Capítulo 5

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La sala del hotel donde mamá y yo nos estábamos quedando estaba particularmente callada. Después de que corriera a avisarle a Clemencia lo que había pasado, me había quedado ahí esperando a saber noticias de Juan Pablo. La realidad era que hacía solo dos días que lo conocía. Por lo tanto, no era precisamente considerada una amiga o una persona cercana, como para estar también en el pequeño hospital de la isla.

"________, deja de caminar de un lado para otro, vas a hacer una zanja en el piso" pidió mi mamá. Ella era la única que estaba ahí conmigo. No había dicho demasiado. Pero tenía razón, hasta me estaba empezando a marear de ir y volver en la misma línea. "no le va a pasar nada" agregó. Sabía que lo hacía para hacerme sentir bien. Pero ella no lo había visto. No se movía. Y estaba pálido. No se confundan, no estaba muerto. Aunque lo parecía.

De repente, el sonido de la puerta me dejó completamente estática. Primero apareció la silueta de Clemencia, después esta volteó, y ayudó a entrar a Juan Pablo en la gran cabaña. Este tenía una benda que pasaba por detrás del cuello y hacía que pudiera tener el brazo levantado. Inmovilizado. Tenía los ojos cansados, como si apenas los pudiera abrir.

"está bien" nos dijo Clemencia dándonos una sonrisa. En ese momento, y como una idiota tuve que hacer mucha fuerza para no comenzar a llorar.

"que alegría" comentó mamá. Yo no dije nada.

"vamos a la cama Juan, tienes que descansar"

"no quiero mamá, además tu dijiste que estaba bien" alcanzó a balbucear. Parecía realmente cansado.

"no pienso discutirlo" sentenció su madre seria "además los medicamentos van a hacer que te duermas parado" ¡Ah! De ahí venia el sueño. Me hubiera gustado decir algo así como "tu mama tiene razón, tienes que descansar" pero simplemente me pareció que iba a quedar totalmente desubicado. Así que solo me quedé callada, mirándolo tener una batalla interna, entre contestarle a su mamá o solo hacerle caso y subir hasta su habitación. Comenzó a caminar y lo vi perderse por las escaleras.

"viste que todo estuvo bien" comentó mama. Solo asentí y volteé el cuerpo para darle la cara al fuego. Tenía ganas de llorar otra vez.

***

Habían pasado tres días desde el accidente de Juan Pablo. Las cosas se estaban poniendo mejor con mis nuevas amigas. Habíamos hecho una pijamada en la casa de Cindy. Había estado Sonia haciendo comentarios de Juan Pablo todo el tiempo. Por lo cual tuve que luchar conmigo misma para no saltarle a los pelos a arrancárselos todos mientras le gritaba que él era mío. Aunque...no era mío. También habíamos ido Lola, Parker, Cindy, Lucas, Dylan y yo a recorrer la parte más exterior de la isla. No era que ellos no la conocieran, lo hacían más bien por mí, pero el paseo fue divertido. Hubo varias risas. Todo el camino había como parejas predeterminadas y como dos ya eran relaciones estables y confirmadas, a mí me toco quedarme con Dylan. No lo digo como algo malo. El chico es guapísimo y muy divertido. Solo que no se sentía justo cuando Juan Pablo estaba todavía en cama. Y vuelvo a pensar en Juan...simplemente no me lo puedo sacar de la cabeza.

Era de noche cuando entré al comedor donde estaban Clemencia, mi mamá y la pareja de ancianos que aun seguía hospedándose ahí. Eran increíblemente tiernos y siempre estaban dispuestos a ayudar. Era imposible no quererlos. Caminé hasta la mesa donde mi mamá estaba sentada y cuando llegué me encontré una bandeja. Tenía encima un par de cubiertos, un vaso de jugo de naranja y un plato con pan.

"permiso" escuché que gritaban de atrás. Volteé y vi que venía Clemencia sosteniendo un plato de comida. Por el vapor que salía, era fácil deducir que estaba realmente caliente. Me corrí y lo depositó en la bandeja.

Corazón Nevado (Juan Pablo Villamil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora