Llamada

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Tenía el número completo ya en la pantalla, mis pensamientos insistían en que pulsara el botón para iniciar la llamada, pero mis manos no me respondían, quería hacerlo pero al último segundo me arrepentía, no sé si estaba lista para poder hablarle de nuevo, ni siquiera sabía que le iba a decir

Bloquee la pantalla del móvil para detenerme en algún lugar ya que manejar mientras tenía ese nivel de nervios no sería bueno ni para mí ni para los demás conductores

Me detuve frente a un restaurante de comida italiana bastante popular y me quedé no sé cuánto tiempo mirando hacia la nada, no estaba segura de que hacer en estos momentos

Bajé la ventana que estaba a mi lado para que el aire fresco pudiera despejar un poco mis pensamientos y me ayudara a respirar mejor al mismo tiempo que volvía a tomar mi celular

Respiré profundo un par de veces y tome valor para pulsar ese maldito botón, lleve la mano con la que sostenía el celular a mi oído, podía sentir tomo mi cuerpo con la consistencia de una gelatina

El tono sonó un par de veces hasta que escuche su voz al otro lado de la línea

—Sabia que llamarías— sus palabras oprimieron mi corazón, ¿Acaso ese era su objetivo?

—Claro que llamaría, no entiendo el porque tú hermana guardo tu número en mi bolsillo— intenté hacerme la desentendida, no quería que notará los nervios que tenía en esos momentos

—Ella lo guardo porque yo se lo pedí— una sonrisa de idiota enamorada comenzó a formarse en mi rostro

—¿Y porque se lo pediste?— mis expresiones no iban de acuerdo al tono con el que estaba hablando

—Es obvio no? Porque quería hablar contigo— lograba escuchar otras voces al fondo, deduje que se encontraba con Vale y con Andy todavía

—¿Sobre que quieres hablar?— mi corazón estaba tan acelerado que sentía que en cualquier momento me daría un paro cardíaco

—No quiero hacerlo más largo ni llenarte la cabeza con excusas baratas Daniela, quiero hablar sobre nosotras, sobre lo que fue y todavía puede ser— sus últimas palabras hicieron que una bomba atómica explotara en mi estómago, fue algo que no me esperaba de ella

—¿A qué te refieres?— todo era demasiado confuso para mí, más bien, para ambas

—Necesitamos hablar, y no me refiero a esta llamada, vamos a vernos, claro, si a tu novia no le molesta— muchas cosas habían cambiado en Poché en tres años sin verla, a excepción de una, era pésima disimulando los celos

—Dame un lugar y yo llego— logré escuchar un sonido victorioso de su parte, está chica era una boba demasiado tierna

—Estoy en el hotel Lincoln, habitación 267, no tardes porfavor— noté desesperación en ella, yo también lo estaba, después de todo lo único que quería hacer era verla

En cuanto ella terminó la llamada yo encendí el auto, podría jurar que en ese momento iba por lo menos a la velocidad del sonido, trataba de recordar la ubicación del dichoso hotel mientras zigzageaba por las calles

Al llegar frené el auto frente al hotel ignorando el hecho de que había un estacionamiento debajo del mismo, quería entrar ahí lo más rápido posible y no quería perder el tiempo en cosas totalmente inútiles

Cuando entré llamé la atención de un par de personas que esperaban en la recepción pero me dio completamente igual, sin preguntar nada a nadie me acerque al primer elevador que vi y pulse el botón

Mientras esperaba a que las puertas se abrieran saqué mi teléfono y comencé a escribir un texto

~Amor

No voy a llegar a casa hoy, porfavor no me esperes.

Independientemente de lo que fuera a pasar y del tiempo que me vaya a quedar aquí no quería volver a casa en un rato

El elevador bajó y entré acompañada de un par de personas, al parecer todos ahí dentro íbamos al mismo piso, tuvimos que estar unos minutos ahí dentro escuchando la típica musiquita que solo se encargaba de hacer más incomodo el momento hasta que llegue al piso donde tenía que bajarme

—Que tengan un buen día— caminé tan rápido que no escuché si alguien me contestó, pero ciertamente me daba igual

Camine por el pasillo revisando cuidadosamente el número de las puertas pero ninguno coincidía con el número que María José me había dicho

'267' era el número que repetía mentalmente mientras continuaba caminando en el extenso pasillo hasta que lo pude encontrar, casi al final, muy escondido y apartado de todos los demás

De nuevo mi cerebro mando la orden a mi cuerpo para que dejara de caminar, pero este no le obedeció sino todo lo contrario, mis piernas comenzaron a moverme más rápido, el ritmo de mi corazón aumento de nuevo, suplicando por salir de mi pecho

Al estar frente a esa puerta solté aire para intentar calmar un poco la locura que había dentro de mi, mis nudillos hicieron su trabajo y tocaron un par de veces la puerta

—Ya voy— escuché su voz al otro lado, me dieron náuseas sin razón aparente

Al abrir la puerta la vi, con su conjunto Adidas azul de hace un rato y su mechón rubio tan peculiar

—Entra porfavor— al parecer ella tampoco podía quitar sus ojos de mi, enserio era malísima tratando de fingir normalidad

—Gracias— dudosa me adentre al interior de su habitación y como era de esperarse era lujosa, demasiado

—Gracias por venir— escuché a mis espaldas

—Gracias por invitarme— cordial le sonreí mientras me giraba para verla

Creo que lo más hermoso que había dentro de esa habitación era ella

Nadie dijo nada más pero nuestras miradas no se apartaron ni un segundo, extrañé tanto ver sus ojos oliva que podría mirarlos por horas y horas y nunca me aburriría

—¿Que paso con el cabello azul?— me anime a preguntar rompiendo el silencio

—Creo que necesitaba un cambio en mi vida, ¿No te gusta?— sonreí mientras me acercaba para poder verlo más de cerca

—Pareces Cruela— ambas soltamos una risa de niñas pequeñas, creo que muchas cosas cambian con el tiempo, pero hay otras que se conservan para siempre

—¿Gracias?— en ese momento me sentía tan agradecida con Dios por haberla puesto en mi camino otra vez

—Tu también cambiaste— se puso sería por un momento mientras analizaba con detalle cada rincón de mi cuerpo

—¿Enserio? Yo me veo igual que antes— ver sus ojos moviéndose de esa forma me hacían sentir como la mujer más bonita del mundo

De nuevo el silencio reino en la habitación, sin embargo no era incómodo sino bastante pacifico

No se en que momento los brazos de la pequeña comenzaron a rodear mi cintura, mientras ocultaba su rostro en mi pecho

Me quedé estática al sentirla tan cerca otra vez, sin embargo, siempre he creído que los abrazos son como un pegamento, que pueden unir a dos almas que habían sido separadas

Rodee mis brazos en su cuerpo apretando mucho más, me hacía falta, siempre lo hizo, y volver a verla me hacía pensar en todo el tiempo que deje pasar por un estúpido error

—Me hiciste mucha falta— admití por primera vez desde hace tres años

@Aristocacher

Los que hayan leído si, si es contigo notarán la pequeña referencia que hay en este capítulo ❤️

Para los que aman Caché prepárense porque ahora sí se viene lo chido

P.D Soy pésima escribiendo smut 🙂

Nos vemos después

Todo estará bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora