Plan B: Carter Reynolds

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—Eso es mentira —dije.

Al parecer me había llegado otra carta de nuestro supuesto acosador. Y ya creía que todo esto había terminado con lo del incendio de Brisa en la casa de Nati.

—Carter, tienes que escucharme —dijo Brisa—. _____ me llamó hace una hora y realmente estaba muy afligida. Sólo mencionó que Matthew se estaba yendo otra vez y también dijo que... le terminó.

—¿Por qué haría eso?

—Ella tiene un cierto trauma, por así decirlo, con las relaciones a larga distancia.

Brisa tomó su celular y luego lo revisó.

—Mira, tengo una cita con Nash —continuó—. ¿Crees que podamos hablar luego?

—Claro —la abracé—. Brisa, ten mucho cuidado.

—Lo haré —respondió.

Brisa salió por la puerta principal y yo sólo tomé asiento en el suelo. No podía dejar de pensar en la última carta que había recibido. No toqué el tema con Brisa, pero en algún momento tendría que hacerlo. Todo lo que quería era que Brisa saliera, tenía algo preparado. Me levanté del suelo y luego caminé hasta llegar a las escaleras más remotas de la casa, las que guiaban al sótano. Las bajé cuidadosamente porque la madera estaba un poco podrida. Era lo único no extraordinario del sótano. Se van a preguntar: ¿Qué tiene de extraordinario un sótano, Carter? Lo que sucede es que, este no es cualquier sótano.

—Lo siento por la demora —cerré la puerta.

—No te preocupes, esto es muy acogedor. Creo que es más acogedor que el que tenía en mi casa de verano —respondió.

—Por favor, tienes como cinco casas,  ¿y me estás hablando de la de la playa? —ambos reímos.

—En fin, ¿_____ se creyó lo del cuento de que no iba a regresar?

—Amigo, te reemplazó de un solo tiro —hice una pausa—. No es por nada, pero honestamente el chico quería su oportunidad desde hace años. Llegaste en un tiempo muy complicado cuando la conociste.

—Lo sé —respondió—. Olvidemos eso, Carter. Tenemos cosas que hacer.

—Así se habla. ¿Por dónde quieres empezar?

—Voy a necesitar todas las cartas que han recibido.

—Jacob, eso va a ser algo complicado de obtener.

—Eres Carter, ¿no? —puso sus manos en mis hombros—. ¿Qué no puedes hacer?

Por algo este chico me caía bien. Sonreí.

Thinking Out Loud // OLD MAGCON -Parte 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora