¿Ir a casa? ¿Estar entre esas cuatro paredes solo? Pensé una y otra vez mientras conducía mi auto. Eran las ocho de la noche y la autopista seguía congestionada. Me detuve justo en el momento exacto que el semáforo marcó rojo. Suspiré aliviado, sinceramente no me sentía para nada cómodo en el apartamento de Kagura, menos en compañía de ella.
Le conocía desde la universidad...era una chica hermosa, inteligente pero posesiva. Cuando nuestras miradas se encontraron sentí que hubo un clip, sin embargo con el pasar de el tiempo me fui dando cuenta que no era la mujer por la cual merecía la pena luchar.
Su carácter era mucho más de lo que yo podía tolerar, siendo yo, un joven independiente, me sentí ahogado, sofocado. Quería tomar decisiones en contra de mi voluntad y en muchas ocasiones sobre mi persona sin siquiera importarle el hecho de saber si estaba de acuerdo o no. Yo no era un objeto, nadie podía tener la osadía de querer manipular mis acciones, mi vida.
Tres años de relación me bastaron para rotundamente quererle lejos de mi vida, no obstante el destino suele ser un hijo de la fregada. Mi padre, aunque no se merece que le llame así, fue un completo imbécil...supo cómo doblegarme, cómo manipular mis deseos.
Antes de morir, se tomó el tiempo para joderme; una maldita cláusula en aquel testamento fue como un detonante a mi libertad. No solo le bastó recalcar que la fortuna que creó sería compartida entre él y yo...mi medio hermano. Un estúpido que nació producto de una de las tantas infidelidades que el gran Inu no Taisho cometió.
Tenía que haber una unión legal entre los Taisho y los Nizza para poder obtener los beneficios y claro, él lo tenía todo preparado. Si quiero ser el heredero mayoritario tengo que casarme con Kagura o de lo contrario, Inuyasha será el único heredero.
Presiono el volante con tanta fuerza hasta que mis manos pierden el color. Me rehuso, no quiero nada con esa mujer. Ya no me agrada, ni siquiera para un momento de sexo. Mi desprecio hacia ella crece cada vez más y sé que no todo es su culpa pero aún así la quiero lejos de mi. Mi cabeza comienza a palpitar lentamente, el dolor que me aqueja hace su aparición... necesito una taza de café bien cargado.
Conduzco despacio,el bullicio en la autopista me incomoda. Me siento exasperado, alterado. Jiro a mi izquierda y detengo el auto frente al centro comercial. No estaba en mis planes pero dado mis emociones tendré que buscar algún sitio para tomarme un café y poder relajarme.
Bajo de el auto y activo la alarma. Me he dejado puesta solo la camisa blanca y los tres primeros botones están abiertos. El aire nocturno es fresco, veo en todas direcciones hasta que me decido a entrar. No soy amante de los sitios concurridos pero en esta ocasión me decido por ello y no a un momento de soledad.
Entro a una cafetería y el olor a café recién echo me espavila de inmediato. Me siento en una de las mesas que están colocadas junto a una inmensa ventana. Dejo el móvil sobre la fría superficie de la mesa y cojo el menú de bebidas. Leo rápidamente de arriba hacia abajo, de un lado a otro hasta que una voz ya conocida capta mi atención al instante.
Alzo mi vista y la veo... está de pie frente a la barra. Viste un vestido entallado color rosa pálido, cubre hasta sus rodillas pero aún así sus curvas se marcan perfectamente. Ha recogido su cabello en una alta coleta y mientras espera su orden los dedos de su mano derecha tamborilean sobre una de sus piernas mientras que su otra mano permanece sujeta a la correa de su bolso negro.
¿Porqué la observo tanto? ¿Qué tiene que capta toda mi atención siempre que le veo? Aún recuerdo su rostro sonrojado, sus pequeños labios entre abiertos y aquella mirada asustada. Creí que nunca le vería de nuevo...más no fue así. Aquel almuerzo fue una jodida tortura, me molesta que alguien, que una mujer me inquiete tanto. Nunca he sentido debilidad alguna, ni siquiera conozco el verdadero significado de la palabra"amor" me muevo entre los demás a gusto y antojo. Hago siempre lo que quiero y obtengo lo que deseo. Un par de piernas son cualquier cosa para mí.

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BAJO LA LUNA (Terminado)
FanfictionSesshomaru Taisho no cree en el amor... Kagome Higurashi sueña con el hombre perfecto. ambos polos opuestos pero unidos por el hilo rojo del destino. Él creerá que solo será sexo...ella pensará que es amor. ¿Podrá Kagome romper el hielo que cubre...