Pelea

5.9K 319 57
                                    

Hacia ya un par de horas desde que mis visitas inesperadas habían abandonado el estudio de Laura, por obvias razones y por mi reacción indiscreta la tensión que existía entre ella y yo crecía con el pasar de los minutos, solo me miraba de vez en cuando y se aclaraba la garganta pero no decía nada, yo me sentía extremadamente incómoda con la situación pero quería que ella supiera que todo estaba en orden, aún que era evidente que no era así

—¿Ya terminaste con los papeles? — pregunté con normalidad mientras terminaba de enviar una réplica a un correo electrónico

—Justo terminé— con la misma calma guardo los papeles en un portafolio negro con la leyenda 'Pendientes' en el lomo

—Bien, quiero volver a casa ya— mis dos manos ocultaron mi rostro tras de si

—Claro, debes de estar agotada— no pude ver su rostro pero por el tono en qué lo dijo supe que algo andaba mal

—¿A que te refieres con agotada? Realmente no hice mucho en el trabajo más que llevar a Diana a su fiesta— mi pie derecho comenzó a subir y a bajar rápidamente por causa de los nervios que comencé a sentir en ese momento

—Debe ser agotador encontrarte al amor de tu vida y a su familia y pretender que todo está como si nada— sentí sus palabras como un balde de agua fría, realmente nunca pensé que se lo fuera a tomar de ese modo

—Laura por favor— aparte las manos de mi rostro topandome con unas expresiones no muy agradables de ver

—Ella es pasado, es obvio que en su tiempo sentí muchas cosas por ella e incluso por su familia no te lo voy a negar, pero hoy es distinto, estoy contigo y quiero que mi vida sea contigo— intenté calmar las aguas pero muy en el fondo sabía que está conversación no terminaría así de rápido

—¿Entonces porque actuaste así cuando las viste?— solté una risa que no fue mucho de su agrado pero siendo sincera su pregunta había sido algo infantil para mí

—¿Cómo esperabas que actuará? Es decir, nunca ni en un millón de años pensé que las volvería a ver y mucho menos hoy y aqui— comenzaba a sentirme fatigada, las escenas de celos no me agradaban demasiado

—¿Y después? ¿Por qué te quedaste con la otra chica?— cruzo sus brazos mientras fijaba sus ojos en los míos, ella siempre intentaba hacerme sentir inferior a la hora de pelear

—¿Que tiene que me haya quedado con ella? Fue mi mejor amiga por años, ella estuvo ahí incluso antes de que Poché llegará a mi vida, por eso nos emocionamos al vernos, no es nada del otro mundo Laura— ella asintió con una falsedad que se podía notar hasta Neptuno

—¿Y su hermana que?— solté un sonido de molestia y me levanté del escritorio

—Su hermana nada, solo vino a buscar a Andy, eso es todo— en esa última parte si había mentido un poco pero no quería ampliar el interrogatorio

—No entiendo porque te comportas de este modo— la miré con decepción mientras guardaba mi celular en el bolsillo de mi chaqueta

—Daniela, entiendo perfectamente que tú relación con ella ya se terminó, pero me enoja que se comporte tan natural sabiendo todo lo que tuviste que pasar por su culpa— ella seguía sentada con la misma postura, y mi enojo y molesta iba creciendo exponencialmente dentro de mi

—¿Como puedes decir eso? Ninguna de ellas fue la que jalo el gatillo aquel día— sentí un par de punzadas en la cabeza al recordar de pronto todo eso

—Pero si fue por su culpa— lo último lo había dicho casi gritando, cosa que no pude soportar más

—Entiende, si todo esto terminó así fue porque yo por mi voluntad la defendí, y sabes que? A pesar de todo lo que me pasó no me arrepiento porque no se cómo hubiera seguido adelante sin ella— otra vez y como siempre la había cagado, ella no comento nada más y supe que era el momento de abandonar el lugar, no había nada más que decir al menos por ahora, hablé con la cabeza caliente

Mientras caminaba hacia mi auto mi celular comenzó a sonar, sin siquiera ver de quién se trataba conteste sin muchos ánimos

—¿Dani?— su voz era inconfundible para mí

—Diana, todo en orden?— sorbí mi nariz mientras intentaba disimular el nudo en la garganta

—Todo en orden, puedes pasar por mi? Quiero dormir en mi casa— entré al auto y limpié las lágrimas que comenzaron a inundar mis ojos

—Claro que si señorita, voy en camino— ella agradeció y le colgué por qué estaba a punto de liberar la presión que llevaba por dentro

No pude contenerme así que comencé a llorar sin preocupaciones de nada, quería olvidar todas las palabras que Laura había mencionado y que de cierta forma me habían lastimado

Lo que pasó no fue culpa de Poché, y me enojaba que ella no pudiera entenderlo, sentia una frustración enorme porque desde el día que le conté a Laura lo que había pasado no paro de tirarle mierda a María José, y aún que yo pretendía que todo estaba bien me enojaban los comentarios tan despectivos que llegaba a hacer en ciertas ocasiones

Encendí el auto y comencé a manejar sumida en mis pensamientos, a estas alturas de mi vida realmente comencé a cuestionarme que es lo que quería en ella y que es lo que no

Cuando me estacione frente a la residencia aún un par de finas lágrimas recorrían libremente mis pómulos, para evitar preguntas indeseables o que me generarán incomodidad volví a colocarme mis lentes oscuros

Espere unos minutos hasta que Diana salió del lugar acompañada por dos hombres que parecían tener piernas en los brazos, me saludo a lo lejos y entro por su cuenta al auto, estaba tan sumergida en mis pensamientos que hasta me había olvidado de abrirle la puerta

—Hola Dani, gracias por venir— solté una sonrisa falsa y la miré por el retrovisor para asegurarme de que todo estuviera bien

—De nada, podemos partir?— espere su confirmación y cuando me la dio comencé a manejar en dirección la residencia Redfield

—¿Cómo salió todo? ¿Las chicas firmaron con Laura?— pregunto inocentemente, sentí una tristeza extraña en mi pero no quería ser grosera con ella así que le decidí a hablar

—Al parecer todo fue bien— ella se emocionó y aplaudió un par de veces

—Ay, que bueno, me alegra saber que ahora puede volver a trabajar en lo que más le apasiona— suspiré y asentí mientras movía la palanca de velocidades

—Tambien estoy feliz por ella— permanecimos unos segundos en silencio hasta que comenzó de nuevo con su tanda de preguntas

—y Dani cuéntame, ¿Cómo son ellas?— instantáneamente los rostros del trío del que estábamos hablando llegaron a mi cabeza

—¿Te lo resumo en una palabra? Las tres son hermosas, pero hay una en especial que me dejó sin palabras— su tierno rostro, sus cejas despeinadas y su mechón rubio no se podían borrar de mis pensamientos por más que lo intentará

—Amiga te vas a meter en problemas si Laura escucha eso— ambas comenzamos a reír y por primera vez en ese momento me sentí realmente contenta al saber que podía hablar con ella sin recibir gritos o escuchar cosas sin sentido

Cuando llegamos a su casa ella se bajó igualmente por su cuenta y se despidió con la misma alegría que formaba parte de su personalidad

Tragué saliva y sin muchas ganas comencé a manejar hacia mi departamento, sabía que Laura estaría allí y no tenía muchas ganas de verla en ese momento y tal vez en un buen tiempo, cambie mi rumbo a un lugar completamente al azar intentando pensar en un mejor lugar al cuál ir y pasar el rato, metí mi mano a mi bolsillo para apagar mi celular pero mi mano se topo con una textura que no recordaba que estuviera ahí

Saqué el celular y enseguida saque el papel que Vale había dejado discretamente en mi bolsillo

Lo miré unos segundos hasta que tome el valor para marcarlo en mi celular.



@Aristocacher 🦁

Ya saben que hacer amigos



Todo estará bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora