Epílogo

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<<Dos extraños bailando bajo la luna, se convierten en amantes al compás de esa extraña melodía que algunos llaman destino...y otros prefieren llamar casualidad>>

Narra Kagome

Sus manos recorrían lentamente  mi cuello mientras que su boca devoraba la mía con tanta intensidad que mi razón se había nublado por completo.

Mis brazos se aferraron a su cuerpo con una necesidad indescriptible... tenerlo tan cercano no me era suficiente, mi ser insaciable pedía más, exigía más de todo aquello que en ese momento nos estábamos ofreciendo.

Mientras nos besábamos, solté los botones de su camisa la cual cayó a la arena. Mis manos acariciaron su tersa piel y el ronco gruñido que escapó de lo más profundo de su garganta, avivó las llamas de el fuego que consumía mi interior.

Nos separamos hasta que el aire nos faltó. Sonreímos como dos adolescentes traviesos, dos cómplices de actos que, solo en nuestras memorias vivirán para toda la vida. Sus suaves yemas acarician lentamente mis labios hinchados, el dorado de sus ojos se ha oscurecido y sé que me desea tanto como yo le deseo a él.

Sus manos me despojan lentamente de mi ropa, dejándome completamente expuesta ante él y solo para él. El suave aire eriza cada vello de mi cuerpo y me sonrojo al ver que se aleja un poco para verme.

En su mirada oscura noto la chispa de ese fuego que nos consume a ambos. Se muerde el labio inferior y nuevamente sus manos se aferran a mi cuerpo desnudo.

— Créeme cuando te digo que te amo.

Me susurra en mi oído cariñosamente y no puedo evitar sonreír... Me siento la mujer más feliz de el mundo ¿Valió la pena soportar tanto dolor? Si, de eso no tengo duda...me encuentro entre los brazos de mi recompensa.

Lentamente fuimos descendiendo hasta que mi espalda chocó contra la suave tela de la manta que él había colocado sobre la arena. Se coloca en medio de mis piernas mientras sostiene su peso con ambos puños a cada lado de mi cabeza.

Puedo sentir su erección palpitante justo en aquel punto frágil de mi intimidad. Mientras me observa fijamente, mis manos se aferran a su larga cabellera y jalo algunos mechones plateados.

Su piel de porcelana parece brillar bajo la tenues luz de la luna, quien junto con el mar, son los únicos testigos de nuestra unión. En mi corazón como un tatuaje ha de quedar su mirada, iré hasta el fin de el mundo si es necesario pero nunca me separaré de él... ¡Nunca!

Se incorpora para quitarse el pantalón junto con el bóxer. Mi boca se seca al instante en que su miembro erecto roza mi entrada. Cierro mis ojos y disfruto de la sensación de plenitud.... encaja a la perfección. Es como si tal hubiéramos sido creados el uno para el otro.

Sus caderas afiladas inician un vaiven lento y tortuoso. Me muerdo los labios aferrandome a él como si mi existencia dependiera de ello. Los gemidos excitantes fluyen de mi garganta con total libertad y se pierden con el ruido de las olas a lo lejos.

Mis piernas comienzan a temblar y mi vientre se contrae una y otra vez. Desearía tener el poder para congelar el tiempo...hacer este momento eterno.

Sus manos se entrelazan con las mías y nos vemos fijamente mientras gotas de sudor caen de su frente a mis pechos. Su boca entre abierta me incita a besar esos labios que amaré aún más allá de esta vida.

Puedo tocar el cielo con las yemas de mis manos aunque él me lleve al infierno entre sus brazos. Sé que nunca podré olvidar el pasado pero en este momento mi nuevo libro se ha abierto y el primer capítulo se está escribiendo.

BAJO LA LUNA (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora