- v e i n t e

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a junhui le pareció correcto hacer una, muy, pequeña celebración debido a que aquél coreano se quedaba en china junto a él. y decía pequeña porque, pues, sólo eran ellos dos y el sonido del viento golpear con la copa de los árboles.
se prometió que no iban a ir más de un par de copas de vino o el alcohol que encontraran en las alacenas.

estaba seguro de que sólo tenían una botella de vino tinto, fino pero algo viejo. al fin y al cabo, fino.
pero chan se había encerrado en que debía haber algo más, así que buscó por todas partes. y encontró, desgraciadamente para el chino, una botella sin abrir de vodka puro.

— ¿sabes? en seúl, cuando salía con seungkwan, no tomábamos vino, tomábamos vodka con coñac... puro. —

y sin más, abrió el envase y lo llevó a sus labios bebiendo una gran cantidad como si fuese agua.
junhui lo miró entre aterrado y sorprendido.

— como agua. — siguió chan.

— estás loco. siéntate y deja esa botella. —

pidió. y se sentó, sí, pero no dejó la bebida. incluso ya parecía estar ebrio. y, ¿cómo no? si tomó vodka puro sin ningún problema.

— es práctica, intenta. — le extendió la botella.

— prefiero el vino. — rió.

él levantó los hombros y continuó bebiendo con calma.
junhui observaba su perfil; sus labios estaban húmedos por el alcohol, sus pestañas permanecían intactas, y sus ojos miraban una araña de rincón como si eso lo entretuviese mucho.

— sabrás disculparme, pero yo realmente ya no estoy interesado en el sexo. — soltó de la nada.

confirmó que sí, ya estaba ebrio.

— vale... no veo problema en eso. —

chan dio otro sorbo y lo miró.
— es como, como cuando tienes mucho de algo y ya luego te cansa. o como cuando comes mucho algo y después te da asco... es eso... asco. — explicó.

él levantó una ceja.
— es decir... te da asco el sexo. —

chan pensó.
— pues, creo que sí. me cansé de follar, no quiero hacerlo jamás. así que, no me enojaré si decides buscar a alguien... o algo, para meter la... ya sabes. —

jun no pudo evitar sonreír. era raro, pero a la vez se veía tan tierno estando con el alcohol en la sangre. no supo si debía quitarle la botella o darle más.

— no necesito buscar a nadie. quien me mola eres tú y acepto si no quieres nada de eso. —

chan se quedó en silencio por un momento, mirándolo.
—mhm... pero, sí puedes besarme. —

junhui rió bajito dejando la copa sobre la mesa pequeña frente a ellos, y le quitó la botella de las manos.

— es mucho vodka para un cuerpo tan pequeño. —

él formó un puchero con los ojos cansados, efecto secundario de la ebriedad que traía encima.

— mi hígado está bien. —

se inclinó para poder acostar su cabeza sobre el hombro de jun, quien lo atrajo más hacia él, buscando su calor. aunque sólo podía oler el nauseabundo olor a vodka.

— me alegra que te quedaras. — susurró.

— ¿sí? porque yo estoy triste... o cansado, no lo sé. — se rió.

— tú lo que estás, es muy borracho. —

chan no respondió y prefirió subir una pierna sobre las del chino, mientras su brazo abrazaba aquél torso trabajado y cálido.

— leí por ahí que los besos te ponen sobrio...— murmuró.

—¿ah, sí? — lo miró.

—pues... no, sólo quiero que me beses. —

jun rió nuevamente antes de acercarse a él. pero no era un beso, beso, eran pequeños y cortos besos, uno detrás del otro. pequeñas caricias que estaban haciendo que el sueño entrara aún más en chan.
el chino se aguantó el fuerte sabor a alcohol que tenían los labios de el de ojos claros, sólo porque besarlo y mimarlo le parecía lo mejor del mundo.

y así estuvieron por un muy largo rato. besos pequeños, suaves y lentos, abrazos y cariñitos en el cabello.

definitivamente había hecho lo correcto.

(...)

cuando junhui se levantó, chan ya lo había hecho antes. realmente se sorprendió al verlo tan bien, no le dolía absolutamente nada y lucía tan espléndido como siempre. era envidiable, pues él sólo había tomado un par de copas de vino y le dolía un poco la cabeza. claramente era que chan tenía muchísimas más salidas que él.

se bañó y al salir no lo encontró en la cabaña, así que fue hasta la cocina y miró por la ventana.
le pareció extraño que esté hablando con yixing tan seriamente, parecían muy serios, eso le asustó. ¿de qué estaban hablando?
también vio como chan le entregaba algo que parecía ser dinero, de una manera muy sigilosa.

contuvo la respiración y cerró los puños antes de voltear para dejar de mirarlos. si era lo que creía que era, iba a matar a yixing.
esperó a que chan entrara, estaba sonriente, como si nada hubiera pasado allí afuera. eso lo alertó un poco más, sin embargo, lo disimuló e incluso le dio un beso antes de salir e ir por su amigo-no tan amigo.

— yixing. — llamó.

el nombrado volteó, y sonrió.

— qué dormilón, eh. — bromeó.

pero él no estaba para bromas. así que frunció el ceño acercándose un poco más.

— ¿qué te pidió? —

— ¿de qué hablas?— preguntó desentendido.

— de chan, ¿qué te pidió? ¿por qué te dio dinero?—

yixing entendió y sonrió arrogante.

— no lo sé, deberías preguntarle a él. o tal vez no te tiene la suficiente confianza como a mí, eh. —

contuvo las ganas de golpearlo hasta dejarlo sin aire y suspiró pesado.

— si no me dice es porque no quiere que me enoje con él. dime, por dios. — exasperó.

yixing lo pensó.

— no puedo decirte, junhui. —

— sí puedes. ¿cigarrillos? ¿de esos armados que tienes tú? — preguntó.

el otro rió.
— no, algo mejor. pero qué va, no voy a decirte. que os vaya bien. —

y se dio media vuelta dispuesto a seguir su camino. pero jun no lo dejó y lo tiró del brazo para que volviera a verlo.

— chan es mi novio, no tuyo. así que más vale que no lo estés metiendo en cosas raras porque ahí sí que me va a valer cojones el trato. —

(...)

1017 palabras.

cielo color verde - juno svtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora