Reencuentro

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Después de que mi madre se desvaneciera por completo de nuestras vistas Poché y yo comenzamos a despedirnos de mi papá haciéndole saber que sería temporal

-Ella lo entenderá, denle un rato- me separé de él con una sonrisa compasiva

-Creemos en ella- con un corto pero amoroso abrazo entre los tres terminamos la charla

Mi padre nos acompaño hasta la salida donde Ximénez nos esperaba con el auto, habíamos prometido no tardar demasiado y así fue

-Yo les aviso cualquier cosa! Cuídense!- comenzó a mover su mano de un lado a otro para despedirse mientras que nosotras entrábamos en el auto sin dejar de reír

-¡Cuidate tu también!- presione el botón que estaba pegado en la puerta y la ventanilla comenzó a bajar

-Nos vemos Germancito- Poché imitó el movimiento con sus manos y Ximénez puso el vehículo en marcha

La figura de mi padre se hacia cada vez más pequeña hasta que se perdió muy lejos en el horizonte, me estire y tome la mano de Poché mientras miraba directo a sus ojos

-Todo saldrá bien, muchas gracias por venir conmigo- ella estableció un contacto visual hermoso, no quería mover mis ojos de los suyos ni un segundo y además para terminar de embobarme tomó mi mano con fuerza y entrelazo nuestros dedos

-Siempre voy a estar contigo- no pude resistir mucho más la tentación de tener a una mujer como ella frente a mí así que sin pensarlo ni un segundo ataque directo a sus labios

La atrapé con delicadeza y comencé a moverme lentamente, quería transmitirle todo lo que mi pecho estaba sintiendo en ese momento y al parecer estaba haciendo efecto

Quería intensificar todo y subir de nivel lo más pronto posible pero me olvidaba de un detalle, no íbamos solas

Le sonreí de lado y me separé para regalarle otra mirada, está vez para dejarle claro que habíamos dejado algo pendiente

-Señorita María José- al parecer Ximénez había escuchado la escenita que se había armado por aquí atrás porque no sonoba como la persona más cómoda del mundo

-Dime- estaba claro que ambas intentamos aguantarnos la risa

-¿Directo a casa?- pensé que ella contestaría de inmediato que si, que nos regresara a casa, pero cuando giré para verla su expresión había cambiado por completo, parecía que había recordado algo importante

-No, sabes que? Necesito que nos lleves al hospital central- ¿Al hospital central? Las palabras dieron vueltas un par de veces en mi cabeza hasta que capté su objetivo

—¿Amor?— la miré un tanto confundida, no pensé que quisiera hacer algo como esto ahora mismo

—Calle, sabes que tenemos que ir— fruncí el ceño sin intentar disimular ni un poco, la verdad es que no me parecía la idea más genial del mundo

—Mario fue mi mejor amigo y sabes lo que dijeron los doctores, por lo menos me gustaría despedirme de el— sus palabras salían completamente secas, parecía que estaba aguantando las lágrimas

—Esta bien, te entiendo— no tuve de otra más que aceptar y apoyar su desición, Poché siempre había tenido un corazón muy noble así que una parte de mi me decía que esté momento llegaría tarde o temprano

Ximénez cambio de ruta y de inmediato todo se tornó extraño y con mucha razón, por lo menos yo no sabía cómo actuar al volver a ver al tipo que casi me mata y al ex mejor amigo de mi novia que la secuestro y maltrato hasta dejarla completamente inconciente

Es obvio que ellos merecían quedarse en la cárcel por siempre, pero según lo que Laura nos contó los habían golpeado y muy feo y eso sí que no me parecía justo, ellos estaban pagando su condena e incluso tenían buen comportamiento tras las celdas, no me quedaba duda que había un motivo tras de todo esto

Miré a Poché y ella estaba distraída observando el trayecto por la ventana, no podía adivinar que estaba pensando en ese momento así que tome tu mano y ella tomo la mía sin apartar la mirada de la ventana

Cuando nos estacionamos frente al hospital un maremoto de recuerdos me inundó por completo, aquí había venido con Poché cuando la salve de las manos de Mario, aquí había pasado meses de mi vida en coma y en terapias, aquí habíamos terminado todo lo que habíamos forjado

Ambas nos intimidamos ante los recuerdos mientras veíamos el imponente edificio frente a nosotras

—¿Soy la única que se siente rara?— negué ante su pregunta y con una risita le contesté

—Estaba pensando en eso mismo— mi cerebro le daba la orden a mis piernas de permanecer quietas pero estás no parecían obedecer, comenzaron a moverse solas hacia la puerta principal del lugar

Creo que Poché encontró motivación en mis movimientos y comenzó a seguirme sin decir nada más

El lugar era algo diferente a como lo recordaba, de hecho había cambiado muy poco

En cuanto nos acercamos a la recepción la chica que atendía nos reconoció de inmediato

—No me lo puedo creer— ambas le sonreímos ampliamente, ella había estado atendiendo nuestros casos en su momento y creo que después de despertar todo el mundo se enteró que mande a Poché por un tubo

Creo que mucho personal se enteró de lo sucedido y ¿como no hacerlo? Ella venía día tras día sin falta y bueno, el resto es historia

—Hola, que lindo es verte de nuevo— ella permaneció mirándonos por unos segundos más

—¿Ustedes están juntas de nuevo?— Me reí y Poché decidió contestarle está vez

—Cometimos errores en el pasado, pero ahora todo está bien, nos dimos una oportunidad más— afirmé sin dejar de mirar a la mujer

¿Todo el mundo se ponía feliz al saber que éramos novias?

—¡Que lindo! ¡Siempre me pregunté que había sido de ustedes!— hubiera sido genial quedarnos con ella y contarle todo lo que había pasado en estos años pero no era el momento, venía con una mentalidad completamente distinta

—Una larga historia que estamos dispuestas a contarle otro día si no le molesta— Poché se acercó a ella con el celular en la mano

—¿Nos podría dar información acerca de Mario Ruiz?— me recargue en la pequeña barra que había frente a ella

—Mario Ruiz, recluso que llegó hace unas semanas, se encuentra en estado de gravedad en la sala de observación— suspiré y aparte un mechón de cabello que obstaculizaba mi vista

—¿Podemos entrar a verlo aún que sea unos minutos?— la mujer dudo un poco, pero lo reconsidero

—10 minutos nada más— agradecimos y comenzamos a caminar hacia el elevador

—¿Estás segura?— le pregunté una última vez

—Estoy segura— presionó con determinación el botón

Todo estará bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora