Una nueva vida empezaba para mí, un nuevo comienzo empezaba para nosotras, por fin habíamos conseguido asentarnos, habíamos viajado miles de kilómetros pero por fin lo habíamos conseguido.
Fuimos a parar nada más y nada menos que a otro país, Reino Unido. Para mi hermana y para mí era nuevo pero para mi madre no, ya que ella era Londinense.
Había nacido y vivido en Londres hasta que conoció a mi padre y se fueron juntos. Pero... ¿Por qué allí?, ¿porqué regresar después de tantos años? pues porque ahí estaba nuestra querida tía Jess, la hermana menor de mi madre.
Trabajaba en una agencia de viajes, una de las mejores de la ciudad, y fue la que nos ayudó a comenzar una vez más desde cero. Mi madre pidió el traslado a un instituto de Londres, por suerte se lo concedieron en pocos meses, y mi tía nos acogió en su lujoso piso mientras no encontrábamos un hogar para las tres.
El motivo más grande de este cambio radical fue que mi tía quedara viuda recientemente. Su marido había fallecido en un trágico accidente de coche hacía seis meses. Ella fue nuestra salvación y nosotras la suya.
Convenció a mi madre para que se dejara de tantas mudanzas y se fuera con ella ya que en ese momento necesitaba a su hermana mayor más que nunca. Mamá con la gravedad de la situación y después de dos años ya sin saber de mi padre tomó la decisión y nos fuimos.
Nuevo instituto para mí de nuevo, nuevo colegio para Wendy y mi madre dando clases en una nueva escuela. La historia se repetía pero al menos todo estaba volviéndose a nuestro favor, todo iba bien por una vez en mucho tiempo y parecía la definitiva.
Primer día de instituto, lo empezaba con demasiado miedo por lo que me podría esperar. Estaba acostumbrada a esto pero esta vez era de verdad, era para siempre y las amistades que sacaría de aquí sí serían enserio. Aún así, nadie me quitaba esa gran sonrisa de empezar con ganas mi nueva vida, sería difícil, pero quería hacerlo.
Entré en clase y todos mis nuevos compañeros miraban para mí asombrados. Yo estaba caminando muy tímidamente hasta el sitio que había libre pero entonces la profesora se dirigió a mí y, sin darme tiempo para acomodarme, me dijo que me presentase. Dejé mis cosas encima de la mesa, di la vuelta y seguí caminando hasta la pizarra, me dirigí a la clase y lo hice:
-Buenos días, mi nombre es Evelyn, nací en Venezuela aunque llevo dos años viajando y mudándome por diferentes ciudades a raíz del divorcio de mis padres. Mi padre se llama Edinson y es venezolano mientras que mi madre se llama Kate y es de aquí, de Londres. Tengo 16 años y a pesar de tanto cambio de centro nunca he repetido curso. Tengo una hermana de 11 años que se llama Wendy quién, al igual que yo, nació en Venezuela. Hace un mes que nos mudamos aquí y la verdad estoy muy contenta, espero encajar bien y conocer gente nueva-. Cuando terminé la profesora me mandó sentar, tomé asiento y la chica que estaba a mi lado me habló:
-Encantada Evelyn, soy Hannah -Me dijo-.
-Encantada. Le contesté un poco sorprendida-.
-¿Quieres que seamos amigas?
-Claro. -Le respondí muy entusiasmada-. Poco a poco nos hicimos muy buenas amigas, nos fuimos conociendo hasta hacernos inseparables. Nos veíamos día tras día y hacíamos todo juntas. Me presentó a su grupo de amigos, me enseñó la ciudad, el instituto... Era mi gran apoyo en ese momento, me presentó a su familia y yo le presenté a la mía. Hannah tenía una hermana de la misma edad de Wendy y ambas se hicieron muy buenas amigas también.
Aunque había sido todo muy rápido era perfecto, mi hermana tenía a sus amigos, yo los míos, mi madre era feliz y mi tía Jess poco a poco iba superando la perdida de mi tío.
Por fin todo marchaba a las mil maravillas y teníamos paz.
Todo iba estupendamente hasta que un día mi madre subió una foto a "Facebook" por el cumpleaños de mi tía en dónde salíamos las cuatro. Mi padre la vio y después de dos años pasando de nosotras se le ocurrió llamar a mi madre. Al parecer se puso histérico al enterarse que nos habíamos mudado tan lejos.Y digo yo, ¿qué le importa? Ya nos habíamos mudado antes, ¿qué más le da que ahora hayamos cambiado de nuevo? Llegué a la conclusión de que en ese momento su "tetas en su sitio" estuviera estudiando o limándose las uñas y claro el hombre se aburría.
Mi madre se comportó increíblemente genial al mostrarle su total indiferencia y le colgó ipso facto lo que creo que jodió todavía más a mi padre. Me puse feliz al ver que mi madre seguía la fiesta sin amargarse mostrando que lo tenía todo superado, me alegré por ella y continué también pasándomelo bien.
Al día siguiente compartí el detalle con Hannah y ella se quedó sorprendida ya que nunca antes había hablado de mi padre.
-Evelyn, ¿por qué nunca habías hablado de él antes?
-Es un tema que no me gusta mucho tocar, nos abandonó, humilló a mi madre y es algo que quiero olvidar.
-Pero de todas formas no deja de ser tu padre, las cosas de pareja de nuestros padres no tienen que ver con nosotras. -Dijo-.
-¿No lo entiendes? No se trata de cosas de pareja, se trata de que él prefiere a una petarda que podría ser su hija a su familia. Nos dejó, nos abandonó, estuvo engañando a mi madre tres años hasta que ella lo descubrió todo, la humilló, nos humilló a las tres. Si mi madre no lo hubiera descubierto seguiría haciendo de padre y marido perfecto mientras que fuera de casa se comportaba como un cabrón. Si mi madre no se hubiera dado de cuenta le estaría haciendo el amor mientras se lo hacia a la otra también.
-Bueno eso es cierto, actuó mal, pero no le preguntasteis el porque hizo eso, quizá estaba mal con tu madre. Te centras en una única versión y lo ves todo desde tu punto de vista pero no te molestas en verlo desde el suyo.
-Hannah, ¿le estas justificando? No hay justificación para engañar así a alguien y romper una familia. Los problemas se hablan y se intentan solucionar, por mucha culpa que mi madre tuviera no es motivo suficiente para hacer lo que hizo. Además, como dices tú en ese caso estaría mal con mi madre pero es que después de todo eso paso de Wendy y de mí durante dos años y ahora tan solo ha hecho una llamada para atormentar a mi madre, ni un ¿qué tal estáis? Ni un pásame con las niñas...
-Tienes razón, no sé en que estaba pensando, además tu madre es una mujer encantadora y no creo que le hiciera infeliz ni mucho menos, al contrario.
-Pues no, mi madre siempre peleo incluso cuando se entero de su engaño quería tirar para adelante por nosotras, para no romper nuestra familia y porque le quería. Estaba enamorada, perdidamente enamorada de ese hombre que no la merecía, pero se ve que él prefirió a la otra y un día se marchó sin decir ni dejar nada. Dos meses después a mi madre le llegaron los papeles del divorcio. Fueron momentos y etapas duras pero ahora estamos bien, somos felices y seguramente eso es lo que le molesta a él. Mientras estuvimos mal pasaba de nosotras y ahora que nos ve felices parece que viene a atormentarnos, alomejor es que ya se canso de la niña, pero bueno no quiero hablar de él, me cabrea este tema por eso nunca lo toco.
-Te entiendo y me alegra que me lo hayas confiado pero déjale y pasa de él, tu madre lo ha superado, Wendy también y tú igual, sois felices así que disfrútalo. Tu padre no os merece-.
Después de esa conversación nos abrazamos y pasamos el día juntas, me sentí bien porque nunca había tenido una persona para confiarle temas como el de papá, era tan poco el tiempo que pasaba en una ciudad que ni me molestaba en conocer gente y menos en compartirle algo como esto, pero Hannah era diferente, era la primera persona a la que le contaba todo y me hacia sentir bien.
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Poseída
RomanceDespués del divorcio de sus padres Evelyn no ha hecho otra cosa que cambiar de ciudad junto con su madre y su hermana Wendy. Seis meses después de la trágica muerte del marido de su tía Jess las tres se mudan con ella a Londres. Esta vez es la muda...