— ¿Estás segura?
Volteo los ojos. Es la décima vez que Kouga me cuestiona y también es la décima vez que le contesto que sí, que estoy segura de que he de estar bien en casa. Ya no es necesario que siga en su apartamento aunque de su parte feliz de tenerme todo el tiempo solo para él.
Estacionó el Mustang frente al edificio, y bajé sin esperarle a que me abriera la puerta. Me despido de él con un beso sutil y me quedo unos minutos de pie en la acera viéndole partir hasta que el auto desapareció por completo de mi vista. Suspiro paulatinamente y me entro. El conserge me saluda con un movimiento de cabeza, le sonrío entrando al elevador. Me sentía muy cómoda en compañía de Kouga pero no puedo poner en peligro la independencia que tanto me ha costado mantener.
Cuando salgo de el elevador, busco en mi bolso las llaves de mi apartamento y al levantar el rostro, me encuentro frente a la persona que desearía que ya no existiera en la tierra o que estuviese lejos de mi. Frunzo los labios y desvío la mirada. Sus ojos parecen querer desnudarme el alma, me siento expuesta ante él.
Camino lentamente, deseando que cada paso sea hacia atrás...me gustaría tener una reacción explosiva, gritarle, correrlo. Exigirle que se largue para siempre sin embargo mi cuerpo se descontrola, mis emociones son un torbellino sin control que arrasa con todo aquello que mi cerebro intenta procesar ¿Por qué ahora? ¿Qué pretende? Sinceramente no quiero saber las respuestas.
Intento introducir la llave en la ranura de la manija, según yo, estoy actuando como si tal él no estuviera a unos cuantos centímetros de mi. Todos los intentos han fracasado, mis manos tiemblan y sudan. Me resigno y le veo con mirada de reproche.
— ¿Qué haces aquí? — inquiero.
Estoy haciendo uso de todas las fuerzas posibles que hay en mi cuerpo para no quebrarme. No ante él. Él no mueve ni un solo miembro, sus ojos azules me analizan pacientemente. Su tranquilidad me pone aún más nerviosa de lo que ya estoy.
— Necesito hablar contigo — me dice minutos después.
Mantiene una postura sería y erguida. Su rostro no refleja ni un solo gramo de inquietud. Al parecer soy la única que aún sigue cargando el pesado pasado sobre mis hombros.
— Tu y yo no tenemos nada de qué hablar — le aclaro.
Él suspira profundamente y cierra sus ojos. Cuando los abre, veo cierta melancolía en su mirada.
El pasado es pasado.No tengo porqué permitir que me siga afectando a tal grado de perder mi paz. Sufrí, lloré pero cada lágrima era el justo desahogo que mi alma necesitaba en ese entonces. Ahora, soy una mujer madura, con los pies bien puestos sobre la tierra, independiente; una mujer que día a día lucha por conseguir hacer realidad sus sueños.
Él no es nadie para que de un día a otro aparezca frente a mi a querer imponer sus deseos sobre los míos. Intenta tomarme la mano pero la alejo tan rápido que sus dedos rosan mi piel...aquella descarga eléctrica ya no hizo su aparición. Simplemente soy como un cuenco vacío, una vasija de barro que merece un nuevo diseño, a un nuevo moldeador.
— Sé que te hice daño, pero...
— Vete Miroku — le interrumpí en cuanto pude percibir sus intenciones. De el maldito pasado ya no quería saber nada ¿Tan difícil era comprenderlo? Para mi desdicha, seguía sin poder abrir la estúpida puerta.
— No supe cómo canalizar las emociones que me azotaron cuando perdiste a nuestro hijo.
¡No! ¿Por qué tenía que mencionarlo? Cierro mis ojos, los aprieto con fuerza. Obligo a mi cerebro a no recordar ese día tan doloroso para mí, no obstante se reproducen tan lentamente que el aire comienza a faltarme.

ESTÁS LEYENDO
BAJO LA LUNA (Terminado)
FanfictionSesshomaru Taisho no cree en el amor... Kagome Higurashi sueña con el hombre perfecto. ambos polos opuestos pero unidos por el hilo rojo del destino. Él creerá que solo será sexo...ella pensará que es amor. ¿Podrá Kagome romper el hielo que cubre...