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Al fin en el colegio de nuevo, extrañaba ver a mis profesores y compañeros, a pesar de las incómodas miradas posadas en mí, me sentía bien. Algunos me miraban como si fuese un fenómeno caminando por un lugar normal, otros con cara de asco, ¿el por qué? No sé, y no quiero averiguarlo, además, no me interesa ni tanto.
- Bienvenida señorita.- Dijo el profesor Matt al entrar.
- Gracias profesor.- Al parecer me miró con pena, claro ______. El accidente y tu pérdida de la memoria, aunque debía admitir que… algo más me faltaba. Lo sentía en mi pecho.
Narrador omnisciente.
La clase de ______ pasó de lo más normal para ella, sus compañeros la trataron como siempre… o como ella recordaba, al igual que el profesor. Aunque Matt se sentía incómodo de no poder decirle la verdad de todo a su alumna consentida. Definitivamente el Sr. Matt extrañaba a aquella niña con barriga redonda, la extrañaba mucho, y se notaba en el ambiente.
Al concluir la clase, la pequeña de Zayn salió al patio, al igual que sus demás compañeros. Al parecer, la idea de que fuesen los cinco chicos juntos no era muy buena, ya que estaría sola hasta la hora del almuerzo. Oh eso, pensaba ella.
Sentada en una banca, sola y triste, se encontraba la chica que había vivido aquel terrible accidente. Un vacío sentía en ella, el vacío de sus dos amores que nunca conocerá. El vacío de ambos bebés que perdió en aquel horrible accidente que, sin rodeos ni previo aviso, cambió su vida brutalmente.
Esperaba sola a que el receso terminara para volver a clases, pero una voz chillona, desconocida para ella, se hizo presente en aquel ambiente calmado en que se encontraba pensando.
- Así que ya volvió la roba novios, ¿cómo te fue en el hospital, mosquita muerta?- Una confusión increíble recorrió el cuerpo de la acusada como “Roba Novios”.
Pero… ¿Y ésta quién es?’ Se preguntaba mientras rebobinaba, a ver si algún recuerdo volvía a su mente. Lo único que logró recordar fue una patada en su abdomen y demasiado dolor, después todo negro. Al haber esforzado su memoria, el dolor de cabeza se hizo presente en ella. Era demasiado tener que recordar.
- ¿Ahora no hablas?- Insistió con esa voz chillona que empeoraba la jaqueca de la confundida en estos momentos.
- No sé quién eres, debes de estar confundiéndome.- Confesó apenada, de segura que esa chica desconocida no estaba enterada del accidente que había sufrido no hace mucho. Pensó ___.
- No te hagas la santa, que bien que te cogiste a Zayn sabiendo que estaba conmigo, y para colmo… te embarazaste perra. No te vengas a hacer la inocente.- Dijo corajuda.
- No sé de qué me hablas, discúlpame.- Dijo apenada y levantándose de donde estaba.- En serio, debes de estar confundiéndome.- Dijo ella en un hilo de voz, siendo que ella era la que se encontraba confundida.
Un fuerte tirón hizo que cayera redonda al suelo, provocando ciertos sangrados en algunas heridas que no estaban sanas aún.
- Sabes muy bien de que te hablo, Zayn te embarazó, me engañó con una trola como tú, me dejó como si nada aquel día que se encontraron en un Starbucks. Desapareció del colegio al igual que tú de un momento para otro. No tengo idea de que carajos habrá pasado, pero sufrí y sufro por él. ¡Y todo por tu maldita culpa! ¡Y por culpa de esos bebés que llevabas! ¡LOS CUALES PERDISTE EN EL ACCIDENTE QUE TUVISTE CON ZAYN, _____! Por favor, ya no te hagas la estúpida.- Escupió aquella serpiente venenosa, provocando que a ______, le llegaran varios recuerdos.
Un vientre, Zayn, casa nueva, rendimiento libre de secundaria, la noche en donde le confesó lo que sentía por él. La noche que pasaron juntos aquella vez que Zayn ya sabía todo. Besos, abrazos, caricias, comentarios depravados por parte de Zayn.
Ahora le cerraba todo, ahora sabía el por qué de que Zayn la tratara así. Ahora sabía la razón de la sensación que sentía al cruzar miradas con Malik, aquel chico que la enamoro con dulces gestos que ocultaban malas intenciones, las cuales formaron a dos amores de vida, a dos luces resplandecientes, las cuales se perdieron en un abrir y cerrar de ojos, los cuales ya no están. Ahora entendía todo en lo absoluto.
- Yo…- Articuló en un hilo de voz.- Lo siento.- Pronunció con la cabeza gacha y en un encogimiento de hombros, Isabel la miraba sorprendida por aquella reacción, respuesta y por aquellas lágrimas que suavemente llegaban al punto de su fin, aquellos labios, que alguna vez… habían pertenecido a Zayn Javadd Malik Army, el chico que vivía diciendo “Sólo será una más de la lista”.