Capítulo 13

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  • Dedicado a Micaela Giangreco
                                    

Erick

Durante todo el viaje que duró aprox. seis horas, Micaela evitó cruzar palabras con sus padres. Me extrañaba su distancia y más que ellos guardaran cierto temor infundado hacia mí.
Al llegar a una estación de servicio que quedaba a 10 kilómetros de donde vivía, bajamos a comprar algo para comer y a cargar principalmente combustible. Al entrar a la pequeña tienda, me encontré con unos bollitos de dulce de leche. Seguramente al verlos Mica, cambiaría su estado de ánimo. Comprando diez de ellos, caminé hacia el auto y al ponerlos delante de sus ojos, estos brillaron y su sonrisa hizo que sonriera al instante. Abrazándome sorpresivamente, traté de que no cayera la bolsa con las facturas.

----Todo bien pero... ¡Se me van a caer los bollitos!---- Exclamé besando rápidamente su mejilla.
Micaela me arrebató la bolsa de papel haciendo que me cruzara de brazos. ¡A mí también me gustan los bollitos!

----¡No se vale, yo también quiero comer!----Protesté tratando de agarrar uno.

----¿No son todos para mí?

----No, es para compartir- Sonreía al ver su ceño fruncido. Parecía una niña pequeña pero eso me hacía quererla más.

----Solo te convidaré uno. Los demás son para mí.

----¿Vas a comerte los demás?----. Asintiendo, esperé que se los pasara a Marcos que sonreía con sus ojos de enamorado. Por su parte, este ofreció las facturas a sus padres que aceptaron y agradecieron a la vez. Por otra parte, ella siguió sumergida en la música de Bandana, su grupo favorito. Media hora después finalmente llegamos a mi casa pero la alegría que sentí se mezcló con una rara sensación en cuanto los padres de Micaela pisaron la entrada de esta, esperando alguna señal de mis padres. Varios segundos después, mis padres salieron a recibirme con un fuerte abrazo.

----Mamá y papá. Ella es Micaela, él es Marcos, amigos míos, y ellos son los padres de Mica----.Mi madre saludó a cada uno dándoles un beso en la mejilla.

----Sean bienvenidos----. Colocando su brazo en la cintura de papá, sonrió---- Pasen, por favor----. Colocando uno de mis brazos sobre los hombros de Mica, caminé detrás de mis padres, mientras los demás nos seguían.
Entrando quedé sorprendido por la nueva remodelación de la casa. ¡No sabía nada de ello!

----¿Algo que se les olvidó por las dudas contarme----.

----Queríamos que fuera una sorpresa para ti y para tu herman----.Sonrió frotando los brazos de mi madre.
Mi hermana.... Ojalá el detective llegase pronto y nos diera las buenas noticias.

----Nosotros sabemos dónde está su hija----Al escuchar a la madre de Mica recordé el porqué habían venido con nosotros. Micaela negó con la cabeza, confundiéndome más. ¿Ella sabía algo? Sentándonos en la gran sala, mi madre pidió café para todos y entrando en confianza aunque un poco temerosa preguntó:

----¿Qué saben de nuestra hija?----.Los padres de Mica se miraron por un corto momento para luego mirar a su hija que tenía la mirada perdida en alguna parte del gran piso tapizado.
Su madre suspiró pesadamente para sacar una carpeta de su gran bolso. Observándolo por un momento se lo entregó a mi padre que tomándola sonrió a mi madre. Ojalá fueran buenas noticias o pistas certeras para encontrarla. Acercándome a ellos, ambos nos miramos para asentir con la cabeza en modo inconsciente y abrir aquel documento escrito a mano.

Micaela

No quería saber si era verdad o falso aquellos papeles que mis padres habían entregado a la familia de Erick. Solo quería estar segura que no estuvieran mintiendo o quisieran tal vez algo de dinero para ellos mismos.
Sin embargo, me levanté de aquel sofá para caminar hasta la ventana más próxima, alejándome lo más posible de aquellas personas que esperaban encontrar a su hija o en el caso de Erick a su hermana perdida.
Varios minutos después se hizo un silencio profundo que me llamó mucho la atención y girando sobre mis pies, me encontré con Erick con sus ojos lagrimosos.

---Oye, ¿Qué sucede?----.Pregunté preocupada.----¿Malas noticias?
Él negó con la cabeza para siguió llorando. Abrazándolo traté de calmarlo aunque ni yo sabía que hacer en aquella situación tan particular. Alejándonos un poco, Erick volvió a abrazarme aunque ahora comenzó a reír.

---En serio, ¿estás bien?----.Volvió a preguntar mirándolo directamente a los ojos.

----Mica, ¡hemos encontrado a mi hermana!----.Exclamó feliz.

----¡Felicidades!----.Fue lo único que pude decir ante su amplia sonrisa que hacía iluminar sus ojos como nunca los había visto----Fueron esos papales los que...----.

----Sí, fueron esos papeles más los detalles del detective por teléfono dándonos los mismos datos----. Interrumpió tratando de explicar la situación. Asintiendo con la cabeza, pude ver por la ventana que daba a la calle a mis padres esperando que algún taxi los recogiera. Disculpándome con Erick, salí de la casa para llegar hacia dónde estaban ellos.

----¿Por qué se van?----. Mi madre giró su rostro, haciendo visibles sus ojos hinchados y rojos.

----Ya no tenemos nada que hacer aquí.

----¿Qué? ¿Acaso yo no les importo?----. Exclamé furiosa- ¿Su única hija no les importa?----.Volví a gritar tratando de llorar ante sus ojos. Mis padres no hicieron caso a mis palabras sino que me abrazaron. No entendía ni quizás nunca entendería que ellos en ese mismo momento estaban despidiéndose de mí, estaban renunciando a su hija adoptada.

----Nosotros ya no tenemos nada más que hacer aquí porque ahora tienes a tu verdadera familia. Si necesitas algo, llámanos o búscanos----. Depositando un beso en mi cabello, dejé que una lágrima surcara por mi mejilla- Te queremos Mica, nunca lo olvides y perdónanos por no ser los padres que necesitabas. Quizás ahora con todo esto remediemos algo del daño que te producimos----. Queriendo preguntar qué querían decir, ellos volvieron a abrazarme y como si el taxi hubiera llegado mágicamente, se subieron  para comenzar a alejarse de mí.
Anonadada por su despedida, giré sobre mis talones para encontrarme nuevamente con Erick y sus padres que me sonreían y lloraban como  si fuera algo mágico, no sabría explicar.
Abrazándome los tres, quedé más confundida de lo que ya estaba.
¿Alguien me podía explicar qué estaba sucediendo?

Mi último baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora