V

39 7 23
                                    

Cuando conocí a Bastian no imaginé en ningún momento que tendríamos algo más allá de una amistad, de hecho, él fue mi mejor amigo durante muchos años, fue quien me acompañó en el mayor despecho de mi vida, quien me cuidó, me consoló, me ayudó en todo momento. Mi compañero de fiestas, viajes y millones de momentos. Él vivió junto a mi mis "relaciones" que no duraron más que un par de meses, al igual que yo viví junto a él sus relaciones extrañas, porque sí que tuvo atine para conseguir mujeres extrañas en su vida. Una que otra le salió bien, pero nadie le aguantaba el ritmo y para ser sinceros, muy pocas mujeres asumen que su novio tiene una mejor amiga a la que cuida como si fuera su mascota.

Es por eso que cuando sucedieron las cosas entre nosotros, ninguno quiso asumir lo que había pasado, simplemente lo ignoramos. Ignoramos el hecho de que en una fiesta nos emborrachamos y terminamos teniendo sexo en su departamento. Cuando despertamos y nos vimos a la cara, lo único que dijimos fue "maldito alcohol" y soltamos una carcajada, nada más. No le dimos importancia.

Iban pasando los días y nosotros solo nos empezamos a tratar un poco diferente, nos cuidabamos más, nos celabamos un poco, estábamos más tiempo juntos, ya no pasaba un día sin que habláramos, íbamos juntos a todos lados, hasta que llegó el día de la conversación complicada.

-... Y entonces, quería decirte algo que me tiene un poco nerviosa. - digo intentando mantener la calma.

- Dime guapa - esa es la manera en la que él siempre me llama - ¿pasó algo?.

- Ehm, pues mejor dicho, no ha pasado. - digo y él me ve con un poco de confusión. Y antes de que me termine de orinar de los nervios, le suelto - tengo dos semanas de retraso de mi periodo y antes de que te vuelvas loco, quiero decirte que esto me ha pasado antes, a veces se descontrola, pero igual te lo digo porque me tiene asustada.

La palidez inunda su cara por un momento, supongo que mientras asimila lo que le acabo de decir, luego habla:

- Ya, tranquila - me lleva a sus brazos - mañana a primera hora, antes de que entres a clases, te busco y vamos a hacer una prueba de embarazo, ¿te parece bien?.

Yo solo lo observo con incredulidad. ¿Una prueba de embarazo?, ¿Acaso se volvió loco?

- No, no, no... ¿Por qué lo dices así, tan calmado? - le digo entrando en pánico - Bastian, jamás me he hecho una prueba de embarazo, debo decir que es la frase más aterradora que me has dicho en todo el tiempo que tenemos conociéndonos.

- Hey, relajate - me abraza con fuerza y empieza a acariciar mi cabello para calmarme, o al menos eso es lo que intenta - todo va a salir bien, solo vamos a hacerlo para salir de dudas, para que no estés nerviosa. Ya verás que en lo que veas que el resultado da negativo, llegará tu periodo y serás feliz de nuevo. Con tus espantosos ataques hormonales, pero feliz.

Y aquí estoy viendo al "resultado negativo" - que no solo fue uno, sino dos - como abrazan a su papá y como son tan felices con ese hombre que los esperó con tanto amor.

Bastian deja de abrazar a los niños y dirige toda su atención a mí. Empieza a observarme desde abajo, hasta que llega a mi cara y clava su mirada en la mía. Para qué negarlo, me desarma, él tiene la facilidad de hacerme sentir infinitas cosas con solo mirarme a los ojos, lo sabe y se está aprovechando de eso, pero a pesar de sentir vértigo al verlo, no le aparto la mirada, le demuestro que estoy de pie, frente a él y que eso no me perturba.

- Estás muy guapa - dice como si estuviera hablando del clima - buen día Ivy, ¿qué tal todo?.

Yo no puedo evitar mi cara de escepticismo. O sea que él pretende tratarme como si nada, así, sin ningún ápice de arrepentimiento por lo sucedido. De verdad que hay personas bastante increíbles en esta vida.

Las Vueltas Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora