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Verlo nuevamente, solo incrementó mis emociones negativas hacia él. Kouga tenía razón... Sesshomaru era un hombre demasiado peligroso para mi, para mis sentimientos. Había accedido acompañarle al hospital, no me podía negar, no después de todo el apoyo que he recibido de su parte, sin embargo ya me estaba arrepintiendo. Sentía una pequeña opresión en el pecho que entre más avanzaba, más aumentaba.

Pueda que sea exagerada pero eso mismo me pasa cuando algo malo me va a suceder. Veo la mano de Kouga entrelazada con la mía y me tranquilizo mentalmente. Tal vez mis nervios están a flor de piel por haberle visto y si es así, debo de buscar la forma de evitar ese tornado que me azota cada vez que él está donde yo estoy. Le tengo que exigir a mi cerebro que le vea como lo que es...un ser humano más. No tiene nada de especial ni relevante, un cualquiera que gracias a la desdicha se topó en mi camino.

Llegamos al final de un largo pasillo, en donde una enfermera está de pie junto a un mueble de recepción y ojea rápidamente unos papeles blancos que están sobre la superficie de dicho mueble. Kouga se aclara la garganta obteniendo la atención de la chica. Ella nos ve o siendo más específica, ve a Kouga. Sus ojos verdes se han quedado clavados en los azul- claro de él. Si, es cierto que no lo amo pero por ello no significa que no sienta un poco de celos. Es el hombre con el cual comparto mi cama y no es nada grato ser testigo de miradas intensas por parte de otra mujer. Volteo el rostro hacia otra dirección, y veo a un médico acercarse lentamente. Cuando está a unos cuantos pasos, lo reconozco.

Bankotsu...

Sus ojos azules me ven risueños y la pequeña curita en su labio inferior no pasa desapercibida. Alijera el paso en cuanto es consciente de mi presencia y al llegar a nosotros, me saluda besando mi mejilla. No tolero la familiaridad con que soy tratada por su parte. Es igual que Sesshomaru; un desconocido. Retrocedió unos centímetros cuando Kouga posa una de sus manos sobre mi hombro izquierdo, no puedo evitar rodar los ojos; supuestamente está dejando en claro quién es él en mi vida.

— Qué bueno verte por aquí — me dice con voz melosa. Siento la mano de Kouga ejercer más presión en mi hombro — ¿Estás bien?

Su tono cambió a uno de preocupación. Entre cerré los ojos. Algo en él hacía que no me agradara de el todo. Cuando iba a hablar, Kouga lo hizo:

— No, está aquí por mi.

— Ah. Entiendo ¿Puedo ayudarles?

— No... gracias.

Kouga fue demasiado cortante y directo. Bankotsu siendo un hombre inteligente, asintió moviendo su cabeza. Se despidió de mi y se marchó. La chica quien había presenciado el cruce de palabras poco amables, también se marchó.

— Ese tipo es extraño  — me dice Kouga en cuanto nos movemos.

Me toma nuevamente de la mano y me conduce por otro largo pasillo. Suspiro aún intranquila...los hospitales no me agradan. Doblamos a la izquierda y el bolso que colgaba en mi hombro derecho cae al piso, al instante me agacho para recogerlo, entonces oigo la voz, esa voz que me eriza cada bello de mi cuerpo. Se está acercando poco a poco y yo me he quedado completamente inmóvil, con el bolso aún en el piso y mi mano sujetando la correa.

Me levanto de pronto, como si una fuerza invisible me haya expulsado hacia arriba. Kouga se sorprende por mi repentino impulso e intento huir de allí antes que él sea conciente de mi presencia sin embargo no lo logro. Él me ha visto, lo sé...

— ¿Kagome?

Mi nombre sale de su boca en tono de asombro. Cierro los ojos con fuerza, deseando que la tierra se abra y me trague o tener un poder de teletransportación y aparecer en otro sitio, en otro lugar exageradamente lejos de él.

BAJO LA LUNA (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora