Capítulo 1: "Mudanzas"

444 17 11
                                    

Era la tercera vez que nos mudábamos en un año, el tiempo que había pasado desde que mis padres se habían separado oficialmente.

Mi padre nos dejó y digo nos dejó porque se fue con una petarda que tan solo me lleva cinco años. Es profesor de universidad y se ve que sus alumnas hacen lo que sea por conseguir el aprobado, en fin, que después de veinticinco años de matrimonio con mi madre y dos hijas -mi hermana de 10 años y yo de 15- se fue con una niñata de 20 con como dice mamá, “las tetas en su sitio”.

Mi madre, que también es profesora pero de secundaria, lo paso bastante mal y aunque quiere hacerse la fuerte por nosotras sigue pasándolo mal, pero es que debe resignarse, su marido se ha ido con una 25 años menos y es que contra eso no se puede competir.

Se encuentra a sus 45 años dando vueltas de ciudad en ciudad, pidiendo traslados a los institutos que más lejos estén de mi padre que a sus 52 se ha ido con una modelito que podría ser, sin más, su hija.

Claramente mi hermana se vino con mi madre porque no le quedaba otra y yo porque pasaba de aguantar a una madrastra que más que madrastra parecía esa hermana mayor que nunca tuve.

El caso, es que después de un año esta es nuestra tercera casa, y mañana empezaré en mi tercer instituto en dónde tendré que presentarme por tercera vez ante unos compañeros y profesores que vete tu a saber lo que me duran.

De mi padre no hemos vuelto a saber nada, ni una simple llamada ni tan siquiera por nuestros cumpleaños, se olvidó de nosotras como si hubiese vuelto a empezar.

La verdad es que yo no necesito que me llame soy ya una adolescente que entiende que su padre es un imbécil. El problema es mi hermana Wendy, ella sí necesita un padre aunque tenga que ser este.

Mi madre hace lo que puede pero también necesita sus mimos y... ¿porqué no? un nuevo amor, aunque claro solo estuvo con mi padre y pídele tu que salga de fiesta o que se ponga a ligar, ni se acordará.

Yo nunca tuve novio y es que con 15 años y tanto vaivén difícilmente puedo conocer a un chico en condiciones. Además, ahora mi madre y mi hermana me necesitan ya que él sin cerebro de mi padre esta con su nueva hija dando vueltas por ahí.

Tan solo permanecimos en esta nueva ciudad un año, ni tiempo me dio de recorrer las calles, de hacer amigos, creo que ni siquiera me aprendí el nombre del instituto pero ya estaba acostumbrada, al menos conocía sitios nuevos.

Luego nos volvimos a mudar aunque para mi alegría y tranquilidad esta vez si parecía ser para siempre.

PoseídaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora