- d i e c i s é i s

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al final no le compró la gran cosa. se decidió, luego de haber caminado por el centro comercial una hora, por comprarle una taza que tenía una frase escrita en chino. no recordaba qué decía, pero no le importaba porque era hermosa. junhui pudo respirar al no haber gastado tanto, y yixing le compró una cajetilla de cigarrillos antes de salir de la ciudad.

se sintió un poco culpable por haber logrado que aquellos dos se distanciaran, jamás había pensado que podía pasar algo así. fue peor cuando el invitado lo saludó con un beso muy, muy cerca de los labios y vio a su compañero apretar los puños. definitivamente no le gustaba eso. es decir, siempre le gustó tener la atención y que los hombres se pelearan por él, pero esta vez no le gustaba para nada.
era incómodo y le asustaba pensar en cómo podrían reaccionar. su madre probablemente les hubiera dicho thank u, next pero él no era su madre, y no podía porque no tenía a dónde ir.
el problema estaba en que no tenía ni una maldita idea de qué sentían los chinos hacia él, si simples ganas de acostarse, o algo serio. no sabía porque ellos no demostraban demasiado, y a pesar de ser muy curioso, no le gustaba curiosear por esos lados.
tampoco estaba muy seguro de qué sentía él. si le gustaba junhui, si le gustaba yixing o si era atracción y nada más. es que, jamás había estado en una situación como esta. sí había tenido novios, y muchos. pero esto era diferente.

no podía negar que su compañero lo volvía loco en demasiados sentidos. era tan serio y tan frío a veces, que lograba atraerle aún más. como si toda esa seriedad fuera una especie de imán. pero también estaba la parte que no le cerraba, por ejemplo, sus cambios de actitud o sus negaciones a hablar con él sobre su vida.
sabía que ser sutil al preguntarle cosas no servía, porque directamente no le contestaba, si era muy explícito se enojaba, pero si era directo y a la vez explícito se tensaba y lograba ponerse en faceta de cristal, y así podía ver qué es lo que sentía en realidad.

— ¿te gusto? — preguntó mientras miraban a yixing alejarse en el auto.

junhui se ahogó con su propia saliva. ¿eso había sido muy directo?

— ¿de qué hablas? —

chan lo miró.
— no te hagas. sólo quiero saber si te gusto. —insistió sin desviar la mirada, si había algo que no tenía era vergüenza.

— ¿a qué viene la pregunta? — entró a la cabaña intentando escapar de la, para él, incómoda situación.

lo siguió.
— ya te dije, quiero saber. — levantó los hombros y lo vio sacar una toalla del clóset.

— no. —

ese no era confuso. no entendía, ¿no de que no debía saber? o ¿no de no me gustas? frunció el ceño y lo persiguió antes de que pudiera entrar al baño, se puso frente a él con los brazos extendidos para que no entrara.

— ¿no qué? ¿por qué te enoja que yixing quiera que viva con él? ¿estás celoso? o, ¿te gusta yixing?— abrió los ojos sorprendido ante la última pregunta que se le había ocurrido. eran demasiadas conclusiones.

jun chasqueó la lengua.
— no me gusta yixing, y no estoy celoso. —

— eso no es muy creíble, ¿sabes? — levantó una ceja. — la mentira tiene patas cortas, hyung. —

el chino quiso morir al escuchar llamarlo hyung. sonaba muy bien de él.

— quiero bañarme, sal. — amagó con empujarlo, pero aquellos ojos verdes mirándolo fijamete lo desarmaban.

— no hasta que me respondas todas mis dudas. ¿te gusto? — volvió a preguntar.

jun frunció el ceño, cansado.
— no, no me gustas. ahora vete. —

sus brazos dejaron de impedirle el paso y él entró al baño, sin embargo, no salió.

— vale, no te gusto. entonces, ¿te atraigo o sólo quieres acostarte conmigo? ¿tal vez te molesta que otro barra yixing lo haga primero? — continuó con su interrogatorio. el chino se quitó la camiseta y abrió la llave de agua.

— mira, no tengo ganas de tus preguntas estúpidas. así que vete si es que no vas a ducharte conmigo. — levantó las cejas. y chan se quedó callado por unos segundos, hasta reaccionar y dar un paso al frente.

— no son estúpidas. —

jun lo miró incrédulo, ¿en serio sólo diría eso?

— concluyo que quieres bañarte conmigo.— sonrió divertido.

él negó también sonriendo.
— no hoy. — y dicho esto, escapó del baño medio corriendo.

pero junhui no era alguien que se rindiera tan fácil, así que lo siguió y lo persiguió por todo el comedor una y otra vez, oyendo la melodiosa risa de ángel que salía de sus labios.
chan saltó arriba del sofá y de ahí volvió al baño, cerrando la puerta, pero antes de lograrlo del todo, jun puso el pie y forcejeó sintiendo como el menor se deshacía en risas cansadas casi sin fuerzas, así que no se le dificultó entrar y cerrar la puerta detrás de él.

chan intentaba calmar la respiración apoyado contra la pared sin dejar de sonreír. y jun no podía dejar de admirar su rostro, levemente colorado por correr y reír, los ojos como medialunas y los labios curvados en una hermosa sonrisa.

— prometiste algo. — dijo el chino, logrando que él levantara la mirada. — las promesas deben cumplirse. —

— lo sé. también sé que no vas a dejarme escapar ahora. — lo miró con ojos brillantes, tan brillantes que no jun no sabía cómo interpretarlos.

— tienes razón. — dijo por lo bajo. se acercó y cerró la llave de agua, no estaba en plan de desperdiciar.

sus manos cogieron las de él y comenzó a caminar hacia atrás y hacia adelante en el caso de chan, abrió la puerta como pudo disfrutando de la mirada fugaz del menor sobre su pecho desnudo hasta llegar a la habitación.

— dijiste que hasta la noche...— murmuró. jun se sentó en el borde del colchón y empujó las caderas de dino hasta sentarlo sobre su regazo, sus pechos rozando.

— mhm, al menos déjame besarte. —habló en su mismo tono bajo acariciando lentamente sus piernas, subiendo y bajando.

chan asintió y acercó su rostro a el de él, en un beso esquimal mimoso, demasiado meloso. algo que jamás hubiera hecho con alguno de todos los hombres con los que solía acostarse seguido. nunca se le hubiera cruzado por la mente estar en una situación como esa; la luz baja, el silencio, sus cuerpos tan cerca en una posición comprometedora, sus rostros pegados y sus respiraciones calmadas mezclándose melodiosamente. era casi increíble.

los fuertes brazos descubiertos del mayor lo rodearon por la espalda pegándolo a él y de paso, atrapando sus labios en un beso rápido pero fugaz. su respiración se cortó por un segundo, ¿cómo podía ser tan dominante en un simple beso?
se separó aún con los ojos cerrados, y sin darse cuenta ladeó el cuello, lo que jun tomó como una prueba de sumisión y sonrió encantado. sus labios vagaron por aquella piel blanca y suave, rozándola para hacerlo desear. repartió pequeños besitos, que le causaban cosquillas y ganas de más.

— por favor dime que en este momento no te importa que no seamos novios, necesito tenerte. — besó su mandíbula, su mejilla y su nariz mientras sus manos continuaban viajando por la extensión de su espalda sobre la tela.

— convénceme de no importarme. —

(...)

1225 palabras.

cielo color verde - juno svtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora