Cuando llegó mi turno estaba nerviosa porque no sabía como iba a reaccionar Patrick al verme y tampoco sabía cual sería mi reacción después de haberle cerrado la puerta en las narices cuando me vino a explicar las cosas.
Aunque Hannah me dijera en cuarenta idiomas diferentes que el accidente que tuvo no había sido mi culpa una parte de mí sabía que sí y tenía miedo de que él pensará lo mismo.
Salí de la sala de espera y me dirigí a la habitación de Patrick, tenía muchas ganas de verle pero también mucho miedo.
Toqué la puerta, la abrí y pedí permiso para entrar cosa que él me dio nada más verme.
-¡Evelyn! -Me saludó entusiasmado. -No esperaba que vinieras-.
-¿Te molesta mi visita? Si te incomoda me voy-.
-No, al contrario. Estoy feliz de verte, estoy muy contento de que hayas querido venir después de todo. Tengo que explicarte que nada de lo que viste es lo que parece-.
-Eso no tiene importancia ahora, lo único que importa es que te recuperes. Me acerqué a él y me senté en una silla que había junto a la cama-.
-Para mí si tiene importancia, necesito explicarte las cosas, necesito que me escuches, me entiendas y, sobre todo, que me perdones. Perdóname Evelyn, lo que menos quiero en el mundo es hacerte daño. -Me dijo mientras me cogía de las manos-.
-No tengo nada que perdonarte, no estamos juntos, no somos ni tenemos nada-.
En ese instante él me miró con dolor como si esas palabras le lastimaran y yo sentí que me enamoraba más de él.
-No somos nada pero quiero que lo seamos. Yo sé que seguramente Hannah y mucha gente que me conoce te dirá que he estado con mil chicas, que he jugado con ellas, que nunca me he enamorado, que soy un picaflor... y todas esas cosas que te van a contar son ciertas pero eso fue antes, antes de conocerte. Desde que te vi, no tengo ganas de estar con nadie más, no quiero hacerlo. Quiero conocerte, conquistarte, estar contigo, que seas mía y solo mía-.
Sus palabras me habían dejado completamente aturdida, me sorprendí y mucho al escucharle pero era un chico acostumbrado a otro tipo de relaciones, a otras cosas, nunca le gustó una chica de verdad ¿cómo sabía entonces que yo le gustaba enserio?
-Patrick, tú eres un seductor, un chico acostumbrado a tener a todas las chicas que quiere a sus pies, una persona que hace con ellas lo que le da la gana, un puto rompe corazones y solo buscas en nosotras una cosa y es llevarnos a la cama. ¿Me vas a decir que el primer día que me conociste no querías eso? Si no lo hiciste y tú mismo me lo dijiste es porque estaba borracha y no sería follar sino aprovecharse de mí. Pero nunca te has enamorado ¿cómo sabes que lo estás esta vez?
-¿Y cómo lo sabes tú? ¿Acaso tú te has enamorado antes? Yo no te puedo decir que esté enamorado todavía pero sí te puedo decir que me importas, que te deseo, que me encantas, me gustas, que no paro de pensar en ti ni un solo momento, que te necesito, que quiero estar contigo todo el día y sí quise follarte el día que te conocí y sigo queriendo follarte ahora pero es diferente, contigo aparte de buscar sexo busco más, quiero más-.
-Patrick eso lo dices porque ves que no soy tan fácil como las demás y eso es lo que hace que sea diferente para ti pero nada más-.
-No, te juro que no. Contigo siento que todo puede ser distinto y que realmente puedo llegar a enamorarme que sí puede que no sepa lo que es el amor pero tú tampoco lo sabes. Podemos descubrirlo juntos-.
-No servirá de nada que me digas todo esto para follarme y luego hacer como que no me conoces. Prefiero que me digas que quieres follar y ya está-.
-¡Eres terca niña!
Se levantó como pudo con algo de dificultad, me agarró de la camiseta, me acercó a él y me besó. Fue un beso dulce pero a la vez salvaje, morboso, delicado pero fuerte, un beso que me encantó y deseaba volver a tener.
-¿Porqué lo has hecho? -Pregunté-.
-Porque quería, ¿no dices que estoy acostumbrado a tener de las chicas todo lo que quiero? Pues quería besarte en este momento y lo hice-.
-No debiste hacerlo-.
La verdad si debía hacerlo, me encantó y quería que lo repitiera pero tenía que hacerme la dura, que se diera cuenta que conmigo no va a conseguir siempre lo que quiere en el momento que quiere.
Tenía que demostrarle que soy diferente a las demás, que yo no soy una facilona así que a pesar de haberme derretido como una imbécil con ese beso, me levanté y me dirigí a la puerta. -Nos vemos mañana. -Me despedí saliendo de la habitación-.
Cuando volví a la sala de espera solo estaba ahí Hannah, los demás se habían ido a descansar un poco aprovechando que Patrick estaba bien.
-¿Qué tal te fue?
-Te cuento en mi casa pero por favor vámonos de aquí o cometeré una locura. -Le expliqué-.
Volvimos a coger el mismo bus pero esta vez para irnos a mi casa. Íbamos a pasar la noche juntas ya que al día siguiente tampoco íbamos a ir al instituto.
Estábamos casi a final de curso, los exámenes había terminado y Patrick nos necesitaba con él en este momento.
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Poseída
RomanceDespués del divorcio de sus padres Evelyn no ha hecho otra cosa que cambiar de ciudad junto con su madre y su hermana Wendy. Seis meses después de la trágica muerte del marido de su tía Jess las tres se mudan con ella a Londres. Esta vez es la muda...