También somos familia

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So honey please don't let go
Or you'll fall into the dead of night
So honey please don't let go
You'd better learn to fly
'Cause they're gonna point you up at the sky

In The Heat of The Moment, Noel Gallagher

Si Izuku hubiera estado allí, lo habría detenido antes de empezar, piensa Katsuki. Pero no, el muy imbécil había tenido que salir corriendo tras uno de los héroes que trabajaban en la agencia de Endeavor porque no lo había interrogado antes sobre su singularidad y era una que le había llamado bastante la atención —hacia elástico todo lo que tocaba, pero no podía usarla sobre sí mismo—. No había podido detener nada.

Y quizá Katsuki podría haber dicho algo. Pero le había dado tanto miedo perder su temperamento y arruinar más las cosas para él y para Shouto en aquella pasantía. Era invierno. Son sus últimas prácticas antes de volver a UA a graduarse. Después de eso, Serán héroes con todo el derecho. Podría haber dicho alto, se repite. Pero también lo había detenido la mirada de Shouto.

Y sus labios.

«Vete», le habían dicho.

Katsuki había dudado. Y luego se había ido.

Ahora se lo recrimina, porque sabe que quizá pudo haber evitado una pelea entre Shouto y su padre. Pero ya estaban casi gritándose cuando Katsuki huyó.

«Carajo, carajo, carajo». Está caminando de un lado a otro de su recamara. No debería de haber dejado a Shouto sólo en esa situación. No cuando él e Izuku saben perfectamente cómo puede llegar a ser Endeavor —que lleve dos años intentando ser mejor persona no borra la existencia de ese que conocen a través de las historias de Shouto, ni de sus pesadillas—. Debió de haber hecho algo, se repite.

Alguien toca la puerta. Va a abrir y se encuentra a Shouto.

—¿Estás bien?

Shouto no le regresa la mirada, ni siquiera le contesta, así que Katsuki se hace a un lado para dejarlo pasar. Lo ve tallarse los ojos y entonces se da cuenta de que está reprimiendo las lágrimas. En eso se parecen. No lloran. Buscan que las lágrimas no salgan, cueste lo que cueste. (Casi siempre fallan, aunque eso irrita más a Katsuki que a Shouto).

Así que le aparta la mano de la cara y le limpia la única lágrima con la yema de sus dedos.

—¿Se pelearon?

Es una pregunta estúpida, porque es obvio. Shouto lo tiene pintado en la expresión.

—Ajá...

—¿Quieres... hablar de eso?

Izuku siempre es mejor para estas cosas. Pero no está.

—No..., realmente.

Katsuki se muerde un labio.

—No tiene que ver con tu mamá, ¿verdad? —Después hacia unas semanas, había pasado una temporada en el hospital. Y Shouto había jurado que no había sido nada grave.

Shouto sacude la cabeza.

—No. —Katsuki no puede evitar sentir un poco de alivio, al oír ese «no»—. Mi mamá está bien. Y mi padre no la molesta. Pero... —Vuelve a apretar los ojos—. Lo siento.

«No te disculpes», son las palabras que se le quedan atoradas en la garganta. En vez de eso lo abraza. Ni siquiera tiene idea de por qué se peleó con Endeavor. Cierra los puños, para que no lo toquen sus palmas, porque siente que puede explotar en cualquier momento y lo abraza.

Y entonces sí, lo siente llorar.

Es la primera vez que lo ve perder los estribos cerca de su padre de esa manera; por más que haya oído sus historias, cuando está dispuesto a contarlas, verlo no es lo mismo. Las uñas de Shouto se le clavan en la espalda, con desesperación.

(A Katsuki le llama la atención que, al contrario de Deku, nunca hace ruido al llorar. Pero no pregunta por qué, no está seguro de querer conocer la respuesta).

—¿Quieres hablar de eso?

Shouto sacude la cabeza.

—No importa. Es una tontería.

Katsuki lo suelta un poco para mirarlo a los ojos. Una mano en su barbilla impide que Shouto desvía la mirada.

—¡Carajo! ¡No es una tontería si...! ¡Si...! No es una tontería si te pone así. —Chasquea la lengua. A saber por qué está llorando. A saber qué se dijeron. Igual y a Katsuki, en su posición, sí le parece una nimiedad. Pero a Shouto sí—. Igual no me cuentes si no quieres, sólo... —Surpira—. Ya sé que seguro Izuku te ha dicho esto mil veces, pero no le hagas caso si sólo quiere herirte. Se suponía que estaba intentando ser mejor, ¿no?

Una de las terribles desventajas de ser invitado a cenar a la casa de los Todoroki repetidas veces, para Katsuki, fue ver colgadas frente a él todas las miserias de esa familia. Porque, joder, no saben mantenerlas fuera de la vista del público.

(A veces, como en ese momento, lo agradece, si quiera para entender lo que pasa por la mente de Shouto).

—Intentar y ser no es lo mismo —dice Shouto—. Es una tontería, en serio. Sólo... —sacude la cabeza. Se limpia los ojos—. Peleamos porque dice que no ve tanta ambición en mí. Y... qué demonios sabe él de... Sólo porque no vaya a seguir su camino tal como lo hizo él... —Katsuki lo ve apretar los puños—. Es una tontería.

Le sonríe.

—¿Sabes algo? No estaría contigo si no pudiera ver la ambición que tienes dentro. Más que ninguno de nosotros —le dice. Lo mira a los ojos, agarrándolo por los hombros—. La veo moviéndote. Y, carajo, respeto eso. Lo que diga tu padre no tiene importancia.

Entiende que le afecte, claro. Izuku y él tienen más suerte en el apartado «familia». Izuku tiene a Inko, su madre, que lo adora —y un padre ausente, pero en la mente de Katsuki eso es un poco mejor que uno como Enji Todoroki— y él tiene a dos padres que lo soportan, con todo y las explosiones y los gritos y lo idiota. Recuerda a su madre oyéndolo decir que quería ser un héroe y ofreciéndose a ser una damisela en apuros que necesitaba rescate —aunque Mitsuki Bakugo nunca jamás había necesitado que nadie la rescatara— y soportando todas las veces que Katsuki destrozó la puerta de su habitación a base de explosiones porque los juegos se le salían de control. En cambio, pese a que han pasado años desde que la oyó, todavía no puede empezar a imaginarse la historia de Shouto.

—Igual —dice Shouto—, si lo dice tu propia familia... Hiere, ¿sabes?

—Pero sólo es una parte de tu familia —le dice Katsuki—. Sólo una. Tu insoportable hermano es diferente, igual que tu hermana y tu madre y... Carajo. Los amigos son la familia qué escoges, ¿no? Izuku y yo también somos familia, en ese caso.

—Hace un año estabas gritando que no éramos amigos. —Shouto sonríe y parece más tranquilo.

Katsuki le responde a la sonrisa con una de medio lado.

—Las vueltas que da la vida, ¿eh? —Le pasa una mano por la mejilla—. Y ahora puedo besarte cada que se me antoje, idiota.

Oh My God They Were Interns [Todobakudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora