Serendipia

5.5K 283 54
                                    

—Con eso ya está todo— dando dos pasos atrás aprecie el camión de mudanza completamente lleno con nuestros muebles

—Entonces señorita, nos vemos allá— el chico que nos había ayudado a subir todo se despidió amablemente mientras subía al camión

—Que tengas un buen viaje— Laura se despidió en seguida

—Ustedes también señoritas— el motor comenzó a sonar y el camión avanzo por la calle en dirección a Los Angeles

—Ahora si, nos iremos de aquí lo más pronto posible— la abracé por la cintura mientras la miraba

—Estoy emocionada por el nuevo camino que se nos abrió— le dio un pequeño beso a mi nariz

—Y lo quiero caminar de tu mano— ambas sonreímos no se por cuantos segundos hasta que el frío que había en el aire provocó que reaccionaramos

—Entremos de una vez o no caminaremos nada— me jaló de la mano y juntas entramos al departamento que ahora se encontraba completamente vacío

—¿Que se supone que hagamos en este lugar hasta mañana por la tarde?— me senté en medio de lo que solía ser la sala

—No tengo ni la más mínima idea— ella me imitó sentándose a mi lado

Ambas permanecimos en silencio unos cuantos segundos hasta que la escuché reír

—¿Qué te pasa?— una sonrisa comenzó a formarse en mi rostro sin saber muy bien el porque

—Nada, solo que ver este lugar así me recordó a cuando nos mudamos juntas ¿Recuerdas? El primer día...— tomé mi mano y asentí, también recordé toda la historia que juntas habíamos construido

Hacia ya tres meses que había concluido con éxito mis terapias de rehabilitación en el hospital y todo me iba de maravilla a excepción de una cosa

La extrañaba más de lo normal, al punto de llegar a preocuparme por mi salud mental y mi integridad moral, sentía que debía idear algo rápido para olvidarme de ella de una vez por todas

Dejando de lado mis pensamientos abrí las pesadas puertas del gimnasio, el instructor ya estaba esperando por mi impaciente

—Bienvenida Daniela— me acerqué a él y dejé un beso en su mejilla como muestra de cortesía

—Hola Arturo, como va todo?— el abrió otra puerta dejándome ver el interior del gimnasio y a todas las personas que se encontraban ejercitando en ese momento

—Todo va de maravilla por aquí, me alegra saber que despertaste amiga— sentí su mano sobre mi hombro de modo reconfortante

—A mi también la verdad—ambos reímos mientras caminábamos al área de pesas

—Escuché las recomendaciones que tus médicos te dieron, así que empezaremos con ejercicios leves para que recuperes tu fuerza de a poco, estos iran aumentando progresivamente hasta que recuperes ese abdomen que tanto nos costó recuerdas?— me reí mientras tomaba unas mancuernas de tan solo 2 Kg cada una

—a tus órdenes— lo miré esperando instrucciones pero una chica nos interrumpió

—Arturo, ya terminé por aquí, que más sigue?— era una chica rubia con el cabello rizado, más o menos de mi altura, llevaba puesto un croptop negro que dejaba ver perfectamente todo su abdomen y unas medias que le hacían lucir unas piernas espectaculares, además su rostro era hermoso, estaba a otro nivel

—Ah que bien Amalia, mira, por fin llegó alguien que quería presentarte desde hace mucho— sus palabras provocaron que ambas nos miraramos con una sonrisa

Todo estará bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora