Capítulo 14

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Micaela

---¿Qué?----. Fue lo único que pude decir ante las palabras de la familia Molina.

----¡Eres mi hermana, Mica! ¿Entiendes eso?----.Exclamó, abrazándome sin todavía poder reaccionar.

----No. Esto no puede ser verdad----.

¿Acaso todos habían perdido la razón? ¿Cómo que mis padres no eran mis padres? ¡Me niego a creerlo!

----Pero Mica...----. Levantándome del sillón con la vista nublada por las lágrimas que pronto derramaría logré decir:

----Necesito descansar. Lamento no poder seguir acompañándolos----.
Caminando hacia la escalera, subí al segundo piso y entrando a la habitación que me habían asignado, caí llena de lágrimas en una de las grandes almohadas que adornaba la suave y blanca cama. Pensando y pensando, no logré llegar a nada contundente. ¿Acaso mis padres habían mentido? Pero, ¿por qué lo harían? ¿Para que tenga un mejor futuro? Sin embargo, todas esas dudas fueron borradas cuando recordé el acta de nacimiento y demás papeles que mis padres habían dejado en manos de la familia Molina.
Secando mis lágrimas, me despojé de mis ropas y poniéndome mi piyama, me arropé en aquella gran cama, cayendo más tarde en un profundo sueño. 

Erick

----Iré a ver si quiere cenar----. Repuse cuando mi madre terminaba de cocinar. Caminando hacia su habitación, golpeé sin demasiada fuerza su puerta pero luego de unos minutos nadie contestó. Abriéndola, me encontré con ella durmiendo plácidamente y entrando con cuidado, me acerqué  y deposité un beso en su frente.

----Me alegra saber que eres mi hermana----. Acariciando su cabello, imaginé cuántas cosas podríamos hacer desde ahora en adelante. Siempre había querido tener un hermana y ahora gracias a Dios, la había encontrado y resultaba ser ni más ni menos que mi aprendiz y compañera de baile.
Ella removiéndose en la cama, parpadeó varias veces hasta encontrarse con mi rostro. 

----Hola, ¿Cómo estás?

----Supongo que bien...  ¿No ha sido un sueño, no?-Preguntó, luego de algunos minutos en silencio.

----No, es verdad. Eres mi hermana y me siento muy feliz de que así lo sea----. Mica permaneció con su mirada perdida durante varios segundos, pero al levantar su mirada sus ojos desprendían pequeñas lágrimas.

----Ven aquí----. Extendí mis brazos. Sin oponerse, se acercó y me abrazó. Algo dentro de mí dolía, pero a la vez me sentía completo porque estaba conmigo.----Sé que te sientes confundida, pero estoy para ayudarte. Soy tu hermano----.  Así fue que por un largo tiempo estuvimos abrazados, dejando que el silencio consumiera nuestra angustia. 

----¿Te sientes mejor?

----Sí, es solo que no me acostumbro a la idea----.Sonrió con sus ojos lagrimosos.----No todos los días uno se entera que es adoptada----.

----Lo sé, y lamento que lo tengas que afrontar de esta manera, pero saldremos adelante poco a poco. Te lo aseguro----.

----Gracias... hermano----. Ante sus palabras, solo atine a abrazarla. Realmente necesitaba hacerlo, necesitaba sentir su cariño.

----Bien... ¿Vamos a cenar? 

----Dame unos minutos, necesito arreglarme.

----¿Para nuestros padres o para Marcos?----.

----Ja, ja, ja. ¡Qué gracioso ! ¡No aguanto la risa, Erick! ¿O debería decir Melisa?----. ¡Touch! Punto doble para ella y cero para mí.

----¡No tienes corazón!----.Exclamé haciéndome el dolido. Ella riéndose, entró al baño para arreglarse y varios minutos después, salió con un vestido simple pero que acentuaba su belleza.

----Te ves hermosa----.Acercándome a ella, hice que diera un giro completo.----Bueno, eso es razonable ya que soy muy hermoso----.

----¿Acaso debería tal vez decirte que tu ego es bastante notorio? 

----Mira quién se digna a hablarme,  la señorita sarcasmo----. Pegándome en el brazo, abrió la puerta y salió al exterior.

----¡Oye, espérame!

----No seas anciano. ¿Jugamos una carrera?

----Veremos si luego de que te gane, me vas a volver a decir anciano----.
Estando cada uno en sus posiciones, comenzamos a contar hasta tres. 

----Tres, dos, uno... ¡Ya!----. Corriendo hacia la escalera, bajamos los escalones tratando de no caernos en el intento. Al llegar a piso firme, seguimos por el living hasta llegar al comedor donde mis padres se encontraban con Marcos.

----¡Te gane!----.Exclamó una vez que se sentó junto a nuestra madre----¡Soy la mejor y vos, un anciano!----.Se burló haciendo que todos rieran en la mesa.

----Ahora comienzo a odiarte, querida hermanita.

----¿Te duele perder?

----No, claro que no. Solo que no esperaba que me ganaras.

----Por algo soy tu hermana, ¿no lo crees?Ambos nacimos para ganar no para perder----. Sonriéndome ampliamente, me guiñó un ojo.----Te prometo una revancha----. Aceptándola para más tarde, comenzamos a comer. Cabe decir que  se adaptó facilmente a pesar de que en varias ocasiones la percibí un poco nerviosa. Nuestras padres no paraban de preguntarle y preguntarle, así que debí entrar en acción cómo su flamante hermano. 

---Creo que son suficientes preguntas por hoy, ¿no creen?----. Nuestros padres, un poco avergonzados, asintieron con la cabeza y se disculparon.

----No, por favor. Solo les pido ir más despacio. Esto es nuevo para mí. 

Una vez que la cena estuvo consumida, cada uno levantó sus platos y ayudó con la limpieza, aunque mi madre al principio se negó. 

----¿Y qué te parece el paisaje?----. Le pregunté, mientras lavaba los platos.

----Me parece fabuloso. Espero que podamos mañana recorrer un poco----.Respondió emocionada.

----Claro, mañana iremos donde quieras. Tenemos bastante tiempo para hacerlo. 

----¿Vamos a quedarnos aquí hasta que llegue la fecha del concurso de baile?

----Supongo que sí----. Respondí un poco nervioso. Mis padres querían pasar tiempo con ambos, aunque esperaba que para ella eso no fuera algo incómodo.

----Creo que vamos a practicar mejor en este bello lugar y creo que ahora... ¡Llegó la hora de la revancha!----.

----¡Eso no se vale, es trampa!----.Reí, siguiendo el mismo camino que anteriormente ella había hecho.
Nunca pero nunca, me había sentido tan feliz como ahora. Tenía a mi hermana y eso era grandioso. 

Mi último baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora