Capítulo 22

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Estaba totalmente dormida cuando comencé a sentir la mano de Juan Pablo debajo de mi camiseta. No fue demasiado arriba, solo se quedó en la mitad haciendo círculos con dulzura. No quería abrir los ojos, pero si él estaba despierto tal vez se debía a que no podía dormir conmigo encima de su pecho y mis brazos rodeándolo con fuerza.

"¿te molesto?" pregunté. La voz me salió más ronca de lo debido. Nada atractivo.

"no" me aseguró. Le creí. Quería hacerlo. "está amaneciendo, tal vez nos tendríamos que levantar y arreglar todo para cuando lleguen mi mamá y Kate" No quería. Quería quedarme ahí con él, los dos solos para siempre.

"no quiero" me quejé escondiendo más mi rostro en su pecho, como si eso fuera posible. Pude escucharlo soltar una pequeña risa y me hizo sonreír a mi también.

"yo tampoco" me susurró.

"que nos despierten cuando lleguen" dije volviendo a cerrar mis ojos para intentar dormir un rato más.

"es una buena idea" aseguró él "les explicamos que dormimos abrazados toda la noche después de que nos besamos varias veces y que está en nuestros planes estar juntos" odiaba que su sarcasmo tuviera razón.

"no hagas eso" me quejé dándole un golpe en su brazo. Entonces me separé y le di la espalda mientras me volvía a dejar caer contra las almohadas.

"perdón" se disculpó riendo. Corrió mi pelo y me dio un suave beso en la parte de atrás de mi cuello. Sentí que cada parte de mi cuerpo tembló por un segundo. "voy a hacer el desayuno" avisó. Entonces sentí como se ponía de pie y caminaba hasta la cocina. Me quedé acostada cinco minutos más hasta que lo acepté y me desperté del todo. Pasé mis manos por mis ojos y estiré todos mis músculos. Entonces me puse de pie. Caminé medio zombi hasta la cocina donde lo vi echando mezcla de panqueques al sartén. "mira esto" pidió haciendo que uno volteara en el aire y después volvía a atraparlo perfectamente en el sartén.

"todo un gourmet" me burlé con una sonrisa.

"acabas de herir mis sentimientos" comentó exageradamente haciendo que mi sonrisa se agrande aún más.

"la noche terminó, pero creo que puedo dejar de pensar por un rato más" comenté acercándome a él. "tal vez así me perdonas" dije tierna mientras le rodeaba el cuello con mis manos y le depositaba un beso en los labios. Él enseguida me tomó por la cintura y me atrajo más a él.

"definitivamente te perdono" dijo sonriéndome.

"genial" exclamé caminando a la heladera a sacar el jugo de naranja.

"_________, te prometo que todo lo que tiene que ver con Sonia ya se termina, quiero dejarle las cosas en claro" comentó poniéndose más bien serio.

"entiendo por qué lo haces, entiendo que no quieres causar una pelea entre todos y está bien, creo que puedo esperar" era verdad. No quería que todos pasaran por una horrible situación, solo porque por dentro quería refregarle a Sonia en la cara que él me había elegido a mí y que yo lo había elegido a él. Lola me odiaría, me trataría de una mala persona, Cindy haría lo que haga Lola y Lucas y Parker solo las apoyarían como todo novio debe hacer.

"pero tú sabes que yo te quiero a ti ¿verdad? Yo te elijo a ti" recalcó mirándome a los ojos mientras llevaba el plato con panqueques a la mesa.

"lo sé" asegure "yo también te elijo a ti".

El desayuno transcurrió tranquilo. Progresivamente íbamos acordándonos del resto de las personas y entonces los besos y las caricias comenzaron a cesar. Se sentía feo. Pero se sentía correcto. Eran las nueve cuando él se fue de vuelta para el hotel. Ya habíamos llevado todo de vuelta a mi habitación y ordenado todo el desastre del desayuno en la cocina.

Fui a mi dormitorio y tomé una ducha lenta. Quería relajarme, quería entrar en conciencia de que hasta que Juan Pablo no aclarara las cosas con Sonia, él no era mío. No completamente. Quería aceptar que lo que me pasaba con él era fuerte. Fuerte con todo el sentido de la palabra. Quería pensar en todas las cosas nuevas que se iban a venir para mi si empezábamos a estar juntos. Y una de ellas requería una urgente charla con mi mamá. Adoraba la madre que tenía, con ella se puede hablar de todo. Los momentos no se vuelven incomodos como le pasaban a algunas de mis compañeras. Ella te escucha y no te juzga y después te da las palabras necesarias para asegurarse que vas a hacer lo correcto.

"__________ ¿estas acá?" preguntó mamá cuando abrió la puerta de la casa.

"me termino de cambiar y bajo" contesté con un grito para que me escuchara. Me puse un pantalón de jogging color azul, arriba un buso manga larga blanco y una chaquetita de algodón de color celeste. En los pies me calcé mis pantuflas y bajé a encontrarme con mamá. Esta estaba en la sala revisando una enorme caja que me pregunté como había hecho para llevarla sola hasta la casa.

"ahí estás" dijo dándome una sonrisa enorme. Se levantó del sofá y caminó hasta abrazarme fuerte. Realmente fuerte. Me apretujó.

"¿Qué hay ahí?" pregunté curiosa señalando la caja.

"los libros para el local ¿te olvidaste que es la razón por la que fui?"

"no, no me olvidé" mentirosa. No tenía ni idea porque mamá había cruzado el lago.

"me dijo Clemencia que Juan Pablo pasó la noche aquí" Tenía que poner un recordatorio en mi celular que dijera que le diera una paliza a Juan Pablo cuando lo viera. Por él era la única razón por la que Clemencia se podía haber enterado.

"si" respondí. Mis monosílabos eran mi mejor escudo.

"_________, ¿quieres hablar del tema?" con el tema no se refería a Juan Pablo pasando la noche en casa. Se refería a mí pasando la noche con un chico. En el sentido de...pasando. Esa era mi oportunidad. Tenía que aprovecharla. Caminé hasta el sofá donde hacia minutos estaba mamá sentada y me dejé caer. Subí mis pies a este y pegué mis rodillas a mi cuerpo para poder apoyar mi barbilla en esta. Rodeé las piernas con mis brazos y entonces le di una mirada, que probablemente parecía la de un cachorro asustado.

"si, ¿podemos?" pregunté.

"claro que podemos" respondió dándome una sonrisa. Esa iba a ser una larga e interesante charla.

Corazón Nevado (Juan Pablo Villamil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora