Zayn.
Amanecí un poco incómodo, estaba durmiendo casi en el suelo. Me di la vuelta para ver a mi niña y allí estaba, tan dulce, bella y tierna como siempre lo ha sido.
Aún no entiendo como la pude haber tratado así... pero hizo que cambiara, me enamoré de ella con tan sólo verla... Y la sorpresa, se la voy a dar hoy.
Me levanté y me coloqué ropa limpia, como pude pase a _______ a la cama para que estuviera más cómoda y bajé a hacer el desayuno, mi familia no estaba, era raro... pero en fin, estaba con la chica que me robó el sueño, y eso era lo único que yo necesitaba para estar bien.
Hice jugo, preparé unas tostadas con mermelada y una leche chocolatada... de seguro tiene hambre.
Subí sigilosamente para no despertarla y logré mi objetivo, llegué arriba sin ningún problema. Dejé la bandeja en el buro y me hinqué para despertarla, comencé a moverle levemente el hombro pero sólo conseguí un bufido de su parte.
-______, despierta.- Coloqué mi mano sobre su vientre y abrió los ojos de golpe, me asustó por cómo me miraba, pero después de pestañar unas cuantas veces me sonrió y me pude sentir aliviado.- Te preparé el desayuno.
-Que bueno, muero de hambre.- Comentó sentándose en la cama.- ¿Qué has hecho de rico?
-Unas tostadas con la mermelada que prepara mi mami, y una leche chocolatada.- Me senté junto a ella y le besé los labios.
-Zayn, no puedo tomar leche, soy intolerante a la lactosa, ¿o lo olvidas?
-Oh, cierto pequeña... lo había olvidado. Entonces, ¿qué quieres?
-Con un beso me basta.- Sonrió tímida.
-Vamos, algo más tiene que haber.
-¿No me quieres besar?- Curvó su labio en signo de tristeza.
-Oh, claro que sí. Ven aquí.- La cogí de la cintura y le comencé a esparcir besos por toda su cara, hasta que llegué a sus labios y los besé lenta y dulcemente, con tanta dulzura que pensé que en cualquier momento me la podría devorar.
-Te amo.- Dijo entre beso y beso.
-Yo más.- Le respondí de la misma forma.
-Zayn.- Me dijo al separarnos.- ¿Qué pasará con Isabel? Me da miedo volver a verla.
¿Qué pasará con Isabel? No lo había pensado, pero de algo estoy seguro... a mi niña no le volverá a tocar un pelo, y si lo hace, será sobre mi cadáver.
-No te preocupes linda, a partir de hoy ya no vamos más a la escuela, viviremos en nuestra casa y sólo nos preocuparemos por nuestros pequeños, que si no me equivoco... están jugando en este mismo momento.- Dije dulce observando su vientre.
-En efecto, se están moviendo... pero es porque te quieren decir algo.- Dijo sonriente.
-¿Qué será?- Me puse de rodillas en la cama y acerqué mi oído a su pancita, fingí sorpresa y me pequeña rió, le hice una seña para que hiciera silencio y la miré sonriendo.
-¿Qué dijeron?
-Que me amas, que me aman, y que para cualquier ser humano sería imposible no amarme.- Comenzó a reír y me acosté a su lado.
-¿Me amas? O ¿sólo lo dijiste para quedar bien?
-Te amo, los amo a los tres... y no dejaré que nada les pase, ¿entendido? Es una promesa bebé.- Besé sus labios para luego subirle la remera y besar si vientre.- Es una promesa, bebés.- Sentí movimiento y sonreí más ampliamente, era obvio que estaban felices.
___________.
Luego de que me besara me levanté con algo de dificultad, la panza ya se me hacía algo pesada, pero lo logré y bajamos al living... para allí encontrarnos con su familia, quienes estaban desayunando felizmente.
- Amor, tenemos que ir a tu casa por ropa, además te tengo una sorpresa.- Me dijo levantándose del sillón en el que estábamos.
- ¿En serio? ¿Y qué es?- Pregunté emocionada como una niñita de 5 años.
-Si te dijera ya no sería sorpresa, boba.- Comentó ayudándome a parar.
-Bueno, voy por mi abrigo y vamos, ¿vale?
-Voy yo, tu quédate aquí, ya vuelvo.
Subió las escaleras rápidamente y casi se cae, pero logró mantener el equilibrio y siguió su camino. Luego de unos minutos bajó con su abrigo puesto y con el mío en mano, me lo colocó como todo un caballero, le avisó a Trisha que salíamos y nos fuimos directo a casa de Jim.
-Pa... ¿estás en casa?
-¡Hija! Por Dios, ¿por qué no vinieron ayer?- Preguntó abrazándome.
-Nos quedamos dormidos pa, lo siento.
-Y bueno, ¿qué los trae por aquí?- Preguntó ya sentado en un sillón del living.
-Veníamos por algo de ropa.
-¿Aún siguen con la idea de vivir juntos, chicos?
-Así es señor, pero usted no tiene de que preocuparse... está bien conmigo.
-Sí, claro... por eso que hace dos días estaba conectada a miles de cables en un hospital postrada en una camilla.
-Pa, eso sólo fue un incidente. Zayn no tiene nada que ver.
-Espero y sea cierto.- Dijo enojado cruzándose de brazos,
-Pa.- Me levanté de las piernas de Zayn y me coloqué al lado de Jim para así poder abrazarlo.- No seas tonto papá, sabes que te amo... pero estoy creciendo, y necesito abandonar el nido para así poder experimentar cosas nuevas... Esto en unos años lo voy a vivir yo con estas cositas que vienen en camino... Todos sabemos eso, pero ahora quiero disfrutar, y quiero estar con el chico que amo , papá. Por favor, tienes que comprender.- Al terminar de decir eso, sólo sentí sus brazos fuertes rodeándome y unas lágrimas en mi hombro.- No llores papi, podrás venir a verme cuando quieras, y vendré día por medio a ver cómo está mi viejo.- Se separó de mí y me besó la frente.
-Con tan sólo 16 años, aunque ya casi diecisiete eres una chica fuerte, madura y decidida, ojalá todo te salga como planeas.
Después de esa emotiva charla, subí junto a Zayn a buscar ropa y algunos zapatos. Bajamos y nos despedimos de Jim. En el camino Zayn se desvió y sólo me sonrió.
Okey, ¿a dónde vamos?, pensé.