OUTTAKE: Ojos color caramelo

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Su madre, Narcissa Malfoy, le había sugerido, más bien exigido que se inscribiera en alguna actividad, pues esta alegaba que pasaba todo el dia en el hospital y despues volvia a casa a dormir. Narcissa sabia que su hijo quería tener más práctica, pues apenas estaba comenzando, pero ella sabía que los dobles turnos que él tomaba, le traería demasiadas consecuencias a su hijo.

Así que ese miércoles, Draco Malfoy se encontraba en una sala de la biblioteca llena de gente aburrida. Soltó un bostezo el "Club de lectura" aún no comenzaba y estaba a punto de qiedarse dormido, le gustaba leer. Cuando estudiaba medicina su gusto por la lectura había aumentado considerablemente.

El libro que iban a leer todos juntos era interesante. Decidió sentarse en una silla al fondo mientras entraban los demas. Abrió el libro y empezó a hojearlo.

-Parece ser que el grupo ha aumentado, ¡Eso es maravilloso!- Hablo una mujer al frente, tal vez era la organizadora- Muy bien creo qie ya somos todos... Que tal si abrimos nuestros libros en la pag...

La puerta que daba acceso a la sala fue abierta.

-Lo siento mucho por el retraso...- Draco levanto la vista del libro para ver quien era la dueña de esa dulce voz.

Sujetando el pomo de la puerta estaba una chica joven, con el cabello sujeto en una coleta alta. El pecho de ella subia y bajaba por su respiración agitada.

-Adelante pasa- la organizadora rodo los ojos y contestó con voz molesta.

Draco volvió su vista al libro.

-Hola... ¿Esta ocupado este asiento?- el volvió la levantar la vista y allí estaba la chica qie había llegado tarde. La miro a los ojos y se perdió en la profundidad de sus ojos caramelos.

-¿Qué?... No, adelante- Draco quito su mochila de donde señalaba la chica. Él paso su mano por su cabello sumamente nervioso, se sentia extraño con ella.

-Por cierto soy Hermione Granger- le extendió la mano sonriente.

-Draco Malfoy- tomo su mano, sintió un cosquilleo extraño. Hermione le sonrió y se agachó para tomar su libro.

-Este libro me encanta- dijo ella antes de sumergirse en la lectura, Draco la miro embelesado.

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Hermione llegó tarde como siempre, Draco siempre se sentaba en si lugar habitual, en la esquina del fondo. La siguió con la mirada para ver como se sentaba en las sillas de enfrente. Estaba hablando con una señora de unos cicuenta años, un poco pasada de peso, cuando Hermione lo miro levanto la mano y lo saludo con su sonrisa característica. Draco le regreso el saludo.

Él siempre se sentaba en el mismo lugar para que ella se volviera a sentar junto a su lado como el primer día. Pero no, el siguiente miércoles del club de lectura, Hermione se sentó justo al frente y así paso lo mismo por los siguientes miércoles

Draco la observó siempre desde la distancia, no se atrevía a hablarle. Algunas veces se sentía con el valor de volver a hablarle, pero ella siempre es la primera en salir practicamente corriendo. Era la última en llegar y la primera en irse.

Pero hoy era probablemente la última vez que la viera, se tragaria todos sus miedos y la invitaria a salir, ¿Qué era lo peor que podria suceder?

Ese día ella llegó a la hora de siempre y se sentó en su lugar habitual. Los minutos pasaban y ella no llegaba. Abrió el libro y volvió a leer el final, pero no podía concentrarse. Miro si reloj de muñeca y ya habia pasado diez minutos. Miro a si alrededor pensando que por ahí no vio cuando llegó. Pero ella no estaba. Todos estaban sumergidos en al lectura, así que con un suspiro de resignación se sumergió en su libro.

°EL PEQUEÑO DE MAMÁ°//DRAMIONE//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora