Sólo horas para Navidad.
- ¿Me alcanzas el condimento?- Pregunté a Leah, quién se negaba a quedarse sentada y quietecita.
- Claro, ten.- Dijo, amable.
- Amor, pregunta Jim si te falta mucho con el pollo.
- No, aquí está.- Dije pasándoselo.- No lo tires como la última vez.- Agregué, riendo.
- Gracias y no lo haré, no de nuevo.- Sonrió y besó mis labios.
- No le he comprado nada a Jimmy.- Dijo Leah cuando Zayn ya no estaba en la habitación de la cocina.
- Con Zayn le compramos un reloj, pero no le pusimos de quién era parte, si quieres le hago una tarjeta, y te incluyo.- Dije, tratando de sacarle la culpa de encima.
- ¿En serio lo harías?- Preguntó de forma ilusionada.
- Claro, todo para no verte afligida.
- Gracias.- Contestó.
La hora de la cena la pasamos maravilloso, con todos los chicos compartiendo. Festejando el cumpleaños de Louis, y el reciente nacimiento de Calum y de Matheu, mi hermano.
Esa noche Zayn se veía raro, nervioso, al igual que los chicos y las chicas, añadiendo a ellos a Jim y a Leah. Creo que los únicos más tranquilos eran Calum y Matheu, junto a mí.
- ¡Feliz Navidad!- Gritó Louis.
- ¡Feliz Navidad!- Repitió Harry.- Salud, y que todos sus sueños se hagan realidad. Se lo merecen, todos y cada uno de ustedes.
- Yo ya tengo todo lo que quiero.- Dijo Zayn, abrazándome.
- Igual yo.- Respondí de la misma forma.
Salimos afuera, para ver el espectáculo de fuegos artificiales que nos brindaba el cielo esa noche, esa noche perfecta junta a todos mis seres queridos.
- ¿Podrías ir por mi cámara adentro?- Preguntó Danielle.
- Claro, ya vuelvo.
Al entrar, sólo estaban las velas de la mesa encendidas, junto a las del pino de navidad, aún rodeado de regalos. Una leve música, apenas audible se oía desde la cocina, dónde estaba el bolso de Dani. Me dirigí hacia el cuarto de cocina, con el único objetivo de encontrar la cámara y volverme al patio, con todos.
- Hola.- Escuché a mis espaldas.
- Zayn, qué susto me has dado.- Dije, luego de dar un respingo del susto.
- Lo siento. ¿Cómo estás?- ¿Qué?, me pregunté yo misma.
- Bien, creo.- Dije, confundida.- ¿Tú?- Pregunté, esbozando una sonrisa.
- Mejor que nunca.- Dijo sonriéndome.
¿Y a este qué bicho le picó?, pensé.
- ________.- Llamó a mis espaldas.
- ¿Qué sucede?- Pregunté, volteándome.
Mierda, dije para mis adentros.
- Zay-n.- Dije, trabada.
- ¿Te quieres casar conmigo?- Dijo, arrodillado frente a mí, con un anillo hermoso en una cajita de terciopelo.
- Di que sí, boba.- Susurraron desde la puerta.
- Di algo, por favor.- Dijo Zayn, suplicando, al parecer.
- No-no sé qué de-decir.- Dije, tartamudeando.
- Sí o no.- Dijo, con una sonrisa fingida Zayn.
Responde tonta, me reté mentalmente.
- ¡SÍ!- Respondí, arrojándome sobre el.- Si, Zayn. Es lo que más quiero en el mundo.- Dije, mirándolo a los ojos, para luego comenzar a repartir besos por toda su cara.
- Te amo.- Dijo, sincero, entre besos.
- Yo te amo mucho más, y lo sabes.- Contesté.
- No, tú sabes que te amo más.
- ¿Cuánto más?- Pregunté aún sobre él.
- Al infinito y más allá.- Respondió, robándome un beso.
- ¿Tan poquito?- Pregunté, haciendo sobresalir mi labio inferior.
- Tonta.- Rió.
- Te amaré toda la vida, pase lo que pase.- Dije, escondida en su cuello.- Por miles y miles de años.- Concluí.
- For a thousand years.- Dijo.
- For a thousand years.- Repetí. Y lo besé, como sello de mi juramento reciente hacia él.
- Felicitaciones.- Se escuchó a unísono a nuestras espaldas.
Recién en ese momento me percaté de que todos miraban, y Dani tenía su cámara junto con ella, al igual que Eleanor, Demi y Leah. Sabían todo, y fueron cómplices de ello.
¿Feliz? Claro que sí. El hombre que amaba y que siempre había amado me acababa de pedir matrimonio, en Navidad, con un espectáculo tremendo fuera del cuarto de cocina.
La noche más feliz de mi vida, definitivamente, o tal vez la segunda noche más feliz, y aún recuerdo la primera, a pesar de aquella borrachera.
Una historia un tanto complicada, triste y feliz. Llena de emociones, experimentaciones y cosas nuevas. Llantos, gritos y risas. Gente nueva, y ya conocida. Una familia que siempre me apoyó en todo y que lo sigue haciendo, amigos ganados por un “error”, el amor de mi vida a mi lado. ¿Qué más puedo pedir?
La segunda mejor noche de mi vida, concluyó de la mejor manera.
- Te amo.- Dije, sobre su pecho.
- Te amo.- Repitió y me besó la cabeza.- Feliz Navidad amor, y que todos tus sueños se hagan realidad.
- Mi sueño, hoy, está a mi lado.- Dije, besando su pecho desnudo.
- Qué sexy el sueño que tienes.- Bromeó.
- A decir verdad, hay mejores.- Dije, siguiéndole el juego.
- Ey.- Reprochó a lo que reí.- Gracias por haberme querido cuando fui un idiota.
- Gracias por haberme apoyado y ayudado cuando estuve perdida.
- No tienes que agradecer, te lo debo todo a ti. Te amo, nunca me cansaré de repetirlo.
- Ojalá y sea así. Si no, me veré obligada a enamorarte de nuevo, como te tocó a ti, una vez.
- Y te juro que va a ser el mismo resultado, o aún mejor.- Dijo.- Porque nunca podré dejar de amarte. Nunca, ni en un millón de años.
- ¿Ni en tus más salvajes sueños?
- Ni en más salvajes sueños, amor. Descansa. Te esperan muchos regalos por la mañana.
- El mejor lo he tenido esta noche. Dulces sueños, mi vida.
- Igualmente, amor.
- Te amo.- Dije.
- Nunca te amarás ni la mitad de lo que yo te amo.
- Gracias.
- A ti, cielo.
- Oye…- Dije divertida.
- ¿Qué?- Preguntó Zayn ya fastidiado de mi insistencia con seguir hablando.
- ¿Recuerdas cuando dijiste que sólo sería una más de la lista?
- Lo recuerdo.- Dijo mirándome.- ¿A qué se debe tu pregunta?
- ¿Seré la última en tu lista?
- No.- Dijo, seco.
- ¿Qué?- Dije, mirándolo triste de golpe.- ¿Zayn?
- Eres la primera, y serás la última. Nunca existió nadie más.
- ¿Y las chicas con que estuviste antes de mí? ¿E Isabel?
- Ellas, sólo eran chicas. Tú, fuiste quién me enseñó a amar, y el verdadero significado de la vida. Las demás ya no interesan, y nunca lo han hecho, ¿entendido? Entiende que siempre te he amado, nunca podré amar a nadie más, sólo tú. Sólo eres tú. Siempre has sido tú.
- Ojalá que nuestro hijo tenga una historia similar a la nuestra, sin las partes feas.
- Tendremos que dejar que el arme su propia historia de vida.
- Algún día, cuando ya seamos grandes, y estemos arrugaditos como pasas de uva, me gustaría contarles nuestra historia a nuestros hijos.
- ¿Nuestros?- Dijo sonriente.
- Sí, nuestros, mi amor.
- Te amo.
- Yo también te amo, cariño.
- “Sólo será una más de la lista”.- Dijo, hablando consigo mismo.- Nunca olvidaré esa frase.
- Yo tampoco.
- “Sólo será una más de la lista”.- Repitió.- Tú has creado mi nueva lista, con un solo lugar. El tuyo.Este fue el último capitulo chicas,pero no se preocupen que falta el epílogo :)