera de esfuerzo.
-Está bien, adiós.
Entré al salón y como siempre, Matías, el profesor, me preguntó por los bebés, era con el que mejor me llevaba.
Las clases pasaron normales y nadie me daba tareas, pero mis compañeros no lo sabían. Al finalizar la jornada me despedí de todos mis amigos y fui a esperar a Zayn fuera del salón de Algebra.
-Miren quién está acá. La zorra que se embaraza para estar al lado de mi novio.
-No molestes Isabel.- Dije fastidiada, siempre los mismos comentarios.
-Deja en paz a Zayn y ya no te molestaré.- Dijo firme.
-Yo no lo obligo a estar conmigo, si lo hace es por algo, y no creo que sea porque te quiere.- Y allí fue cuando me arrepentí de haber dicho eso, Isabel me pegó un puñetazo en medio del vientre, provocando que cayera de rodillas al suelo.
-Eso te ganas por ser una zorra, desgraciada.- Pateó mi vientre y ya no recuerdo más, me desmayé.