Patear traseros

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Got something to live for
I know that I won't surrender
A warrior of youth
I'm taking over
A shock to the new world order
I am bulletproof!

I Am Bulletproof, Black Veil Brides

Katsuki tiene que admitir que hacen buen equipo.

Aunque Deku siempre grite «¡Kacchan!» en cualquier circunstancia y le hayan preguntado varias veces si ese es su nombre de héroe o por qué es eligió ese nombre. Siempre acaba gritando que ese no es su nombre de héroe, pero luego no sabe cómo explicar que sigue sin uno. En su licencia provisional sigue diciendo sólo «Bakugo» y no quiere quedarse con eso para siempre. Necesita un nombre.

(Y no uno que sea patético como usar tu nombre de pila, como alguien más qué conoce).

—¡ENCÁRGATE TÚ DEL IDIOTA QUE SE FUE Y DEJA DE ESTORBARME! —le grita a Deku. O a Todoroki. No sabe a cuál de los dos.

Alguno le hace caso. Están en una zona atascada de civiles y dos idiotas decidieron que era el día perfecto para robar un banco.

Muy bien. Era el día perfecto para que les patearan el trasero, también.

La risa del idiota número uno que había robado el banco —el que no había podido escapar— le perforó los oídos y lo hizo enojar más.

—¿Y cómo piensan salvar a todo el mundo? —preguntó—. ¡Apenas si pueden conmigo!

Tsk. Lo estaban aplastado y todavía tenía el descaro de decir eso.

—¡PUEDO HACERLO MIENTRAS TE PATEO EL TRASERO!

A todo esto, ¿dónde demonios está Endeavor? Seguro aplastando a alguien fuerte, poderoso y peligroso. Eso pasa con demasiada frecuencia. Katsuki no puede negar que es muy bueno en lo de ser un héroe, aunque Deku lo mire —a Endeavor, claro— con el ceño fruncido cuando recordaba lo mal padre que era y Todoroki todavía no hubiera decidido perdonarle nada, ni siquiera por estar tranquilo.

(Y le duele reconocerse en él. Cada vez menos. Pero le duele. All-Might le dijo una vez que son muy parecidos y Katsuki no acaba de decidir si es porque él se comporta como un resentido de mediana edad o Endeavor nunca dejó la inmadurez de la adolescencia).

—¡MUERE!

Mira a su derecha. Todoroki está allí.

—Necesito... —empieza y señala y Todoroki le entiende. Saben comunicarse.

Usa su hielo para abrirle camino y a la vez proteger a todos los carros detrás de ellos. Un escudo. Bakugo medio se desliza por la rampa improvisada de Todoroki y después se propulsa hacia adelante. Casi le explota en la cara al idiota (no era su intención, pero no se arrepiente: podría decir que fue sin querer queriendo), quemándole un poco las cejas y le cae encima.

Sonríe.

—Sugiero que te quedes en paz si no quieres que te vuele el trasero en mil pedazos.

—¿Te han dicho que no suenas muy heroico cuando dices esas cosas? —Shouto llega justo detrás de él. Congela uno los dos brazos del ladrón al piso antes de que pueda hacer algo.

—¡No opines sobre qué digo o no!

—Sólo decía.

—¡Tengo al otro! —Deku vuelve a aparecer, cargando algo que parece un costal de papas, pero en realidad es un cuerpo inconsciente. Desde que Deku controla esa cosa secundaria de su singularidad, puede atrapar a todos los que intentan huir a una rapidez extraordinaria—. ¿Ya acabaron?

Katsuki se sienta encima del otro ladrón. Como él, necesita sus manos para activar su singularidad, y que Todoroki se les haya congelado es inconveniente para él.

Pero perfectamente conveniente para ellos.

—¡¿Qué te parece?!

—Sí —responde Shouto.

—¿Y ahora qué? ¿Llamar a la policía? —pregunta Deku. Es una pregunta Deku porque ya sabe perfectamente qué hacer.

—¡Y BUSCAR A ALGUIEN MÁS A QUIEN PATEARLE EL TRASERO!

—Kacchan, no seas impaciente.

—¡Sólo les recuerdo que más villanos podrían estar huyendo!

Sí, no hacen mal equipo. Katsuki nunca piensa decirlo en voz alta.

Oh My God They Were Interns [Todobakudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora