- q u i n c e

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dos días después, logró que jun le cargara datos en el celular, claro que después de hacerse el que aún estaba demasiado enfermo y muy triste aunque ya casi estuviera recuperado. además de prometer que los usaría con inteligencia, pero el no necesitaba esa advertencia, no era un niño.
sin embargo, había podido hablar con seungkwan. y cómo hablaron. estuvieron al teléfono cerca de tres horas, en las cuáles estuvo en altavoz dado a que además de hablar tenía que limpiar y hacer comida para la próxima semana. así que su compañero se enteró de cada una de las cosas que hablaron, incluyendo las fantasías sexuales de seungkwan con su nuevo amante, seokmin, o el ex-crush de chan, hansol y cómo se le insinuaba para que se diera cuenta de lo que sentía, aunque ese americano era bastante estúpido como para entenderlo.

ahora había dejado el celular enchufado, porque tanto hablar se le había descargado. pero estaba felíz, muy. había extrañado muchísimo a su mejor amigo, y a pesar de no tenerlo físicamente, escuchar su voz lo había consolado mucho. no podía quitar la sonrisa de su rostro, ni siquiera el escupitajo de uno de los caballos lo puso de malhumor.
eso sí que era bueno.

tenía un fin de semana para decidir si irse o quedarse. y por más que le gustara estar ahí con los caballos, la piscina o el aire puro, extrañaba su casa. sabía que al volver no sería lo mismo, ya no tenía dinero, y tendría que buscarse un trabajo. pero quería eso. todo mientras estuviera con gente a la que sí le importaba.

un auto ya muy conocido llegó. negro y con vidrios polarizados, en otras palabras, yixing. ensanchó aún más su sonrisa, haciendo que sus ojos se convirtieran en pequeñas lunitas. dejó la pala con la que juntaba la caca a un lado y esperó a que se bajara de su lujoso auto.
y vaya que su llegada era digna de una revista de modelos. bajó con los lentes de sol puestos, unos vaqueros comunes que se amoldaban a sus piernas pero no demasiado, y una camiseta con palabras estampadas más su reloj de siempre.

— ¿no vas a saludar? — preguntó juguetón con una sonrisa. chan rió antes de abrazarlo. yixing era un buen amigo, a él sí lo extrañaría.

— te olvidaste de mí por más de una semana. — fingió tristeza con un puchero en los labios y el otro negó.

— estuve ocupado. —

— mhm... no te creo. —

yixing iba a reprochar, pero junhui salió de la cabaña y empujó a chan para poder saludar a su amigo.

— no es que no quiera que vengas, pero, ¿qué carajos haces aquí? creí que estabas en dubai. —

el menor de los tres abrió los ojos con sorpresa. ¿dubai? entonces debía tener mucho dinero. era un buen partido, si no viviera en china.

— volví anoche. las propuestas no me cerraban, así que las mandé a los cojones. — rió suavecito, jun también.

— como siempre, no hay que perder las costumbres. —

no entendía de lo que hablaban, pero suponía que era de trabajo. así que no se metió y sólo se quedó ahí sonriendo como llevaba haciendo todo el día.

alzó la mano como si pidiera hablar, y al tener la atención de ambos, la bajó dispuesto a decir lo que quería.
— mhm... no quisiera molestar, pero, necesito de verdad ir a la ciudad. — juntó sus manos detrás de su espalda y se balanceó hacia adelante y hacia atrás.

junhui levantó una ceja.
— ¿qué estás tramando, eh?— preguntó acercándose un poco a él con la mirada juguetona. yixing se sintió incómodo ante eso, sin embargo, continuó sonriendo.

— nada. — dijo pausado estirándose hacia su rostro, y de la nada, jun le robó un beso rápido que lo dejó pasmado a él y al invitado.

¿cómo se suponía que tenía que reaccionar? no es como si no se hubieran besado antes, pero jamás lo habían hecho frente a alguien porque nadie estaba allí más que esos hombres con chalecos. además, era muy incómodo cuando se había besado también con yixing. se sintió... raro. como si lo que estaba haciendo estuviera mal, muy mal.

cielo color verde - juno svtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora